LOS MOSAICOS ROMANOS DE LA VILLA DE QUINTANA DEL MARCO (LEÓN)
Oct 10 2024

POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA.

A 12 kilómetros de la Bañeza (León), en el pueblo de Quintana del Marco y dentro de sus tierras, se encuentra el denominado pago de Los Villares, tierras de vega, muy fértiles y regadas por las aguas del canal de “Los Cuatro Concejos”, desgaje y ramal del curso del río romano Orbicus y hoy Órbigo.

En estas tierras de Los Villares, de una extensión de unas seis a siete hectáreas, en el año 1899, Pascual Vivas, vecino de Quintana del Marco (León), veía que, cuando removía sus tierras de labor con el arado, iban apareciendo gran cantidad de piedras sillares, ladrillos, algunos bronces y trozos de cerámica; hasta que cierto día se encuentra con una placa oval de plata en la que aparecen las palabras MARTI TILENO; y que hoy pensando un poco, yo me pregunto: ¿no estaría pegada esta placa y adherida en esa pequeña ara votiva encontrada en una de sus salidas arqueológicas y de rescate que hacían algunos miembros de Instituto Comarcal de Estudios Bañezanos, I.C.E.B., encontrada en los Villarines? 

Pero dejémoslo para otro estudio y hoy nos centremos en los mosaicos romanos de la villa de Quintana del Marco (León). Como decíamos, el vecino Pascual Vivas, al labrar sus tierras sigue encontrando objetos que parecen ser de tipo romano; entre ellos, algunos bustos decapitados que serían vendidos a un anticuario de Madrid; así como, el que hasta hace poco se encontraba situado en la espadaña de la iglesia, diciendo los vecinos que se trata de un San Pedro, robado y hoy de nuevo rescatado por La Guardia Civil de Sevilla.

Conociéndose los hechos entre los vecinos del pueblo que, también encontraban otros objetos de tipo romano al arar sus fincas, cañerías de agua, bronces de Vitelio, Filipo o Constantino; tégulas y ladrillos con las marcas estampilladas con las letras C.V.P o, S.L.F. CA o, de la LEGIO VII. Será Pedro Vecino el que, dé la voz de alarma al seguir apareciendo en su tierra de labor, gran cantidad de piedrecitas marmoleas de colores, –teselas-; tomando su azada, removió la tierra y pronto se encontraría con un pavimento, no muy profundo, con motivos figurativos geométricos que guardaban escenas mitológicas griegas. 

Pronto la noticia corrió por toda la zona y comarca bañezana, llegando a oídos del gran aficionado a estos menesteres arqueológicos como lo era el bañezano don Darío de Mata Rodríguez, nacido en esta ciudad en 1850 y fallecido en la misma en 1911, quien, poseyendo alguna finca en este lugar de Los Villares, informa a las autoridades provinciales por carta de fecha 29 de mayo de 1900, enviada a la Subdelegación de  Bibliotecas de la Provincia de León del suceso; don Darío de Mata será nombrado por la Comisión e Investigación de los hallazgos para llevar el caso y control del hallazgo en  Quintana del Marco (León). Además, se le autoriza para hacer una cata y extraerlo, ya que el mosaico había sido comprado en contrato particular por don Darío de Mata al convecino Pascual Vivas ante los testigos Pascual Charro y Lorenzo Vidal por la módica cantidad de 200 pesetas, trayéndolo a su casa de La Bañeza en una caja de madera para su transporte.

La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de León, registra en un acta de fecha 25 de enero de 1900, firmada por don Ramón Álvarez de la Baña de la aparición de él en 1898. Las instituciones en aquellos años no pudieron hacer nada, ya que la legislación sobre tesoros, objetos y otros enseres que aparecieran en lugares precisos y, según el artículo 352 del Código Civil, decía que, los hallazgos de tesoros, pertenecían al dueño del lugar o finca donde se encontrasen y si este era de una suma importancia histórica, sería analizado y el Estado podría adquirirlo indemnizando a su dueño con un justo precio.

Será a partir del verano de 1900, cuando don Darío de Mata Rodríguez propietario del mosaico de Hilas y las Ninfas, empiece a establecer una serie de contactos y correspondencia con personalidades como fueron, el comisionado de Monumentos de León, señor don Ramón Álvarez de la Braña; el Padre Fita, quien le pedirá una fotografía y la autorización para publicarla, así como hacer un reportaje en la revista Blanco y Negro; el director del Museo Arqueológico Nacional don Juan de Dios de la Rada Delgado; mantuvo correspondencia con el director del Museo del Louvre Monsieur Salcedo o, en 19 de junio de1900 con el conservador de esculturas griegas y romanas de Paris Antoalet Herson de Villafosse, así como con el conservador del Museo Británico de Londres, míster Murray. 

El hallazgo del mosaico de Hilas y las Ninfas, supuso crear entre los agricultores de la zona, un ansia y espíritu por la búsqueda de tesoros como así decían, continuando y observando el tener con mucho cuidado al penetrar sus rejas en las tierras de labor. Así vemos que, en el año 1906, los hermanos Charro, vuelven a dar con otro mosaico, muy deteriorado, en el que aparecen tres aves, tal vez perdices, así como una alegoría de una mujer, “alegoría del invierno”, rostro femenino, virgen o diosa con paño o tocado en la cabeza, compuesto por teselas muy pequeñas y finas y que hoy se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, sin saberse desde mayo de 1906, si fueron depositados, donados o comprados. 

En carta de fecha 14 de marzo de 1903, el subinspector de Instrucciones Públicas y Bellas Artes de Madrid escribe al conservador del departamento Francisco Silvela de que está de acuerdo con la oferta y venta que le hace el bañezano don Darío de Mata Rodríguez, sobre el mosaico de Hilas y las Ninfas, pero que en ese momento la Junta del Museo Arqueológico, no cuenta con tesorería, ni dineros suficientes para afrontar el pago.

El mosaico de Hilas y las Ninfas estuvo varios años dentro de una caja de madera en la huerta de don Darío de Mata, hasta que, en el año 1934, se pone en contacto con Urcisina Martínez Gallego, directora del Museo Provincial de León, depositándolo en el Convento de San Marcos dela Capital. En este lugar pasó toda la contienda de la Guerra Civil, donde el lugar se había convertido como depósito de soldados prisioneros, sufriendo grandes destrozos y aberraciones.

Hacia 1940 el entonces conservador del Museo Provincial, Matías Moraís, viendo el estado y como las teselas se iban despegando, lo que hizo una primera intervención de restauración. El Delegado Provincial del Servicio de Excavaciones Arqueológicas, don José María Luengo Martínez en 1959, en una visita realizada, pone en alerta al Director del Museo, don Eladio Isla Bolaños, diciéndole que quedó aterrado cuando vio el estado en que se encontraba el mosaico de Hilas, obligándole a que hiciera pronto una nueva intervención y restauración aceptable. Será en el año 1992, cuando se haga la definitiva y último trabajo en él, realizado por el restaurador y arqueólogo Pablo Yagüe.

  El solado de Hilas y las Ninfas que hoy se encuentra en el Museo Provincial de León, es una muestra musivaria donde presenta el opus tessellatum del Imperio romano en la península Ibérica. 

FUENTE: J.D.C.L.

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