POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES)
La conquista definitiva de Trujillo tuvo lugar en tiempos del rey Fernando III, el 25 de enero de 1233, participando en la misma las Ordenes Militares de Alcántara, Santiago y el Temple. Según la tradición, transmitida de generación en generación, la puerta por la que entraron las tropas en la toma de Trujillo recibió el nombre de Arco del Triunfo, en conmemoración al acontecimiento. Junto a las tropas de las Ordenes Militares, destacaron caballeros de tres linajes que serían decisivos en la posterior administración municipal de Trujillo: Altamiranos, Bejaranos y Añasco. Encima de la puerta del Triunfo se pusieron los escudos de dichos linajes, y en una hornacina, una imagen de Ntra. Sra. de la Victoria abogada de la conquista. Pues, según una venerable leyenda, la Virgen intercedió para que el ejército cristiano venciese en la toma de Trujillo contra los infieles. Esta leyenda motivó el escudo de Trujillo que representa a la Virgen de la Victoria sobre las murallas, en medio de dos torreones. El rey Fernando III concedió al Obispo de Plasencia, diez yugadas en el término de Trujillo, en atención a los servicios prestados en la toma de la villa.
Tras la reconquista, hubo de ser masiva la demanda de imágenes de la Virgen y los Crucificados para las nuevas iglesias y ermitas que se estaban erigiendo. La Virgen de la Asunción que recibió culto en la iglesia de Santa María fue una imagen fernandina que vino con las tropas en el año 1232. La festividad mayor suele coincidir con la fecha de su supuesto hallazgo o de la toma de la villa. En muchos casos se utiliza la devoción popular para socorrer a los gastos que la iglesia debe sufragar a lo largo del año, como es la reparación del templo o ermita, ya que son muchas las ofrendas que los fieles otorgan a sus imágenes de devoción.
Otra prueba de la gran devoción que el pueblo ha tenido a la mayoría de estas imágenes, es la existencia en las iglesias y ermitas de diversos exvotos que nos hablan de favores concedidos por la Virgen. Precisamente, gracias a un cuadro exvoto del año 1745 existente en la iglesia parroquial de Santa María de Trujillo, nos podemos dar una idea del aspecto que tenía la imagen de Ntra. Sra. de la Asunción, que desapareció en 1809 con motivo de la invasión francesa. Fue la imagen de mayor culto en la Ciudad hasta que en el año 1531, el Concejo acordó construir una capilla en el castillo para venerar en ella a la imagen que ejecutara Diego Durán, de vara y dos tercios, bien dorada y lucida, adornos que estuvieron a cargo de Antón Torino y Juan Notario. Esta imagen sería la Patrona de Trujillo, la Virgen de la Victoria. Tiene un gran interés la capilla de la Virgen de la Victoria en el castillo por tratarse de la Patrona de la ciudad, estando colocada entre las torres del castillo en el escudo de Trujillo. La obra del arco, bóveda, altar y retablo de Nuestra Señora de la Victoria fue encargada al maestro Sancho de Cabrera por un importe total de cien ducados, según acordó el Concejo en 1547. Ha desaparecido, lo obrado por Cabrera a causa de las diversas reformas que tuvo dicha capilla, la más importante fue la del año 1951, según proyecto del arquitecto José M. González Valcárcel.
La Patrona de Trujillo, es una imagen de gran belleza, que muestra a la Virgen en pie, con el Niño desnudo en su izquierda; tratada con formas blandas, constituye un buen ejemplar de arte renacentista.