POR JOSÉ CATALUÑA ABERT, CRONISTA OFICIAL DE ALGAR DE PALANCIA
El río Palancia nace en la Sierra del Toro, en el “estrecho del collao del cascajar”, al norte de la Comunitat Valenciana, en la vertiente oriental de la Sierra de Javalambre, a 1618 metros de altitud. Tiene un recorrido de 85 km., y atraviesa las comarcas del Alto Palancia (Castellón), con su capital Segorbe, y del Camp de Morvedre (Valencia), con su capital Sagunt, discurriendo entre la Sierra Calderona y la Sierra de Espadán, desembocando en el mar Mediterráneo, en el término municipal de Sagunt.
Según el arqueólogo Miquel R. Martí Matíes, “el esplendor que alcanzó Sagunt en la época romana tuvo un impacto sobre un gran territorio. Los dos acueductos que la alimentaban de agua desde Vilamarxant y Bejís (este último aprovechando las aguas del río Palancia; de ahí la importancia de sus aguas ya en tiempos históricos más remotos) cobraron un papel decisivo para la vertebración y configuración actual de una amplia zona de la Comunitat Valenciana”.
Concretamente, según el referido arqueólogo, el acueducto de Bejís a Sagunt propició la creación de villas romanas en las comarcas del Alto Palancia y El Camp de Morvedre en doce poblaciones, siete de la primera de las comarcas citadas (Bejís, Teresa, Viver, Jérica, Navajas, Segorbe y Soneja) y cinco de la segunda (Alfara de la Baronia, Torres-Torres, Estivella, Albalat dels Tarongers y Petrés), excluyendo a Algar, si bien manifiesta que en este “… se han visto tejas romanas y cerámicas”, advirtiendo que no hay restos catalogados, cuestión que merecería otro comentario, que ahora no viene al caso.
Al hablar del aprovechamiento de las aguas del río Palancia no se puede obviar el hacer una pequeña referencia a la Acequia Mayor de Sagunt, la cual canaliza en gran parte las guas de río Palancia, arrancando en el azud, de Sot de Ferrer (Castellón) y que.más adelante, se retoma en el azud de Algar (en el que, por cierto, se han encontrado restos de un sillar almohadillado, cuidadosamente tallado, de la época romana), regando las huertas o gran parte de las mismas parte de las mismas de Algar de Palancia, Alfara de la Baronia, Algimia de Alfara, Torres-Torres, Estivella, Albalat dels Taongers, Gilet, Petrés, Canet d’En Berenguer y Sagunt. Su origen es antiquísimo, habiéndose debatido mucho sobre su origen romano o musulmán. En este punto hemos de dejar hablar a los arqueólogos y expertos sobre el tema. Lo que sí es cierto, y de ello hay constancia documental, es que el uso y distribución de las aguas de la Acequia Mayor de Sagunt (o de Murviedro como también es conocida) ha sido históricamente causa de muchas controversias y litigios entre Sagunt y el resto de los pueblos de la comarca usuarios de sus aguas. En la actualidad, la distribución de las aguas de la Acequia Mayor de Sagunt se rige por las nuevas Ordenanzas de la Comunidad General de Regantes de la Acequia Mayor de Sagunt.
Con el objeto de mejorar el aprovechamiento de las aguas del río Palancia y favorecer su uso por los distintos pueblos ribereños del mismo, el gobierno de España ha procedido, históricamente, a llevar a cabo algún que otro proyecto y a la construcción de algunas presas o embalses en el cauce del río.
En este punto no podemos dejar pasar por alto la figura de Rafael Gasset Chinchilla (Madrid, 1866-Madrid, 1927), abogado, periodista y político español, Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo, cartera que, junto a la de Fomento, volvió a ocupar en el reinado de Alfonso XIII.
Según información procedente de la Confederación Hidrográfica del Júcar,, durante el mandato del citado ministro, se elaboró el Plan General, denominado Plan Gasset, que contemplaba la construcción de 205 obras hidráulicas en toda España, entre las cuales figuraban las correspondientes a la División de Trabajos Hidráulicos del Júcar y Segura, con el correspondiente número de orden que figura en el Decreto de 1902, entre las que se cita la Presa de Azuébar (mal llamada así puesto que se proyectaba construir en el término de Algar de Palancia) . La mayor parte de las propuestas iban dirigidas a la mejora de regadíos históricos y, en algún caso, se apostaba por la transformación de secanos en regadíos. Las presas programadas serían de pequeñas dimensiones, localizadas en afluentes lo más cercano posible a las huertas tradicionales. Igualmente, se proponían obras de mejora en antiguas presas. En definitiva se estaban aplicando, en la División del Júcar, los criterios del ya jubilado Ramón García Hernández (Villafranca del Campo, Teruel. 1831 – Zaragoza. 1910), Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que fue presidente de la Confederación Hidrológica del Ebro en 1884, autor de los estudios del ferrocarril Teruel-Sagunt y diputado a Cortes en dos legislaturas, el cual es considerado el inspirador de la política hidráulica del Estado del siglo XX.
El proyecto de la mal llamada “ Presa de Azuébar” se notificó al Ayuntamiento de Algar (todavía no se denominaba “Algar de Palancia”, ya que esta última denominación fue impuesta por el gobierno español, por el Real Decreto de 27 de junio de 1916, firmado por el rey de España, el borbón Alfonso XIII, y por el presidente del Consejo de Ministros, Alvaro de Figueroa, Conde de Romanones)), teniendo lugar, como respuesta a dicha notificación, un pleno extraordinario con asistencia de varios vecinos, presidido por el Alcalde Miguel Bojó Mora, el resultado del cual se contiene en el acta que se reproduce literalmente a continuación:
Acta de oposición al Pantano (de Azuébar).
En la Sala de sesiones de la Casa Consistorial del pueblo de Algar, a catorce de Septiembre de mil novecientos tres; reunidos en sesión extraordinaria los señores del Ayuntamiento y vocales asociados anotados al margen, en Junta Municipal, con los demás vecinos que quisieron acudir mediante segunda convocatoria por bando público. Abierta la sesión por el señor Alcalde que pa preside, manifestó a los concurrentes, que según constaba en la primera y segunda convocatoria, el objeto que motiva esta reunión es dar cuenta a los presentes, para que se entere el vecindario, de un extenso oficio del Sr. Gobernador civil de esta provincia, es el que se manifiesta que el propósito del Gobierno español, de construir el Pantano, mal llamado de Azuébar, porque todos saben está proyectado en la partida de Jayar de este término; y se solicita a los interesados para que faciliten esa construcción ofreciendo la mayor suma posible de auxilios. Enterados los señores concurrentes por lectura de dicho oficio, por unanimidad acuerdan:
Hacer constar que el proyectado Pantano se ha de construir en este término de Algar y en el de Soneja, partida de Jayar, y no en término de Azuébar.
Que no pueden ni deben ofrecer ningún auxilio que facilite esa construcción; antes al contrario, se oponen resueltamente, a que dicho pantano se construya en este término municipal, por las razones siguientes:
Primera. Porque el estancamiento de sus aguas a tan corta distancia de este poblado (un kilómetro) causará graves perjuicios a la salud pública de su vecindario.
Segunda. Porque el caudal de toma de aguas del río Palancia para conducirlas al Pantano, está proyectado a la izquierda del río, de manera que este las vierta en el canal del Pantano mucho antes de que lleguen al Azud de Algar, en donde toma sus aguas la actual acequia Mayor que está situada a la derecha del río, mermando así en todo tiempo y suprimiendo en los estiajes el agua necesaria para el consumo de estos vecinos, privándoles de su derecho anterior y preferente al riego.
Tercera. Porque en el caso posible de rotura del dique de contención de las aguas del Pantano, la corriente impetuosa de su gran caudal de agua indudablemente arrastraría la huerta y aún las personas y viviendas.
Cuarta. Porque estos vecinos no quieren voluntariamente privarse de la propiedad de la mejor partida del término de Algar y parte del de Soneja que les pertenecen, ni de dos servidumbres de tránsito público que son: la senda o camino vecinal de Algar a Azuébar y el paso de carros por el piso del barranco o rambla de Azuébar, para acarrear las cosechas de la partida de Jayar, que han de ser inundadas por las aguas del Pantano, y porque resultará muy cara la expropiación forzosa de esa fértil propiedad y dificilísima por la mala disposición del terreno, la construcción de aquellas servidumbres.
En atención y consecuencia de las razones alegadas, y para evitar a este vecindario perjuicios enumerados, los concurrentes, piden que quede nulo y sin efecto, el proyecto del Pantano del barranco de Azuébar en este término de Algar.
El acta fue firmada por todos los asistentes. Realmente, hay que reconocer que los habitantes de Algar, a principios del siglo XX, fueron muy conscientes de lo que hubiera significado la construcción del pantano y, desde luego, no lo consideraron muy positivo para sus intereses.
La verdad es que, bien por esta oposición de los vecinos de Algar, bien porque la División de Trabajos Hidráulicos del Júcar y Segura se desentendió de la ejecución de esta obra, al surgir grandes dificultades constructivas por la carencia de medios tecnológicos y pronto se evidenció la complejidad geológica de los vasos (permeabilidad, cimentación, etc.), las obras, tras varios años de reconocimiento, se abandonaron.
Para intentar resolver el problema derivado de la falta de agua para el riego de las huertas de los pueblos ribereños del río Palancia, de manera especial de Sagunt y los pueblos del Camp de Morvedre, la Confederación Hidrográfica del Júcar acometió, años más tarde, la ejecución del proyecto de construcción del llamado Pantano del Regajo, que tuvo lugar durante los años 1951 al 1959, acelerándose las obras tal vez por las desastrosas consecuencias para la ribera del Palancia de las graves lluvias de 1957, que, como muchos recordamos, afectaron de forma dramática, con la crecida del río Turia, a la ciudad de Valencia.
El pantano se construyó en la confluencia del río Palancia con los barrancos del Regajo y de La Lipa, aguas arriba de la Fuente de los Baños, junto a la carretera de Gaibiel, en el término municipal de Jérica.
El importe de las obras ascendió a 32 millones de pesetas, siendo financiado en gran parte por los regantes de Segorbe y, en mayor proporción por los del Camp de Morvedre. La superficie de lámina de agua es de 82 Ha., la longitud de coronación de 383 metros y la capacidad de 6,60 hectómetros cúbicos.
Además de cumplir con la finalidad de aumentar la aportación de agua para el riego de los pueblos beneficiarios, el entorno del pantano constituye un bello paisaje muy visitado por campistas y senderistas.
A pesar de la construcción y funcionamiento del Embalse del Regajo, según información de la Comunidad de Regantes de la Acequia Mayor de Sagunt, se venía dando una situación insostenible del sistema del río Palancia que reclamaba la atención de la demanda a base de la detracción progresiva de aguas no renovables de los acuíferos de la cuenca baja a razón de siete millones de metros cúbicos, que provocan graves problemas de intrusión salina.
Por esta y otras razones, se acometió, en la década de los noventa del siglo XX, por el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, la construcción de la Presa de Algar, ubicada en el término municipal de Algar de Palancia, en la confluencia del río Palancia y la rambla de Azuébar, a escasos 500 metros del casco urbano. El proyecto lo realizó el ingeniero Enrique Cifres Giménez, finalizándose las obras en el año 2000, con una inversión total de 2.948.265.136 pesetas.
Según informó en 1993 el propio organismo de cuenca, la finalidad del proyecto de la Presa de Algar era triple:
Primero. Recarga inducida de los acuíferos deprimidos por sobreexplotación de la cuenca baja. Beneficiarios, como actuales usuarios de aguas procedentes de estos acuíferos, además de las poblaciones servidas por la Acequia Mayor de Sagunt, serían los municipios de Benifairó de les Valls, Quart de les Valls, Benavites, Quartell y Faura (Valencia), junto con Almenara (Castellón). El beneficio del embalse ha de consistir en el reequilibrio del acuífero que, con unas extracciones actuales superiores en 7 hectómetros cúbicos/año a los recursos, presenta una situación insostenible. La recarga de 13 hectómetros cúbicos/año eliminará el defícit.
Segundo. Aumento de la aportación regulada de los recursos superficiales de la cuenca media del río, regulado solo parcialmente en cabecera por el embalse del Regajo. Ello permitirá aumentar la garantía del suministro en la zona regable de la Acequia Mayor de Sagunt (aproximadamente 500 Ha.) y, eventualmente, el abastecimiento de poblaciones, aliviando la explotación de un acuífero litoral, con altos niveles de salinización, disminuyendo extracciones de este en unos 4 hectómetros cúbicos.
Tercero. Laminación de avenidas y protección de las poblaciones ribereñas de la zona del Bajo Palancia.
Realizados los trámites legales exigidos, no consta, como sí ocurrió en el proyecto del “Pantano de Azuébar” en 1903, que hubiera formalmente ninguna oposición para la construcción de la presa, finalizando las obras, como se ha dicho, en el año 2000. Solamente, el Ayuntamiento de Algar solicitó de la Confederación Hidrográfica del Júcar que se llevaran a cabo las medidas de seguridad y prevención pertinentes.
Pese a haberse terminado la construcción de la Presa de Algar, no han faltado las contradicciones, dudas e incógnitas, tales como la carencia de compuertas que, al final, se han colocado, y como la existencia o no de un plan de seguridad. No obstante, quizá el problema de más difícil solución es el ocasionado por el paso de la Acequia Mayor de Sagunt por la presa. Este canal, como se sabe, arranca aguas arriba de la presa, en la toma del azud de Sot de Ferrer (Castellón), pasando después por el azud de Algar, para continuar hasta la presa, atravesando la misma por su parte inferior derecha discurriendo hasta Sagunt por la margen derecha del río Palancia, sirviendo para el riego de gran parte de la huerta de los municipios del Bajo Palancia. Pese a las continuas peticiones a la Confederación Hidrográfica del Júcar por la Comunidad General de Regantes de la Acequia Mayor de Sagunt, la cuestión continúa sin solucionarse, tal vez por la falta de recursos, lo que impide, entre otras cosas el llenado del embalse por encima del nivel de la acequia, sin que los sucesivos parcheos qua han tenido lugar hasta la fecha lo hayan resuelto, dando la sensación de que nos encontramos ante un problema irresoluble.
Por el lado positivo, además del recargo, al menos ocasional, de los acuíferos en la zona baja de la cuenca, sí que cabe decir que en el entorno de la presa existe una pequeña zona de recreo, cuyo mantenimiento y mejora compete al Ayuntamiento, así como también un bonito paseo que, bordeando el cauce del río y de la pequeña Sèquia del Molí o Sèquia del Poble, discurre desde el lugar en que se encontraba el antiguo Molí dels Frares o Molí de la Senyoria, en el casco urbano, hasta las proximidades de la presa, y que acrecientan lo atractivo del pueblo de Algar. De todos modos, el futuro de esta presa, sus efectos y consecuencias realmente importantes, continúa siendo una incógnita.