POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE MADRID Y GETAFE
No, no hay error en el titular. No me refiero a los vigilantes de la ORA (Ordenanza de Regulación del Aparcamiento), sino a las personas que tendrán que vigilar el cumplimiento de la hora reglamentaria que nos niños van a tener para hacer un alto en el confinamiento. No sé si será la Administración Central, la Autonómica o la Local, la que tiene que abrir, con máxima urgencia, una convocatoria pública para proveer de suficientes Vigilantes de la Hora para cubrir las necesidades que se van a producir. Si la nueva ocurrencia del gobierno Sánchez-Iglesias y asociados, es que los niños puedan salir a la calle, acompañados de un adulto, una hora al día y no desplazarse a más de un kilómetro de distancia de su hogar, habrá que disponer de una legión de agentes especiales que controlen las salidas, estancia y distancia de cada niño, y si alguno se pasa de tiempo, o de kilómetro, ponerles un papelito de denuncia en la frente, como se pone en el parabrisas del coche aparcado en zona de la ORA, que se ha excedido de tiempo y permanencia en el mismo lugar.
Ellos, los Vigilantes de la Hora, van a ser los esforzados celadores de lo dispuesto por el gobierno. A ellos les corresponde apretar un botón del cronómetro para controlar el tiempo de permanencia callejera de los chavales, y otro botón, para medir la distancia que hay entre el lugar por el que se desliza en patinete y el hogar, amargo hogar.
Si no se improvisa una plantilla de Vigilantes de la Hora, ya me contarán quién va a ejercer esa función de control y cronometraje de los niños en su vuelta a la libertad condicional en las calles ¿El policía local? ¿el nacional? ¿el guardia civil? ¿el presidente de la comunidad de vecinos? ¿el portero de la finca?…
Bueno, algo han ganado los pequeños en relación con los derechos de los perros: ya pueden salir a la calle, acompañados, pero solo una hora al día y a no más de un kilómetro de distancia de su lugar de confinamiento. Aún les queda mucho para igualarse en derechos a los chuchos.
Fuente: https://www.madridiario.es/