POR ANTONIO LUIS GALIANO, PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA (ALICANTE)
Creo que a todas las personas en el transcurso de los años les viene a suceder lo mismo, o algo parecido como lo que me ocurre a mí. Así, al venirme a la memoria alguna situación que hemos vivido se nos agolpan otros recuerdos, generalmente felices, entre ellos motivados por la música. En este caso revivo algunas piezas musicales de las que era frecuente escucharlas en aquellos legendarios aparatos de radio que eran referidos con cierto número de lámparas y algunos como los más lujosos con «ojo mágico»
De esas obras musicales era frecuente que, en la sección de discos dedicados, estuvieran presentes las del compositor, cantante y actor mexicano Agustín Lara, como el bolero Solamente una vez, que la compuso en Buenos Aires a petición de su amigo, el también cantante y actor José Mojica, cuando decidió dejar su profesión y recluirse en un convento franciscano. A este actor que había triunfado en Hollywood, y dentro de esos recuerdos que se funden en el crisol de la memoria, con seis o siete años, el 1 de mayo de 1953, tuve la suerte de escucharlo en un concierto vistiendo el hábito de los Hijos del Santo de Asís en el Teatro Circo en su visita a Orihuela, con ocasión del aniversario de la restauración de la Provincia Seráfica de Cartagena de los franciscanos. Pero, a la música de Agustín Lara junto con su María bonita, habría que añadirle entre otras dedicadas a poblaciones de España como Toledo, Sevilla, Murcia, Valencia, Granada y Madrid, que las concibió sin haber viajado ni conocer a la Madre Patria. Y, junto a éstas el chotis Madrid, en el que a modo de estribillo se reiteraba el topónimo de la Villa y Corte, al que en alguna estrofa añadía «en México se piensa mucho en ti». Tal vez, que así sería en el corazón de aquellos exiliados calificados por José Gaos y González-Pola como «los transterrados», manifestándose la añoranza de su hogar desde México. Pero pasa el tiempo, y esa nostalgia la he comprobado con un buen amigo mexicano que ya no está entre nosotros, Alejandro Contla Carmona, que siempre me recordaba el disfrute de sus almuerzos con «melón con jamón» en uno de los establecimientos madrileños que pomposamente se anuncian como «Museo», al igual que sus paseos por lugares emblemáticos de la capital de nuestra nación.
FUENTE: https://www.informacion.es/opinion/2024/12/28/madrid-madrid-madrid-112967392.html