ARTÍCULO QUE CITA A LUÍS FERNANDO PALMA ROBLES, CRONISTA OFICIAL DE LUCENA (CÓRDOBA).
Los nuevos documentos de inapreciable valor biográfico e histórico para la vida documentada del alcalde ordinario egabrense, Andrés de Cervantes (1510-1593), Juez de Quintos y Juez de Montes, elegido por el III duque de Sesa y Terranova, V conde de Cabra, V vizconde Iznájar y I duque de Baena, Gonzalo Fernández de Córdoba y Fernández de Córdoba (1520/21-1578), y para la de su hija, Luisa de Torreblanca, prima paterna de Miguel de Cervantes Saavedra, fueron descubiertos por el historiador Luis Fernando Palma Robles, Académico Correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.
Las nuevas joyas documentales rectifican los errores de los investigadores sobre la familia Cervantes, avecindada en Lucena, provincia de Córdoba, y legitiman que el autor de La Galatea (1585) tenía parientes en «la Perla de Sefard», cuyo nombre procede del hebrero «Eli ossana» אלי הושענא, «Dios nos salve», mientras que los musulmanes la denominaban ا 4;يشا 6;ة «Al-Yussana», con que se mantenía en contacto. Por consiguiente, surgen las preguntas: cuántas veces Miguel visitó a Luisa, cuándo, dónde, en qué circunstancias, y de qué negocios trataban.
El primer documento del escritor elisano, Luis Fernando Palma Robles, divulgado en su excelente artículo: «Relaciones familiares de Cervantes con Lucena», trata del licenciado Juan Bautista Álvarez, hijo de Juan Bautista, quien el 30 de septiembre de 1590 contrajo matrimonio con Luisa, hija de Luis de Baeza y de Leonor de Torreblanca, prima hermana del «manco de Lepanto», en la iglesia de San Mateo, de Lucena, construida por el I marqués de Comares, Diego Fernández de Córdoba y Arellano (1464-1518), virrey de Navarra (1512-15), y gobernador de Orán y Mazalquivir (1510-1512, 1516-1518), en el norte de África.
La segunda prueba documental de Palma Robles testimonia que Luisa y Juan Bautista tenían un hijo llamado Juan, bautizado en julio de 1592, empero fallecido en la niñez acorde con el nuevo documento del Cronista Oficial de Cabra, Antonio Moreno Hurtado, Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Conforme al nuevo dato de Palma Robles, el 10 de febrero de 1593, el licenciado Juan Bautista Álvarez, esposo en primeras nupcias con Luisa, llevó a la iglesia a Beatriz de Mercado Sotomayor, también llamada Beatriz Pérez de Mercado, hija de Alonso Pérez de Mercado, cuyos testigos fueron el licenciado Juan Fernández, poseedor de unas casas de Hernando Delgadillo y Juan de Mercado.
La nueva documentación fiable de Palma Robles documenta que Juan y Beatriz engendraron a 3 hijos: Francisco, presbítero; Pedro que estuvo en las Indias, y Juan, capitán en Flandres. En este sentido, es enigmático si Pedro estaba en contacto con el héroe de Lepanto desde el Nuevo Mundo, y si el capitán Juan conocía al alférez Rodrigo, humilde hermano menor del autor de El Quijote, muerto heroicamente, a los 52 años de edad, en la primera batalla de las Dunas o la batalla de Nieuwpoort, entre las fuerzas de las Provincias Unidas de los Países Bajos bajo el mando del príncipe de Orange, Mauricio I de Nassau (1567-1625), y el del archiduque Alberto VII de Austria (1559-1621), gobernador general de los Países Bajos, acontecida el 2 de julio de 1600, tras haber abrazado la carrera de las armas durante 34 años de su vida.
El investigador Palma Robles destapa otros tres nuevos testimonios, a saber, el 7 de mayo del 1602, la condesa de Prades, Ana Enríquez de Cabrera y Mendoza (1560-1607), nombró jurado de Lucena a Juan Bautista Álvarez, esposo de Luisa de Torreblanca, bisnieta de Leonor de Torreblanca, y el 14 de abril de 1606, el V duque de Segorbe y VI de Cardona, Enrique de Aragón Folc de Cardona y Córdoba (1588-1640), virrey de Cataluña, sin la tutoría de su madre designó a Juan Bautista Álvarez, regidor de Lucena, cargo ejecutado hasta el 21 de agosto de 1614 según el nuevo dato de Palma Robles.
Gracias al nuevo documento de Palma Robles es conocido que el 26 de febrero de 1615 Juan Bautista Álvarez se dedicaba al ejercicio de trapero, o sea, comerciante de paños, la misma profesión que desempeñaba el «magnífico señor» licenciado Juan de Cervantes, abogado del Real Fisco del Tribunal de la Santa Inquisición de Córdoba, abuelo paterno de Miguel. De igual modo, se sabe que Juan Bautista en 1611 era poseedor de una casa principal en la calle Quintana con otra accesoria y bodega con 2.000 arrobas de vasos y cuatro aranzadas de olivar en Cabra.
En conformidad con los nuevos documentos localizados por Palma Robles se pone de relieve que el 29 de septiembre de 1622 Juan Bautista Álvarez presentó título de jurado ante el Concejo lucentino, emitido por el duque de Segorbe y de Cardona, Enrique de Aragón Folc de Cardona y Córdoba, presidente del Consejo de Órdenes, que ejercerá hasta el 30 de octubre de 1634.
A continuación, cabe destacar que la nueva documentación encontrada por Luis Fernando Palma Robles no solo brinda especial interés para la reconstrucción de la trayectoria de la vida del alcalde ordinario Andrés de Cervantes, su hija Luisa y el autor de Las Novelas ejemplares sino que también arroja sus luces sobre la condesa de Prades, Ana Enríquez de Mendoza y el duque de Segorbe y de Cardona, Enrique de Aragón Folc de Cardona y Córdoba. Además de ello, conviene hacer hincapié en que la investigación no está cerrada porque es indispensable averiguar, verbi gratia, si Cervantes mantenía relación alguna con Pedro, residente en el Nuevo Mundo; qué tipo de amistad existía entre el capitán Juan y el alférez Rodrigo y el mismo Cervantes, y de qué negocios trataba el licenciado Bautista Álvarez con el glorioso Manco, quien en aquella época trabajaba como comisario real de abastos y fuera considerado como una «persona inteligente y de confianza», por el mejor constructor de navíos de guerra, Cristóbal de Barros y Peralta, primer Proveedor General en la Casa de Contratación de Sevilla de los galeones de la Armada y Flotas de la Carrera de las Indias.
En resumen, agradezco al ejemplar investigador Luis Fernando Palma Robles su excelente colaboración y le felicito por el descubrimiento de esos documentos que resultan de vital importancia para las biografías de Andrés de Cervantes, Luisa de Torreblanca, la condesa de Prades, Ana Enríquez de Cabrera y Mendoza, esposa de Luis Ramón de Aragón Folc de Cardona y Córdoba (?-1596), duques de Medina de Rioseco, la Historia de la genealogía de los invencibles Tercios españoles (1534-1704), así como para la de América Latina, España, Cabra y Lucena, documentos que deberían darse a conocer para rectificar los excesivos desaciertos en las enciclopedias, libros de enseñanza y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!