POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
Antes de seguir con el Puerto de Losilla conviene saber algo más de Tudmir en los años 860. Tudmir era en aquellos años la provincia de Murcia, parte de la provincia de Alicante hasta la ciudad de Alicante y parte de Albacete. Ibn Adhari escribió sobre una expedición vikinga a España, y en este caso a Tudmir y la ciudad de Orihuela:
En el año 245 (8 de abril de 859-27 de marzo de 860) volvieron a ver Madjus (vikingos), y esta vez con 62 barcos en las costas occidentales. Las encontraron bien vigiladas, pues los barcos musulmanes navegaban desde la costa de Francia (en el Mediterráneo) hasta la de Galicia, en el Lejano Oeste. Dos de sus barcos, vanguardia de los demás, fueron cazados por los guardias y apresados en un puerto de la provincia de Beja. En ellos se encontraron plata, oro, prisioneros y provisiones. Las otras naves de los vikingos siguieron navegando a lo largo de la costa y llegaron a la desembocadura del río en Sevilla. Entonces el Emir ordenó al ejército que se pusiera en marcha, e hizo saber por todas partes que los hombres debían acudir bajo los estandartes del Hadjib, Isa-ibn-Hasan. Los vikingos dejaron la desembocadura del río y navegó hasta Algeciras, que tomaron, y donde quemaron la gran mezquita.
Luego cruzaron a África y saquearon a los habitantes de ese país, tras lo cual regresaron a la costa de España y desembarcaron en la costa de Tudmir. Este fue su segundo ataque a Tudmir, y entrando por Guardamar avanzaron hasta el castillo de Orihuela. Orihuela era una ciudad fortificada que los vikingos de la época se encargaron de destruir para robar, secuestrar y esclavizar a muchas de sus gentes. Luego navegaron a Francia, y pasaron allí el invierno. Hicieron muchos prisioneros, se llevaron mucho dinero y se hicieron dueños de una ciudad en la que se establecieron y que hoy en día se llama como ellos. Luego volvieron a la costa de España, pero ya habían perdido más de cuarenta de sus barcos (en una tormenta), y cuando se enfrentaron a la flota del emir Mohammed en la costa de Sidonia, perdieron otros dos, cargados de grandes riquezas. Sus otros barcos siguieron su camino.
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