EL FIN DE SEMANA DE INDIANOS COMENZABA EN ARRIONDAS EL VIERNES, CUANDO DECENAS DE PERSONAS ATAVIADAS DE BLANCO ESPERABAN EN LA ESTACIÓN LA LLEGADA EN TREN DE LOS INDIANOS MÁS HONORABLES ENTRE LOS QUE SE ENCONTRABA EL CRONISTA OFICIAL DEL CONCEJO, FRAN ROZADA

La capital de Parres vivió durante el pasado fin de semana una gran fiesta Indiana: tres días dedicados a aquellos que, a principios del siglo XX, emigraron a países como Cuba o México y que, a su regreso, contribuyeron con las riquezas obtenidas en su aventura americana a mejorar la vida en sus pueblos natales.

El fin de semana de Indianos comenzaba en Arriondas el viernes, cuando decenas de personas ataviadas de blanco esperaban en la estación la llegada en tren de los indianos más honorables entre los que se encontraban el alcalde de Parres, Emilio García Longo, el cronista oficial del concejo, Fran Rozada, el presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos y pregonero de esta tercera edición de la feria Indiana, Roberto Sánchez Ramos «Rivi», y la familia del Burgo, interpretada con mucha gracia y desparpajo cada año por el grupo de teatro de Cima.

Tras la bienvenida a los ilustres indianos, amenizada con música mexicana, arrancó un desfile por las calles de la villa, encabezado por coches clásicos de los años 20 y el grupo mariachi, hasta la plaza Venancio Pando, donde tenía lugar la lectura del pregón por parte del presidente de la SOF, que cada año organiza el desfile de América en Oviedo. Antes del pregón tomó la palabra el alcalde de Parres, Emilio García Longo, para recordar que la plaza en la que se estaban desarrollando los actos era un símbolo de lo que se celebraba durante el fin de semana, ya que los terrenos en los que se ubica el ayuntamiento fueron cedidos en 1850 por Venancio Pando, importante indiano que cosechó su patrimonio en sectores como el azúcar, el tabaco o la banca. Longo quiso también tener un recuerdo para aquellos emigrantes que no regresaron de su aventura o no cosecharon fortuna, pero que también son parte de esta historia, igual que los que regresaron. A continuación el pregonero, Roberto Sánchez Ramos, habló de la importancia de la emigración asturiana a América y de la huella que aquellos emigrantes dejaron en Asturias, empleando a su vuelta el fruto de su trabajo honrado más allá de los mares para construir escuelas, hospitales y vías de comunicación así como también para fomentar la industria y el comercio, modificando con ello la vida social de los pueblos. El pregonero recordó que, gracias a aquellos hombres, Asturias tiene hoy sangre dentro y fuera de sus fronteras y que durante aquellos años, debido a la masiva emigración en busca de oportunidades, para muchos asturianos La Habana estaba más cerca que Madrid. Para finalizar, felicitó a la Asociación de comerciantes y al ayuntamiento por la organización de estas jornadas indianas y recordó que, tres años antes de que se hiciera en Oviedo, Arriondas ya contaba con un desfile denominado Día de América, que se celebraba en honor de los indianos y de su contribución a la mejora de la vida en los pueblos de aquella época.

Tras el pregón, y antes de comenzar la fiesta mexicana que inauguraba la feria del comercio en la misma plaza de Venancio Pando, la asociación de comerciantes sorteó entre todos aquellos que habían realizado compras en los comercios asociados, vales por un total de mil euros para gastar en los distintos puestos de la feria Indiana. La ganadora del más importante de estos vales, por valor de 500 euros, fue Iris Raimúndez.

Durante el resto del fin de semana la plaza del Cañón se convirtió en el epicentro de la fiesta de los indianos, con una gran carpa a modo de mercadillo, abierta desde las 11 de la mañana a las 9 de la noche, en la que 17 puestos de varios comercios del pueblo ofrecían atractivas ofertas a los visitantes. Miembros de la Asociación de Comerciantes aseguraban que este mercado se trata de una forma de promoción del comercio local, un escaparate con el que mostrar que en Arriondas se pueden adquirir todo tipo de productos y tener servicios de calidad sin necesidad de moverse a las grandes ciudades. De esta manera, en la carpa había desde puestos de electrodomésticos, papelería y ropa hasta productos ecológicos, repostería y peluquerías, todos ellos decorados con motivos indianos y con sus propietarios ataviados de elegante indumentaria de color blanco.

Los comerciantes aseguraban, además, que las ventas estaban siendo buenas y que la afluencia de gente a la feria crece cada año, esperando que esta cita indiana se consolide y se convierta poco a poco en ineludible durante el verano. Además, durante los dos días de la feria se pudo escuchar en la misma plaza música latina en directo a la hora del vermú, y el Ayuntamiento, a través de la Oficina de Turismo, ofreció visitas gratuitas a la arquitectura indiana más representativa del casco urbano de la villa, una actividad que cosechó gran éxito y que barajan ampliar en próximas ediciones.

Fuente: https://elfielato.es/ – Tamara Llamedo