POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Desde tiempo inmemorial, las calles de Ulea llevaban el nombre del territorio en que estaban emplazadas o, algún detalle popular: bien de historia o de leyenda.

Así las cosas, desde el siglo XVII, de las que tengo documentación, los nombres de las calles fueron, algunas aún siguen siendo: la era, la acequia, el pozo, el aljibe, arriba, abajo, alta, el jazminero, el algarrobo, el pino, el jardín, la erica, carretera del molino, el corralón, la almazara, nueva y algunas más, que se denominaban carriles o veredas; tales como la vereda de la cuna que confluía con la casa Ayuntamiento y el camino del matadero.

Con posterioridad, en el año 1851, el Alcalde Joaquín Miñano Pay, promovió en un pleno del Ayuntamiento que la calle en que nació su padre y sus tíos, por consiguiente Fray Jesualdo María Miñano López, se le pusiera el nombre del misionero dominico que ejercía su labor pastoral en tierras de Filipinas; concretamente en esos momentos, en Binondo.

Oída dicha sugerencia por todos los miembros de la Corporación Municipal, consideraron que no había motivo suficiente y, por consiguiente aconsejaron al señor Alcalde, que esperara a que regresara el misionero de tierras filipinas, con el fin de que fuera él quien tomara dicha decisión. El Alcalde les miró de forma escrutadora y, sin más dilación, levantó la sesión.

Fray Jesualdo María Miñano López, solamente tardó tres años en regresar de su misión en tierras de Filipinas, y, tan pronto como se incorporó a la parroquia de nuestro puenlo como cura ecónomo y fabriquero, apenas llevaba unos cuatro meses, le citaron para que acudiera a un pleno del Ayuntamiento, con el fin de proponerle que la calle en la que nacieron su padre y los tres hermanos Miñano López, llevara su nombre (Fray Jesualdo Miñano López, misionero en Filipinas), en recompensa de la encomiable labor misionera en tierras de infieles.

Cuenta en su diario familiar, el Alcalde Joaquín Miñano Pay, que su tío puso un semblante de circunstancias: se sentía contrariado por dicha propuesta. Al insistir todos los miembros del Consistorio Municipal, el misionero accedió, y lo propuso él mismo, que le pusieran a dicha calle el nombre de Binondo; población en donde desarrolló gran parte de su labor pastoral en Filipinas. Así se aprobó y se hizo constar en acta.

Con posterioridad, han prevalecido las propuestas de nombres de políticos y militares que han permanecido un limitado tiempo, excepto dos o tres que aún perduran; ya que muy pocos merecieron tal distinción. Sin embargo, la calle Binondo ha pasado a formar parte de la Historia de la mejor historia de Ulea.