LA CRIPTA DEL VALLE DE LOS CAÍDOS (MADRID) CONSERVA CIENTOS DE CADÁVERES AÚN POR IDENTIFICAR. DESDE 1959, AL MENOS 142 FALLECIDOS COMPARTEN TUMBA CON FRANCO, PERO LOS EXPERTOS CREEN QUE EL NÚMERO ES MUY SUPERIOR. POR ANTONIO BOTIAS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Fue una procesión tan triste como discreta, quizá la más macabra que jamás se convocó durante una Semana Santa. Sucedió en la madrugada del Miércoles Santo de 1959, justo después de que una tromba arrasara el desfile murciano del Rescate y partiera hasta el manto de su Virgen.
Más de 140 cadáveres fueron trasladados, en el anonimato de una noche oscura y encajonados, desde diferentes fosas de la Región murciana hasta el Valle de Cuelgamuros, en El Escorial (Madrid).
Su nuevo enterramiento era la cripta del monumento a los Caídos. Y casi no llegaron a tiempo de la inauguración de la basílica, que abrió sus puertas solo una semana más tarde.
Había prisa. En eso coinciden casi todos los historiadores. Prisa por llenar de cadáveres el lugar. Y quizá por eso hoy resulta tan arduo determinar a quiénes correspondían los restos.
Tarea complicada en el caso de los muertos del bando de Franco. Y casi imposible si se trata de los republicanos murcianos que allí acompañan el supuesto descanso eterno -ahora proponen exhumarlo- del dictador.
En tres preguntas
¿Cuándo y cuántos?
Oficialmente, solo los 142 trasladados en 1959. Pero fueron muchos más, caídos o asesinados en otros lugares de España. Solo se han identificado 11 cuerpos.
¿Dónde están?
Se anotó el número de fosa en el Valle de los Caídos, aunque en muchas de ellas hay más cuerpos que los registrados.
¿Pueden exhumase?
Sí, previa autorización judicial.
«Los trataron como a estiércol; enterrados a horre, revueltos, sin identificación alguna», denuncia José Sánchez, de la Asociación de Memoria Histórica de Murcia ‘Tenemos Memoria’. Similar opinión tiene el ex senador e historiador Antonio Martínez Ovejero, quien recuerda que «la firma de entrada de los restos era por remesas que provenían de distintos sitios y se realizó en distintos años».
Un mapa incompleto
El traslado de los 142 murcianos caídos durante la Guerra se realizó en el 25 de marzo de 1959. El diario ‘La Verdad’ anunció que los restos «depositados en Cuelgamuros son ciento cuarenta y uno».
Provenían de distintas fosas ubicadas en Cartagena, Murcia, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Moratalla «y otros pueblos», como señaló ‘La Verdad’. Esas otras poblaciones eran, cuando menos, Mazarrón, Calasparra, Totana y Ceutí.
El lugar exacto que ocupan los enterramientos está contrastado, pues la Ley de Memoria Histórica obligó al Gobierno a confeccionar un mapa del territorio español con los terrenos en que se han localizado personas desaparecidas durante la Guerra o la represión política posterior. Aunque resulta, sin duda, incompleto.
Nadie se preocupó de identificar a los caídos en las batallas o asesinados en otros lugares de España. A horre. En el cementerio de los Remedios, en Cartagena, enormes lápidas recuerdan decenas de nombres de fusilados.
En muchos casos, no se sabe siquiera dónde fueron sepultados.
Fosas del horror
La primera de las fosas estaba en el centro de Murcia, entre las calles Platería y Albudeiteros. Allí se encontraron once cuerpos, de los que solo se logró identificar uno: Longinos Jiménez.
En Mazarrón se exhumó a Diego García Legaz, Andrés García Legaz, Juan Legaz Legaz, Roque Martínez Legaz, Salvador Martínez Legaz y Francisco Romera Torres.
Entre los trasladados se encontraban el jefe de la Falange, Ramón Vicente Hurtado (Ceutí), Victoriano García Montiel y Francisco Moya Rubio (Calasparra) y Juan José Torres Pérez ( Totana).
La mayor fosa fue descubierta en Cartagena, con 121 cuerpos. Ninguno de ellos pudor ser identificado.
La cuestión es quiénes eran y cómo murieron. Los periódicos publicaron durante la exhumación de 1959 que algunos restos pertenecían a los «caídos en el Castillo de Olite y otros asesinados por los marxistas», como publicó ‘La Verdad’, o «asesinados por los rojos», como tildó a aquellos el diario ‘Línea’.
Los dos enterrados en Calasparra no murieron allí. Aunque con gusto lo hubieran deseado de imaginar siquiera su final. Ambos protagonizaron el episodio de violencia colectiva en Murcia más sangriento de la Guerra. Sucedió el 13 de septiembre de 1936, cuando una turba exigió a las puertas de la Prisión Provincial que se cumplieran las sentencias de muerte recién dictadas contra diez procesados. Aunque el Gobierno republicano debía autorizar las penas, algunos serían fusilados aquel día en el patio de la cárcel, como Victoriano y Francisco.
Respecto a Mazarrón, Diego García Legaz era concejal cuando fue asesinado en septiembre de 1936, según anotó la profesora Carmen González en su obra ‘Guerra Civil en Murcia: un análisis sobre el poder y los comportamientos colectivos’.
Aunque otros autores señalan que los enterrados habían pertenecido a la División Azul, los voluntarios españoles que lucharon contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial.
En Cartagena, por otro lado, con su Arsenal y erigida como base de la flota republicana, perderían la vida el grueso de los exhumados en 1959. Eran, según los expertos, parte de la tripulación del buque ‘Castillo de Olite’, hundido por una batería costera el 7 de marzo de 1939. De los 2.112 marineros, 1.476 perecieron. Aún hoy ostenta el trágico récord en España de ser el mayor número de víctimas en el hundimiento de un solo buque.
Bernardo Sánchez, de la Asociación Memoria Histórica Cartagena, señala que en el Valle de los Caídos «aún queda un tercio de víctimas por determinar. Y descubrir su procedencia es casi imposible. Las cajas donde se enterraron se han deteriorado a causa de la humedad. Ya no pueden leerse los rótulos que escribieron en ellas acerca de dónde procedían».
Discriminación y olvido
La asociación tiene constancia del hallazgo de una fosa en el cementerio de San Antón, donde fueron enterrados miembros de las Brigadas Internacionales. Estos restos, asegura el presidente, fueron trasladados al Valle de los Caídos después de 1945. ¿Cuántos eran? Nueva incógnita.
No es difícil, en cambio, localizar dónde se encuentran los caídos del bando ‘nacional’, pues se anotó en su día el lugar exacto que ocupan sus restos en la cripta. Otra cosa es aventurar siquiera cuántos republicanos acabaron compartiendo mausoleo con su peor enemigo: Francisco Franco.
Sánchez advierte de que «es una cuestión complicada. De hecho, hace un mes un juez autorizó a una familia a abrir una fosa y, al hacerlo, hallaron un montón de huesos revueltos». Lo mismo sucede a la hora de aclarar cuántos murcianos trabajaron en la construcción del Valle. «Podían redimir penas. Pero era un chantaje. No tenían alternativa», añade Sánchez.
Así las cosas, es muy probable que la triste palabra «desconocido» siga campeando en los registros de aquellos murcianos que fueron allí sepultados. Aunque, pese a todo, son afortunados. La memoria de otros muchos ni siquiera cuenta con esa triste etiqueta
Unos 33.833 fallecidos, de los que 12.410 aún están sin identificar
Justo cuando se cumplió el primer año desde la finalización de la Guerra Civil (1936-1939), el dictador Francisco Franco decidió levantar un monumento en memoria de los Caídos. La idea de los enterramientos se basó en un decreto-ley de 1957, que establecía la creación de ficheros, cómo y cuándo serían los traslados y qué restos se podían enterrar allí.
Así, era necesario el consentimiento de los familiares, que habrían de otorgarlo en el instante de abrir las fosas. De negarse, se encargarían de darle sepultura a los cuerpos.
Sobre los restos no identificados, la norma era trasladar aquellos que no fueran cuidados por alguna persona o institución. Pese a ello, los historiadores concluyen que en la práctica el proceso fue distinto. Incluso existen denuncias que prueban cómo muchos restos se trasladaron al montón, sin solicitar permiso de nadie.
El Valle fue inaugurado el 1 de abril de 1959. En ese instante ya había más de 8.700 fallecidos en la cripta. Llegarían a enterrarse, según los registros que se conservan, 33.833 provenientes de 480 fosas. Ni una mujer. De ellos, más de 12.410 están sin identificar.
Fuente: http://www.laverdad.es/murcia/olvidados-murcianos-cuelgamuros-20180624012148-ntvo.html