POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Supongamos que es usted un espectador cualquiera que, sentado en su sofá, cómodamente instalado en su cuarto de estar, enchufa la televisión y se topa, una vez más con Malanquilla.
La tarde es gris y llueve a ratos en Zaragoza . Hace frío. Las restricciones de movilidad en Aragón no animan precisamente a salir. Los bares y restaurantes cierran a las ocho de la tarde así es que, sin nada mejor que hacer, escucha lo que se ofrece en el programa Encontrados de Aragón Tv, sin otro interés que el de pasar otro rato tumbado y semi adormilado, al calor del hogar. La guapa y simpática presentadora hace que dirija hacia la pantalla su primera mirada.
Y de pronto, Casimiro Moreno, el concejal de cultura de Malanquilla le sorprende delante del molino más famoso de todos los molinos y le cuenta que es el emblema del pueblo. Luego, los invitados en el estudio, el cronista oficial que le habla de la misteriosa visión de un OVNI atrae su atención.
Que curioso, pensaría usted. Después le habla de los índices de población, que si un día fue un despoblado Malanquilla y otro adoptan medidas de contención para impedir asentamientos de nuevos pobladores. Y le vuelven a hablar del molino, de su historia, de su reconstrucción y de las mil peripercias por las que ha pasado.
Después, David, que se presenta como representante del nuevo proyecto Malanquilla Rechita. Usted que no ha oído hablar de ello en su vida, se pregunta: Malanquilla que?
Pues Rechita, un vocablo aragonés que viene a significar rebrota y que, en el caso del pueblo, enlaza con esa frenética actividad de los años 80 y 90 del siglo pasado cuando Malanquilla empezó a tener entidad propia y, como ahora, estaba día sí y día también en los grandes medios de comunicación. Y le desgranan las cosas que se han hecho y las que quieren hacer incluida una detenida parada en la nueva estación meteorológica y los nombres de los vientos dominantes del lugar…
Y usted con cara de póker se pregunta: Pues sí que quieren hacer cosas siendo tan pocos… y más le sorprende aún Javier Aguayo cuando le dice que en Malanquilla quieren abrir una casa rural, recorrer el territorio en quad o paseando a lomos de un caballo además de crear un centro bussines de Coworking especializado.
Sus ojos se dilatan como platos. Este neologismo que no es otra cosa que cotrabajo o trabajo cooperativo lo ha oído usted muchas veces en otros ambientes pero nunca pensó escucharlo hablando de Malanquilla. Pues ya ve usted… Y sin salir de su asombro le vuelve a «asaltar» Casimiro, el infatigable concejal y le presenta la pista de pádel domotizada. Pero también hay de eso en Malanquilla? se pregunta ya sin poderse despegar de su televisor y totalmente incorporado.
Y para que se relaje el programa le propone buscar un compañero o compañera a Federico, un burro solitario de 10 años, maltratado en su día y que hoy hace las delicias y recibe el cariño de todo el pueblo. No es un burro cualquiera. Este tiene hasta apellido. A que no había conocido nunca un burro con nombre y apellido? Es que Malanquilla es mucho Malanquilla, pensará. Las cosas que se les ocurren.
Más tarde el cronista, Antonio, le contará que quieren hacer un sendero integrado en la Red de Senderos Turísticos de Aragón, para unir los diversos monumentos históricos a través de una ruta. Y su corazón se volverá a sobresaltar al escuchar a Andrés, un vecino del lugar que le presenta el proyecto de planta piloto de biomasas y productora de pellet.
Quizá para entonces ya no le sorprenda nada de lo que pueda pasar en Malanquilla…. Pues de eso se trataba. Primero de presentarle un pueblo, con un rico patrimonio, durante mucho tiempo olvidado y luego de sorprenderle con proyectos de futuro. Si con usted lo hemos conseguido nos damos por satisfechos.
Malanquilla es una ilusión. Para muchos de nosotros ha sido siempre un campo multidisciplinar de experimentación donde todo podía dar sus frutos. Y en esas estamos. Unos investigan su pasado, desentrañan datos y pormenores de la vida cotidiana a través de su historia, otros centran su atención en la realización de actividades para mantener vivo el patrimonio y ponerle en valor, como las visitas guiadas al molino y otros, los emprendedores, ven en Malanquilla las posibilidades de futuro que nunca antes habíamos imaginado.
Y sobre todos ellos, uniéndolo todo, apoyando y facilitando el trabajo de todos, recogiendo iniciativas y potenciándolas, el ayuntamiento, articulación necesaria y fundamental para que el engranaje funcione. Y no sólo eso, sino que aporta novedosos proyectos de infraestructuras como la pista de pádel que para sí la quisieran muchas poblaciones de mayor número de habitantes.
Pues esto es Malanquilla hoy. Un pueblo que está sabiendo unir tradición y futuro, historia y modernidad. Y eso con sólo 90 habitantes censados. Imagínese usted, amigo espectador, lo que se podría hacer si, finalmente, deciden instalarse nuevas familias. Quizá usted mismo, tocado con todo esto de una pandemia a la que no vemos el final, sea uno de los que quieren cambiar de vida.
Pues hable con el ayuntamiento y sepa que además de todas las facilidades encontrará un lugar acogedor en un entorno natural donde dispondrá de todas las posibilidades para desarrollar su trabajo con menores costes y mayor calidad de vida y donde, además, le acogerán con los brazos abiertos. Yo que usted me lo pensaría…