POR FRANCISCO PUCH, CRONISTA OFICIAL DE VELDESIMONTE (SEGOVIA)
He leído con fruición el escrito de mi querido sobrino Eduardo, Cronista Oficial de La Granja, sobre los judiones del Real Sitio; de sobra sabe él como lo sabemos todos o la mayor parte de los granjeños que andamos repartidos por el mundo que hoy se venden como judiones de La Granja hasta en La China, y que a cualquier alubia que mida mas de cinco milímetros ya le dicen que es un judión de La Granja y te sirven como tal en cualquier boda o banquete multitudinario hasta las habas de Levante, pasa como con el cordero lechal de Sepúlveda, los garbanzos de Valseca o las truchas de Valsaín.
Como bien dice Eduardo en su escrito, mi primo Nano, hermano de mi primo Agapito padre del Cronista y por tanto tío suyo, conocida su sorna y su carácter, soltará algún exabrupto cuando le diga que le han ofrecido judiones de La Granja en el mes de julio en La Gran Vía de Madrid, soltará una carcajada y le dirá te han engañado, porque Nano también cultivó los judiones en un pequeño huerto en La Granja, y si la memoria no me falla le facilitó la simiente a nuestro tío Santos Cerezo, el lechero, que durante años los estuvo cultivando en la hermosa huerta de 6.000 metros cuadrados, hoy convertida en edificios, que tenía a lo largo de la calle de Gascos en Segovia, a escasos cien metros del Acueducto, y donde los siguió cultivando nuestro primo Santos, al que todos los años cuando llegaba la temporada yo le compraba un saquete de 10 o 12 kilos para traerme a Madrid, y me solían durar hasta la cosecha del año siguiente. Los judiones que Santos no vendía directamente, se podían encontrar en Casa Candamo a la entrada de la calle de San Francisco en Segovia, o alguna otra tienda de ultramarinos, como podía ser la de Cerezo a la entrada de la calle Real, en las que se daba fin a la cosecha.
En consecuencia todos aquellos judiones de La Granja que se venden como tales a los guiris de toda España, son burdas imitaciones que poco o nada tienen que ver con los cultivados en las tierras granjeñas, con las aguas de La Granja y el clima serrano.
Por tanto querido sobrino Eduardo tienes mucha razón en lo que escribes y en divulgar lo auténtico de nuestro pueblo para conocimiento general de los que no lo saben.
Me ha movido a escribir esta tontería la nostalgia de los muchos años vividos en permanente contacto con todos los descendientes de aquellos dieciséis hermanos Juárez,
varios de los cuáles de aquella segunda generación aún seguimos en este mundo de los vivos
Hay muchos hechos imborrables en la memoria de los mayores, me resisto a llamarnos viejos, pasen los años que pasen, que quedarán borrados para la historia si alguien no los escribe; tú como cronista tienes una buena tarea por delante, los mayores te podemos contar muchas cosas ocurridas durante esa laguna del último siglo.
Fuente: http://www.eladelantado.com/