POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Entre los años 1520 y 1522, surgieron en el Reino de Castilla, unos guerrilleros, que no solo custodiaban su territorio, sino que invadían fronteras que no les pertenecían, en aras de una mayor amplitud de sus territorios. A estos guerrilleros se les denominaba «Comuneros»; batallón defensivo auspiciado por la reina Isabel de Castilla.
Sin lugar a dudas esa era la norma; aniquilar a sus vecinos colindantes, entrar en sus territorios y apropiarse de los terrenos que no les pertenecían. Así ocurrió con los territorios fronterizos de los reinos de Valencia y de Murcia.
Su ambición expansiva no tenía límites ya que, a toda costa, su finalidad, en el Reino de Murcia, era llegar hasta las costas de Cartagena y tener salida al mar.
Sin embargo, la arrogancia de los Comuneros de Castilla, se vio sorprendida cuando, al llegar a las puertas de la Aduana del Puerto de La Losilla, en Ulea, tuvieron que replegarse a retaguardia en espera de mejor ocasión. Para el reino de Castilla supuso una gran humillación que lastró el reinado de Carlos I.
En la Aduana del Puerto de La Losilla, habían unos centinelas pertenecientes a la Encomienda del Valle de Ricote, que vigilaban día y noche, la entrada y salida de mercaderes, ganados y objetos de lucro; así como de delincuentes y guerrilleros, siendo rechazados a sus territorios e, incluso detenidos e internados en el Torreón de la prisión de dicha aduana de Ulea. La retirada de los comuneros de Castilla al ser repelidos por los aduaneros de La Losilla de Ulea, ocasionó serias represalias y vejaciones a los seguidores del reciente monarca Carlos I, al verse incapaz de entrar en la Región de Murcia, para llegar a Cartagena y tener salida al mar.
Quienes añoran a los Comuneros, celebran el quinto centenario de la incursión y expansión de territorios que no les pertenecían. Los murcianos y, en concreto la Encomienda del Valle de Ricote y la Villa de Ulea, celebrarán el gran trabajo que realizaron, hace V Siglos, en defensa de sus territorios, en la Aduana del Puerto de La Losilla, de Ulea.