POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Mayo apura sus últimos días en jornadas de luz extensa. De luz ancha y profunda. La paleta pinta desde la tapia dando cálido rojo al desasosiego de la flor de las granadas que piden tocar el azul cielo que no alcanzan. Se han hecho flor para ruborizarse en octubre y cantar en noviembre el pregón de su madurez. Faenan sin molestar, sólo asomándose por la tapia. Enrojecidas desde su timidez, por no molestar. Testigos de llegadas y despedidas de la que todo lo puede. Gracias a esta vendimia de luz, esta dama, esta reina ha sido coronada por la hondura del tiempo final de mayo. Pues todos los años, desde sus quehaceres, trataban, cuidaban y mimaban los hermanos Domínguez Delgado, que ahora, ellas, los recuerdan y lloran porque se han ido no hace mucho a los cielos.