POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Esta es la portada, de profundo calado en su mensaje, junto con dos páginas de mi artículo de la revista de la chirigota Cazurros Romanos de Mérida que este año cumplen XXXVI años de vida en el carnaval romano emeritense; y yo catorce años escribiendo en ella. Este es el título del artículo que he publicado: “María, María, ten conciencia y corta poco”, relacionado con la jangá de querer abolir el jamón de los guarri, guarri, producto estrella de nuestra dehesa. Con la cantidad de seguidores y devotos que hay de las pintitas blancas que no engordan ni perjudican al colesterol, su tocino y la grasita que te hacen pregonar y glorificar siempre a una ilustre, devota y fervorosa loncha de jamón, un trozo de pan y una copa de buen vino, o más de una loncha, pan y vino; puro estado de felicidad por los siglos de los siglos del pernil jamonero.
Qué sabrán estos que se manifiestan en contra del jamón, del efecto benefactor que hacía una ración o una tapa del buen jamón que servían en el bar ‘El Mosquito’ de Talavera la Real, de inolvidable fama; y en ‘El Torero’ de Lobón, parada obligatoria de muchos viajeros. El jamón te levantaba tanto el ánimo, en aquellos años de juventud, que te venías arriba ligando a tutiplén en las ferias de estos pueblos.
¡Será posible la decadencia que ha llegado a este país! Como diría don Mariano: “el jamón no es cosa menor, es cosa mayor”. Que aprendan que tomen nota de los mil seiscientos millones de chinos que quieren jamones enteros de bellota que así lo anunció no hace mucho su jefe Xi Jinping en la capital del reino de España. ¡Ooooolé por Jinping y todo su séquito jamonero!
Así, en el último quinario de febrerillo y el primero de marzo que traen, en sus locuras, un desordenado juicio y el desgobierno de un entendimiento perturbado, renacen las dos Españas que siempre han sido: don Carnal y doña Cuaresma. He dicho