POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CÁCERES
Según las investigaciones más fidedignas la Orden de Santiago fue fundada por el rey Fernando II de León en el año 1.170 y confirmada por bula del Papa Alejandro III en el año 1.175.
Los fines principales de la Orden era apoyar la Reconquista cristiana de las zonas ocupadas por los moros en la Península Ibérica, defender los territorios cristianos frente a la beligerancia del Islam y proteger a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago ya que la Orden disponía de hospitales y casas de acogida en las rutas que iban hasta Santiago de Compostela.
El origen de la Orden se remonta a unos cuantos caballeros, los Fratres de Cáceres, agrupados como milicia bajo el mando de Pedro Fernández de Fuentencalada, canónigo y militar español, al que se le considera fundador y primer maestre de la Orden de Santiago.
‘Los Fratres’ se encargaban de la defensa de la ciudad de Cáceres por orden del rey leonés y por eso fue llamada la Orden de Cáceres. Recordemos que en el 1.174, los Fratres fueron derrotados por Abú-Jacob y degollados en la torre cacereña que lleva su nombre (Torre de Bujaco), abandonando Cáceres los pocos que quedaron al ser conquistada de nuevo la ciudad por los almohades.
La Orden de Santiago tuvo un gran poder e influencia y fue una de las principales Órdenes religioso-militares hispánicas. Pertenecer a la Orden era signo de distinción social y representaba fuertes sumas económicas. Las personas más destacadas de la Iglesia y la Nobleza copaban los cargos de la Orden Santiaguista.
Los Reyes Católicos consiguieron el control total de las Órdenes Militares y siglos después en el siglo XIX perdieron su patrimonio, su función religiosa-militar y pasaron a ser unas simples asociaciones nobiliarias.
La II República Española las suprimió, resurgiendo más tarde como corporaciones civiles de derecho común, con funciones más acordes con la situación actual de la sociedad.
(PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EXTREMADURA EL 15 DE MAYO DE 2013).