POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA Y CONSEJERO DEL OVIEDO EN LA ETAPA DE LUIS ARAGONÉS COMO ENTRENADOR

A mí nunca me pareció sabio el de Hortaleza, honrado sí. Después de un año con Luis Aragonés, que lo pasamos en zona de descenso para salvarnos al final, volvimos a encontrarnos con él en la temporada siguiente, 2000-2001, en el partido contra el Mallorca, en Oviedo; ya jugábamos en el nuevo Tartiere y nos comentó que estrenar campo era mal asunto, que los equipos que pasaban por este trance corrían mucho peligro, era como si jugaran fuera, se desubicaban los aficionados y sobre todo los futbolistas, que ya tenían somatizado el estadio viejo y jugaban de memoria. En el partido de vuelta, el último de la temporada, fuimos a Mallorca con Antic, en el césped de Son Mos charlamos con Luis, le insinuamos que nos dejara libre ese «pasillo de seguridad» del que él hablaba tanto, pues, aunque llevábamos toda la temporada por encima de los puestos de descenso corríamos peligro de caer al final. Pero Luis, más honrado que sabio, cumplió con su deber y nos descendió.

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