LOS PROYECTOS DE CONQUISTA DE CHINA POR LA MONARQUÍA HISPÁNICA DURANTE EL SIGLO XVI –(I)
May 22 2019

POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA, CRONISTA OFICIAL DE BEDMAR Y DE GARCIEZ (JAÉN)

El camino seguido para el intento de Conquista de China por el Imperio Español durante el S. XVI.

«Hubo un tiempo en que China fue frontera de la Monarquía Hispánica. Los españoles habían conseguido establecerse en Filipinas en 1565 y miraban ya hacia China… Los españoles llegaron a la frontera de China con tres conocimientos chinos: la imprenta, para hacer los mapas; la brújula, para navegar y la pólvora para conquistar, pero les faltaba el cuarto, que era la longitud» [Jesús Maeso de la Torre. 2015].

-Preámbulo.-

Magallanes y Elcano, con la conquista de las Filipinas, durante su periplo (1519-1522), hicieron posible un proyecto futuro de Conquista de China, bajo el reinado de Felipe II.-

Sobre MAGALLANES y ELCANO, nos decía D. MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, Cronista Oficial de Montijo y Lobón (Badajoz), en su trabajo: “Exposiciones: “Sevilla y Sanlúcar en 1519. El origen de la Primera Vuelta al Mundo”, y “Comercio y Finanzas en tiempos de Felipe II” publicado en el Boletín Digital de la R.A.E.C.O. de la 1ª quincena de abril de 2019 (7/IV/2019. Artículo nº 1.948), lo que sigue: “En el año 2019 se cumple el quinto centenario del inicio de la expedición naval promovida por la Corona de España y capitaneada inicialmente por el navegante portugués al servicio de la Corona española, D. Fernando de Magallanes, con el propósito de abrir una nueva ruta a las islas de las Especias. Nombrado por el entonces joven Rey Carlos I de España “gobernador, adelantado, capitán general de la Armada para el descubrimiento de la especería”, Magallanes partió de Sevilla la mañana del lunes 10/VIII/1519 al mando de cinco naves y doscientos sesenta y cinco hombres, de los cuales el sesenta y cuatro por ciento eran españoles y el resto se repartía entre nueve nacionalidades diferentes. Esta empresa naval, que requirió de enorme tenacidad y esfuerzo para superar múltiples penalidades, condujo tres años más tarde a completar la hazaña descomunal de la primera vuelta al mundo, finalmente culminada gracias al arrojo, valor, destreza marinera y visión de D. Juan Sebastián de Elcano, marino natural de Guetaria (Guipúzcoa), que estuvo de regreso en Sevilla el día 6/IX/1522”. Pues bien gracias a estos dos grandes marinos y aventureros, que conquistaron las Islas Filipinas, bajo el reinado de Felipe II, la Monarquía Hispánica, promovió un proyecto sobre la muy probable CONQUISTA DE CHINA, con la ayuda japonesa y partiendo desde Manila, con la idea de entrar por la inaccesible colonia portuguesa de Macao, ya que se mantuvo firme al aspirante al trono de Portugal entre 1580 y 1640. Pero hubo un proyecto del cual daremos cuenta en este trabajo.

Tras el establecimiento definitivo de los españoles en las Islas Filipinas en 1565, se consideró a este archipiélago como una etapa intermedia hacia un objetivo mayor: China. De ahí que en las dos décadas siguientes, hubiese varios intentos de embajadas al emperador de la dinastía Ming, así como varios proyectos previos y un claro plan de conquista por las armas cuyo artífice más importante fue el jesuita Alonso Sánchez. Por todo ello en este artículo, se describen y analizan los distintos planes a partir de documentos de la época y de la bibliografía existente sobre el tema, así como la relación de Macao –concesión China a Portugal en 1553- bajo la Monarquía Hispánica durante el reinado de Felipe II de España (1556-1598) y I de Portugal (1580-1598). Hoy, ha sido CHINA la que ha conquistado Jaén a través de nuestro de Aceite de Oliva Virgen Extra, y muy pronto España, con el Jamón de Pata Negra y la compra de nuestra Deuda Pública.

Introducción.-

Juan III de Portugal (Lisboa, 6/VI/1502-11/VI/1557). Reinó en Portugal desde el 13/XII/1521. (Retrato de Antonio Moro, 1552).
Dibujo de un barco de un explorador portugués sobre una roca existente en el templo de A-Má de Macao.

Macao, fue el primer puesto comercial europeo en China, desde su fundación en 1557 por los portugueses –bajo dominio hispano-portugués entre 1580 y 1640, sobre el papel, pero no de una forma real y efectiva, pues la ciudad se mantuvo frente a Felipe II (1527-1598) y sus sucesores: Felipe II de Portugal “O piadosso” (1598-1622) y Felipe III “O grande” (1622-1640), Felipe III y Felipe IV de España, respectivamente, y al lado, en un principio, del pretendiente portugués a la corona-, por lo que se constituyó en una importante puerta de acceso para la entrada de la civilización occidental en China, y viceversa. En esa simbiosis tuvieron mucho que ver los misioneros españoles, siempre al lado de los portugueses y orientales, pues en 1563, tras rendir pleitesía a Pekín en 1557, el número de habitantes de Macao era de un millar de portugueses casi todos casados con malayas y japonesas convertidas al cristianismo y unos pocos millares de malayos de Malaca, indios y esclavos africanos. Macao se convirtió en la puerta de entrada del cristianismo para todo el Imperio Chino. Así lo entendieron los misioneros españoles establecidos en Manila (Franciscanos, Agustinos, Dominicos), quienes se apresuraron a establecerse en Macao. La cual pronto quedó sembrada de iglesias y conventos.

Los portugueses ocuparon Macao el 14/VIII/1556 y finalmente le fue ofrecido a Portugal, como recompensa por la ayuda que éstos le habían prestado en su lucha contra la piratería marítima de la zona entre 1557 y 1564 y después de que en 1553, D. Leonel de Sousa obtuviese autorización del imperio chino para establecerse tanto en Cantón como en la vecina Península de Macao, para fines puramente económicos y comerciales.

Carlos I de España y V de Alemania.-

Carlos I de España y V de Alemania (Gante, 24/II/1500-Cuacos de Yuste, 21/IX/1558). Retrato de Bernard van Orley, posterior a 1515.
Azulejo conmemorativo de la expedición Fernando de Magallanes (Sabrosa, Portugal, primavera de 1480-Mactán, Filipinas, 27/IV/1521)-Juan Sebastián Elcano (Guetaria, 1476-Océano Pacífico, 4/VIII/1526), en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

En la historiografía moderna y contemporánea e incluso a nivel popular mundial, nos encontramos con la famosa expedición de Magallanes y Elcano (1519-1522), la cual, aparte de ser la primera navegación alrededor del mundo, este viaje supuso, también, la apertura del camino hacia Asia para los españoles y el inicio de un nuevo litigio con los portugueses en el Pacífico a consecuencia del Tratado de Tordesillas de 1494, que dividió el planeta en dos zonas de influencia, la portuguesa y la española.

Expedición de Magallanes-Elcano (10/VIII/1519-8/IX/1522): Primera circunnavegación del Mundo.

Debido al difícil problema de la medida de la longitud geográfica, esta segunda línea suscitó muchos más problemas que la primera, ya que no quedaba claro si las islas Molucas, precisamente las codiciadas Islas de la Especiería, quedaban en una u otra zona. Cada una de las partes pretendía el derecho sobre las Molucas, aunque la mayoría de los cosmógrafos españoles, e incluso algunos portugueses, las situaban en la zona española. Pero, por otra parte, habían sido los portugueses los primeros que habían llegado a la zona, concretamente en 1512.

Francisco José García Jofre de Loaísa (Ciudad Real, 1490–Océano Pacífico, 30/VII/1526).
Hernán Cortés (Medellín, 1485-Castilleja de la Cuesta, 2/XII/1547). Retrato anónimo.
Álvaro Saavedra Cerón (España, siglo XV-Océano Pacífico, 1529).

Poco después de la expedición referida, el joven emperador Carlos V mandó una gran flota a Asia Oriental, la segunda expedición española a la zona. El mando de la expedición lo llevó fray García Jofre de Loaisa, a quien por anticipado se le había otorgado el cargo de Gobernador de las Molucas. La flota partió de La Coruña el 24/VII/1525, y tras un viaje desastroso por el Pacífico en el que murieron, entre otros, Loaisa y Juan Sebastián Elcano, los ciento cinco supervivientes, de los cuatrocientos cinco iniciales, finalmente llegaron a Mindanao y después, a finales de octubre de 1526, a la isla de Gilolo, en las Molucas. Mientras tanto, una pequeña nave de la expedición inicial de Loaisa, el “patache Santiago”, se había extraviado del resto poco después de pasar el estrecho de Magallanes. Fue bordeando la costa occidental americana hasta que finalmente llegó a Nueva España, territorio recientemente controlado por Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano, quien tenía ya la idea de continuar su particular conquista hacia Asia, al enterarse de las noticias por la tripulación del Santiago, y tras haber recibido de Carlos V una Real Cédula para que dispusiese una armada que se dirigiera a las Molucas, tal y como se refiere en el final de su quinta Carta de Relación, fechada en Tenochtitlan el 3/IX/1526, donde Cortés explicaba a Carlos V que se acababa de enterar de las noticias de la expedición de Loaisa y que él mismo se ofrecía a descubrir y conquistar las tierras asiáticas: “Mis navíos de la Mar del Sur están, como a Vuestra Majestad he dicho, muy a punto para hacer su camino, porque luego como llegué a esta ciudad comencé a dar priesa en su despacho. Y ya fueran partidos sino por esperar a ciertas armas y artillería y munición que me trajeron de esos reinos para lo poner en los dichos navíos, porque, ya que no se descubra estrecho, yo pienso dar por aquí camino para la Especería, que en cada un año Vuestra Majestad sepa lo que en toda aquella tierra se hiciere. Y si vuestra majestad fuere servido de me mandar conceder las mercedes, que en cierta capitulación envié a suplicar se me hiciesen cerca de este descubrimiento, yo me ofrezco a descubrir por aquí toda la Especería y otras islas si hubiere cerca de Maluco y Melaca y la China, y aun de dar tal orden que Vuestra Majestad no haya la Especiería por vía de rescate, como la ha el rey de Portugal, sino que la tenga por cosa propia y los naturales de aquellas islas le reconozcan y sirvan como a su rey y señor natural. Porque yo me ofrezco con el dicho aditamento de enviar a ellas tal armada o ir yo por mi persona por manera que las sojuzgue y pueble y haga en ellas fortalezas y las bastezca de pertrechos y artillería de tal manera que a todos los príncipes de aquellas partes y aun a otros se puedan defender[1]. Muy pronto se iniciaron los preparativos de la nueva expedición, para la que Hernán Cortés designó a Álvaro Saavedra Cerón (España, siglo XV-Océano Pacífico, 1529), un primo suyo, como capitán de las naves, las cuales partieron el 14/VII/1527, y tras varias aventuras, lograron llegar a Tidore [2] y ayudar a los españoles que quedaban allí como supervivientes de la expedición de Loaisa. El objetivo siguiente de Saavedra Cerón era volver a la Nueva España, por lo que salieron de Tidore el 3/VI/1528, pero su intento fue un fracaso y tuvieron que retornar a las Molucas. Un año después lo volvieron a intentar, el 8/III/1529, pero volvieron a fracasar, muriendo en la travesía el propio Saavedra Cerón. Los que lograron sobrevivir a todas las peripecias, llegaron a Portugal y luego a España en 1534, siete años después de su partida de la Nueva España. Durante varios años, los españoles y los portugueses fueron vecinos en las Molucas, a veces haciéndose la guerra, a veces conviviendo pacíficamente. Pero la posición española era la más débil, al no saber cruzar el Pacífico hacia América, lo cual implicaba que todo contacto con la metrópoli se tenía que hacer por el Índico y circunnavegando África, es decir, siguiendo la ruta de los “enemigos” portugueses. Debido a esto, y al no recibirse noticias en la Nueva España de las expediciones de Loaisa y de Saavedra Cerón, en 1529 Carlos V accedió a vender sus presuntos derechos sobre las Molucas en el llamado Tratado de Zaragoza [3], por el que se trazó un meridiano a 17 grados al este de las Molucas, y el emperador cedía a Portugal todo derecho de propiedad de las tierras e incluso de navegar y comerciar en la zona al oeste de dicha línea, a cambio de 350 000 ducados de oro [4].

Hernando de Grijalva (Cuéllar, siglo XV-En la embarcación “Santiago” en aguas del Pacífico Sur, 1537).
Ruy López de Villalobos (Málaga, 1500-Isla Ambon, 1546).

Tras el fracaso de las expediciones antes citadas, desde el virreinato de la Nueva España se realizaron dos nuevos intentos para llegar a Asia Oriental y regresar a América. La primera fue conducida por Hernando Grijalva entre 1536 y 1537. Grijalva fue enviado por Cortés para conducir dos barcos al Perú en ayuda de Francisco Pizarro, y para descubrir nuevas tierras e islas en el Pacífico sur. Una de las dos naves que partieron de la Nueva España regresó pronto, pero la otra, tras recibir órdenes de Pizarro, salió del puerto peruano de Paita rumbo al oeste. Siguieron prácticamente la ruta del Ecuador, hasta llegar a una isla de Nueva Guinea, donde todos los marineros fueron capturados por los nativos. Dos años después, los portugueses de las Molucas rescataron a siete de ellos. Poco tiempo después se dio el último gran intento del virreinato en tiempos del emperador Carlos V, me refiero a la expedición que confió el virrey Mendoza a Ruy López de Villalobos, que partió del puerto de la Navidad el 1/XI/1542. Tras llegar a Mindanao y a otras islas del archipiélago filipino, pasaron a las Molucas, donde siguieron teniendo problemas con los portugueses. En 1546, los españoles supervivientes intentaron volver a la Nueva España en dos ocasiones, sin éxito. Finalmente, los restos de la expedición llegaron a España en 1547, por la ruta de la India y de África.

El tornaviaje desde Asia a América parecía imposible para los intereses españoles, por lo que era importante encontrar la forma de cruzar el extenso Océano Pacífico desde Asia Oriental hacia América, para no tener que depender de la hospitalidad de los portugueses cada vez que se quería volver a Europa desde aquellas tierras. La búsqueda de la ruta de vuelta, de acuerdo con las corrientes marinas y los vientos, se había convertido en un problema acuciante para la expansión de España por Asia Oriental.

NOTAS:

[1] CORTÉS, Hernán. Cartas de Relación. Red Ediciones. Barcelona, 2011. P. 351.

[2] Ternate y Tidore, en las Molucas eran los dos pequeños sultanatos que controlaban la producción del clavo. El sultán más poderoso de la zona era el de Ternate. Por eso los portugueses, primeros en llegar, se aliaron con él, y por eso, su vecino y rival, el sultán de Tidore, se aliaría posteriormente con los españoles (LOBATO, 2009. P. 301).

[3] Con la firma de este Tratado, Carlos V realizó un excelente negocio, ya que empeñó a los portugueses unas tierras que les pertenecían por derecho propio, además el Emperador necesitaba urgentemente el dinero para sostener sus guerras en Europa. Asimismo, durante el reinado de su hijo Felipe II, los españoles se establecieron en las Filipinas, con lo cual violaron los dos tratados, el de Zaragoza y el original de Tordesillas.

[4] RUMEU DE ARMAS, Antonio. El Tratado de Tordesillas. MAPFRE. Madrid, 1992. Pp. 225-226.

[5] BERNABÉU, Salvador. El Pacífico Ilustrado: Del lago español a las grandes expediciones. Fundación MAPFRE. Madrid, 1992. P. 39.

Continuará…

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