Todo murciano, para presumir de que lo es, debe experimentar en su vida el ambiente cofrade del Cristo sanantolinero en su día grande.
Ahora se suma a ellos el Tabanko825, cofrade gaditano de no poco arte cofrade. Tradiciones jamás escritas, pero observadas durante generaciones. A saber: balcones cuajados de banderas magenta, parroquianos inquietos de la iglesia al bar o al revés, filas de fieles en el besapié de las doce, sillas reservadas con folios donde se leen apellidos de toda la vida, abuelas con su sillita de enea, que a ver quién es el guapo que les advierte de que estorban, el revuelo de los gitanos que las cobran, los carros de chucherías, la escandalera de conversaciones que llenan las calles… Semana Santa murciana.