LOS HERMANOS GARCÍA LORCA, ¿DOS VISIONES DE CATALUÑA?
Jul 29 2017

POR MIGUEL CABALLERO, CRONISTA OFICIAL DE LÁCHAR (GRANADA)

La noticia política del momento, es la convocatoria ilegal de un referéndum por parte del Gobierno de Cataluña, recuerda a la época de la Segunda República en la que se llegó incluso 6 de octubre de 1934 -aprovechando, como siempre, un momento social complejo y difícil en la historia española. Quizás los políticos sediciosos de ahora piensen en esa misma fecha para repetirlo, pero 83 años después.

El directorio militar de Primo de Rivera atacó a la lengua catalana promulgando un decreto a finales de 1923 en el que estipulaba que la enseñanza en Cataluña se hiciese en castellano y prohibió que en los centros tutelados por el Estado se enseñara solamente en este mismo idioma. Esto motivó bastantes protestas dentro y fuera de Cataluña.

Entre las protestas de fuera de Cataluña destacó un manifiesto de apoyo en el diario La Vanguardia el día 10 de abril de 1924 -que previamente, en el mes de marzo, se había presentado en la sede del directorio militar- que firmaron numerosos políticos e intelectuales, solidarizándose con los intelectuales catalanes por ese ataque a la lengua catalana. Entre esos 118 firmantes destacan Jose Canalejas, Gregorio Marañón, Martínez Sierra, Menéndez Pidal, Concha Espina, Álvaro de Albornoz, Giménez de Asua, “Fabián Vidal”, Melchor Fernández Almagro, Gómez de la Serna, Martínez Sierra, Ortega y Gasset, Jose Giral, Azorín, Araquistaín, Manuel Azaña, Fernando de los Ríos y el joven de 26 años Federico García Lorca. El texto de los manifiestos aparece mutilado, censurado y borrado por orden del directorio militar, que el día 9 de abril de 1924 en pleno visitaba el estudio de Benlliure para contemplar el mausoleo del torero Joselito. En Barcelona se celebraba el salón del automóvil y en un pleno se constituía el nuevo ayuntamiento de la ciudad. De aquel manifiesto publicado solo se conserva lo siguiente:

De Cataluña a Castilla.- Agradeciendo un mensaje.

Nuestros lectores recordarán que, hace poco, un importante grupo de escritores en castellano elevó al presidente del Directorio Militar un documento en defensa y en honor de la lengua catalana.

Los escritores catalanes han querido corresponder a ese gesto de cordialidad. Era natural y hasta obligado el hacerlo. Pero lo extraordinario comienza en el hecho de haber necesitado los catalanes dos documentos para contestar al único que firman los escritores en castellano. Y esa anomalía se convierte ya en una verdadera inverosimilitud, cuando se observa que muchos de los firmantes de uno de los documentos, entre los cuales es evidente que hay uno sobrante, firman también el otro.

Por respeto a la lengua de Cataluña, que es aquí lo más importante, y hasta por admiración a la intelectualidad catalana, aun cuando haya estado ahora tan poco afortunada al querer manifestarse colectivamente, nos abstenemos de todo comentario y nos limitamos a publicar, una vez situado los documentos que hemos recibido.

Entre los 88 firmantes escritores catalanes que agradecían el gesto se encontraban: Santiago Rusiñol, la viuda de Verdaguer, Joan Garriga, Joaquín Casas Carbo, Joan Antón Maragall, Valls Ginesta.…

La firma de manifiestos en esa época era muy común entre intelectuales, pero un acto valiente en los inicios de la dictadura de Primo de Rivera. En años posteriores muchos intelectuales como Unamuno serian confinados en islas como castigo a sus críticas a la citada dictadura.

El hecho de que García Lorca firmara tal manifiesto es un hecho difícilmente interpretable. Quizás su mentor y antiguo profeso suyo Fernando de los Ríos influyó para que lo firmase y que una persona de ideas liberales como Federico pudiese percibir como un atropello el ataque a la lengua catalana merced a una intensísima relación de simpatía con Cataluña del poeta a través de Dalí y Cadaques, con el que vivía en la residencia de estudiantes en esta época. Sería al año siguiente, 1925, cuando se tiene constancia de la toma física de contacto de Lorca con Cataluña, que ha sido magistralmente recreada por la escritora y amiga Antonina Rodrigo. Quiero contraponer a continuación lo que el hermano del poeta pudiera pensar sobre la cuestión catalana.

Francisco García Lorca fue diplomático republicano perteneciente a la única promoción que existió durante tal periodo, sería la del 1933. Fue una nueva forma de entender la formación de los futuros diplomáticos, incluía como ejercicios de fin de carrera un par de viajes de formación.

El primero por España, en el que recorrerían gran parte de la misma conociendo la realidad social, económica, industrial y de patrimonio monumental con la idea de que en sus futuros destinos supieran vender lo que ahora se ha dado en llamar la marca España. El otro viaje de formación lo harían por Centroeuropa, donde conocieron Alemania y el inicio del régimen nazi, la Sociedad de Naciones instalada en Ginebra y, en definitiva, aquel periodo tenso de entreguerras que explotaría años después con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Para tales viajes los aspirantes a diplomáticos tenían que hacer una especie de memorias parecidas a los diarios donde escribían sus impresiones de lo visto y oído y que formaban parte de los ejercicios de dicha carrera.

Entre la promoción de 1933 -compuesta por 28 aspirantes a diplomático- había, entre otros, cinco catalanes y dos andaluces. Las larguísimas horas de autocar en su viaje por España darían para todo, bromas cánticos y largas conversaciones que irían de lo divino a lo humano, muchas de ellas reflejadas por los aspirantes en general y por Francisco en particular en las que encontramos algunas discusiones principalmente con Jose Rovira Armengol, natural de Barcelona, con el que tuvo algunos debates siempre girando en torno a la falsificación de la historia de Cataluña que hacia el mencionado Rovira y con otro de los catalanes también de Barcelona, Miguel Cordomi Escorihuela. Contaré esta anécdota entre ambos que surgió en la visita que harían en Barcelona en mayo de 1933, Francisco detalla en su diario magníficamente la ciudad de Barcelona en un día lluvioso.

Cordomi.-Te fastidia haber visto cosas estupendas en Barcelona.

Francisco.-Me fastidia de que todo esto que debiera de ser simplemente historia de España, se quiera hacer, exclusivamente, historia de Cataluña. En todo lo que hemos visto hoy, desde las gárgolas que tanto nos gustaron al “lliure” de los taxis, va envuelto un fracaso, no un fracaso de hoy, un fracaso histórico”.

Quiero recalcar finalmente las dos visiones que de Cataluña tenían dos hermanos naturales de Fuentevaqueros (Granada). Una la de Federico, más poética, sentimental, idealizada y quizás más romántica de un joven de 26 años que vivía en el mundo de la creación poética. Esta visión contrasta con la de su hermano Francisco, quizás más realista con visión de diplomático y de alto funcionario del Estado con 31 años, y que quizás tenia los pies más en el suelo. Este consideraba el nacionalismo como “un fracaso histórico”.

Sus opiniones pudieran ponerse de ejemplo de lo que actualmente es un problema de fractura social y familiar creado por la situación política actual catalana y que invita a una seria y profunda reflexión, con la advertencia de que lo aquí expuesto son unas aproximaciones sin ninguna pretensión -intentar reflejar e interpretar el pensamiento íntimo y personal de cualquier personaje histórico esta afortunadamente lejos del alcance de cualquier historiador-. Solamente es el intento de divulgar la probable visión de estos dos hermanos apoyándonos en algunos hechos reales.

Fuente: http://www.bez.es/

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