POR JOSEÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Con este lío de los benzopirenos presentes en los humos y la alarma creada a raíz de la advertencia sobre la posible peligrosidad de los asados a la brasa y/o a la parrilla en barbacoa, voy a contarles «un cuentu que ye verdá» y en el que el concejo asturiano de Colunga tiene un especial protagonismo.
El ASADO DE CORDEROS A LA ESTACA es actualmente uno de los «platos bandera» de la culinaria asturiana.
anto es así que los concejos de Lena y Quirós, en hermandad compartida, le hacen fiesta anualmente en el «Prau Llagüezos», durante la primera quincena de julio.
Siguen el «proceso de asado» importado de la Pampa Argentina por el emigrante lenense Antón Viejo, «Antón el de los Pontones», en los primeros años de la década de 1940.
Dicen los que tratan y saben de esto, que esta iniciativa de Antón fue pionera en Asturias sobre este tipo de asados.
Un asado «al asador» que, como escribe Alberto Vázquez-Prego en «Así cocinan los argentinos» (El Ateneo. Buenos Aires 1979), consiste «en la preparación de un fuego de grandes dimensiones, hecho en pleno campo sobre la tierra, y en un muy lento y largo cocinado de la carne elegida, atravesada en un hierro largo y punzante que queda clavado en la tierra cerca del fuego».
Pues, amigos míos, aquí viene «la bomba», que dirían en «Sálvame».
¡Asómbrense!
Veinte años antes que Antón Viejo asara corderos «al asador» (a la estaca) en las praderas de Lena, ya se preparaban así en Colunga siguiendo un procedimiento similar practicado por don Servando Beltrán. Ese primer asado, del que tenemos constancia gráfica, se hizo en el Castañeu de Fontecha, cercano a donde hoy está el cementerio de San Juan de Duz.
Era un julio de 1921 y allí estaban entre los comensales el propio don Servando, Leopoldo Fernández (Poldo el marmolista) y su esposa Eloína Alonso, Rodrigo el pintor y su esposa Joaquina «la salchichera» (hermana de Poldo)… Hizo la foto Emilio Alonso («Milio el retratista»), fiel acompañante fotógrafo del gran asturianista Aurelio de Llano, que la ilustró con este comentario: «Los oveyos ya tan güenos, entamai a manducar».
Foto y comentario que hemos publicado en nuestro libro COLUNGA EN EL AYER (Amberley, S.L. Madrid 2010).
Tal documento, importante a nuestro juicio en la historia de la cocina en Asturias, nos fue cedido por «Poldín», hijo de Poldo y Eloína, marmolista en Villaviciosa.
Poldín, ya fallecido, sigue vivo en nuestro recuerdo y en nuestra gratitud.