POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
En estos momentos, cuando escribo este comentario, el Papa Francisco canoniza -es decir, confirma la santidad- a los hermanos Francisco y Jacinta Marto quienes, junto con Lucía dos Santos, fueron protagonistas de las apariciones de la Virgen María en Fátima (Portugal) en el año 1917.
Francisco y Jacinta, tras sufrir reprensiones y hasta castigos por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas, padecieron las consecuencias de la llamada «gripe española» y fallecieron muy niños en 1919 (Francisco) y en 1920 (Jacinta).
¿Quién no recuerda aquel cantarín religioso que interpretábamos los niños en el catecismo dominical?
«El trece de mayo / la Virgen María
bajó de los cielos / a Cova de Iría.
A tres pastorcillos / la Madre de Dios
les abre el secreto / de su corazón.
Haced penitencia / haced oración,
por los pecadores / implorad perdón…»
Francisco, Jacinta y Lucía eran hijos de campesinos y en su niñez, para ayudar en los trabajos de casa, pastoreaban ovejas y ganados.
Hoy, desde el cielo, pastorean nuestras almas y nuestros destinos en promesa de misericordia y de paz, como nos pide el Papa Francisco.
¿Saben una cosa?
Ayer, Santiago Díaz, un asturiano enamorado de la raza asturiana de «oveya xalda», entusiasta miembro de ACOXA (Asociación de Criadores de Oveya Xalda), me animó a conocer y degustar las excelencias de la carne de estos corderinos, hoy en alza de conservación de raza y de cotas de mercado.
La xalda, englobada en el grupo Ovis aries celticus, tiene origen celta al igual que otras razas localizadas en Escocia y en Bretaña.
Se trata de ovejas de color que va del blanco al negro, de tamaño más bien pequeño y de carne exquisita en textura y sabor.
En el catastro del Marqués de la Ensenada se cita que en la Asturias del siglo XVIII se contabilizaron más del medio millón de ejemplares.
Jovellanos nos habla de animales de tamaño pequeño («como un medio entre merinas y churras»), que emigran poco y que la excelencia de pastos las hace finas de lana y sabrosas de carne.
En 1982 había en Asturias solamente 800 hembras paridiegas. ACOXA ha logrado el éxito de la recuperación de la raza y lucha permanentemente por su incorporación al mercado regional y nacional.
Por eso, testigo en TV de la canonización de los pastorcillos de Fátima, me propuse celebrar el acontecimiento con una fritura de chuletinas de corderín xaldu.
Bien cortadas, bien adobadas y bien fritas, sin llegar a rustir.
Como solamente las sabemos hacer en «Casa Prudo», un restaurante virtual ajeno a la invasión informática de los «malos de afuera».
En el Libro del Éxodo se dice que el cordero pascual ha de ser «macho de un año » (masculus anniculus) y sin defecto alguno (absque macula).
Así era nuestro corderín xaldu, el criado de la mano de Santi Díaz.
¡Feliz día de Nuestra Señora del Rosario, de Fátima!