POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Este otoño de 2016, Nuria Espert recibía de manos de su majestad el Rey Felipe V el Premio Princesa de Asturias de las Artes, a sus 81 años.
Nacida en Hospitalet de Llobregat, se considera «una catalana del mundo» aunque, con mucha frecuencia pregona también ser «ciudadana del mundo». Desde su juventud, está considerada como una de las personalidades más sobresalientes del mundo de la cultura, comprometidas con la sociedad y prolífica en el plano de la interpretación escénica; dominando casi todos los géneros.
Ahora, a sus 81 años, que cumplió el pasado día 2 de diciembre de 2016, representó, en el Teatro Romea, de Murcia, su obra teatral «Incendios» en los qué, quitando todas sus cenizas, deja al descubierto «Los Rescoldos de la Vida».
Es catalana y lo confiesa con naturalidad, porque las personas utilizamos el gentilicio del lugar en que hemos nacido. Sin embargo «esta gran señora», se dirige a toda clase de público, «con aires de libertad y aceptación» para testimoniar su sencillo planteamiento de la vida y, a la vez, comprometerse con toda clase de estratos sociales y «denunciar los conflictos territoriales en los que sus dirigentes no están a la altura de las circunstancias y, en aras de su endiosamiento, alienan a sus pobladores con el fin de vituperar a los que no pertenecen a su comunidad territorial. Sí, digo bien, enarbolando la bandera del poder, la hegemonía y el potencial económico»
Muchas regiones, ahora se les denomina comunidades, desde tiempo inmemorial, han ido consiguiendo y acumulando «privilegios» que quieren conservar a toda costa aunque hayan sido incorporados de forma fraudulenta, arremetiendo contra la sociedad en general, generalmente contra los más débiles a los que trata de menospreciar; «porque ellos son más listos y, sobre todo, más poderosos».
En su envite, intentan dar un órdago a las instituciones del Estado. Con esas amenazas van chantajeando a los mandamases de turno, en aras de conseguir más privilegios e, incluso, la… Sí, con tal de buscar ser más poderosos, se olvidan o no les importa, que existimos españoles de a pie que nos encontramos en desventaja con ellos. Sin lugar a dudas, el poder busca aumentar su poderío y, como consecuencia, embriaga a sus dignatarios.
El resultado creo personalmente que es «el menosprecio y ninguneo del resto de los españoles menos favorecidos; incluidos los que viven en sus propias comunidades».
Confieso que soy un seguidor impenitente de la actriz Nuria Espert, desde hace más de 40 años, cuando desde que un día acudí, en Madrid a la representación teatral de la obra de Federico García Lorca, «Yerma» que interpretaba junto a otro grande de la escena José Luís Pellicena.
Desde entonces me desplazo, siempre que puedo tanto a Madrid como al Teatro Romea de Murcia, para presenciar sus obras teatrales; siempre que me es posible.
Nuria Espert, «La Dama de los escenarios», así lo denuncia en sus representaciones teatrales; haciendo gala de su gran señorío, a pesar de haber traspasado la barrera de los 80 años. Afortunadamente, esta gran señora de los escenarios, sigue estando al lado de todos los españoles; incluidos los que viven en Cataluña.