«EL MOLINO ES SÍMBOLO Y BASE DEL MOVIMIENTO CULTURAL QUE SURGIÓ A RAÍZ DE LA IDEA DE RECUPERARLO Y DE LA INICIATIVA ACTUAL», EXPLICA ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DEL PUEBLO
Hace 39 años, el hoy imponente molino de viento de Malanquilla era un amasijo de piedras. Ahora, casi cuatro décadas después, aquella silueta derruida se ha convertido en el símbolo de Malanquilla Rechita –rebrota, en aragonés-, un proyecto que quiere revitalizar los planos social, cultural y económico de la localidad para fijar población y sumar nuevos vecinos. Al mismo tiempo, el edificio, ya restaurado como uno de los atractivos del municipio, está pendiente de una pequeña reparación en una aspa y de que se materialicen los planes de musealización para darle uso turístico.
«El molino es símbolo y base del movimiento cultural que surgió a raíz de la idea de recuperarlo y de la iniciativa actual», explica Antonio Sánchez Molledo, cronista oficial del pueblo y uno de los impulsores de la restauración del espacio en los 80. Como recuerda, un 4 de julio de 1981 se puso la primera piedra de la reconstrucción impulsada tras ganar el concurso Misión Rescate de Radio Televisión Española y en un principio «fue algo sobre lo que había apatía o incomprensión, pero que ahora está asumido y no genera discordia».
En este sentido, Sánchez subraya que persiguen que la musealización sea atractiva y que dé vida, lo que redundará en un beneficio para todos», y recuerda que recientemente se ha reabierto el bar y se va a poner en marcha una casa rural. «Si hay visitantes, eso implica servicios y gente que trabaje ofreciéndolos, lo que puede suponer reabrir la escuela», apunta.
Para que aquel impulso original no caiga en el olvido y recogiendo el testigo de dos asociaciones culturales que surgieron después, el proyecto Malanquilla Rechita se presenta este sábado, a las 18.00 en la iglesia de la localidad. «Queremos ilusionar a la gente», resume Chesús Barrena, coordinador de la nueva entidad. Así, remarca que tienen muchas ideas y líneas de trabajo a las que poco a poco irán dándoles forma con el objetivo «de atraer población y de que en el pueblo se valore lo que tenemos». Este verano su idea es empezar con visitas teatralizadas «para que se vea que hay posibilidades».
Desde el Ayuntamiento, Casimiro Moreno, concejal de Cultura, define ambas iniciativas como la «punta de lanza». «Somos más ambiciosos, tenemos varios proyectos encima de la mesa para darle una vuelta al pueblo», indica y asegura que «el molino es la seña de identidad de Malanquilla». Asimismo, se muestra «optimista con el futuro, que hasta hace poco veíamos con perspectivas nefastas» y muy orgullosos y agradecidos «por toda la gente que está aportando y trabajando».
Fuente: https://www.heraldo.es/