POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
El viajero ha pasado hace una semana por Mallorca, la Isla de la Calma, que es un verdadero paraíso. Vamos a conocer, con paz y sosiego, un destino turístico mundialmente conocido, pero con los ojos de un mallorquín que ama y quiere lo suyo, no con los de un turista.
La isla es la más grande del archipiélago balear, con 3.640 kilómetros cuadrados y una población que ronda el millón de habitantes. Está situada al occidente del Mar Mediterráneo, y en sus más de 500 kilómetros de costa cuenta con 350 playas que atraen anualmente a cerca de dos millones de turistas procedentes de todos los países europeos y de otros lugares del mundo.
Su capital es Palma de Mallorca, una preciosa ciudad con numerosos monumentos entre los que destacan su catedral, la Seo, junto al Parque del Mar, y el castillo de Bellver, lugar que fuera residencia de los Reyes de Mallorca. Aquí vienen a descansar, en el Palacio de Marivent, actuales Reyes de España, incluso cuando el rey Felipe era un niño y acompañaba a sus padres don Juan Carlos y doña Sofía.
Los paisajes de la isla han atraído desde siempre a verdaderos protagonistas de la historia europea, como al pianista polaco Federico Chopin, acompañado de su amante, la escritora francesa George Sand, que se alojaron en la Cartuja de Valldemossa, a donde este viajero acudió ofreciéndole el brazo al famoso escritor argentino Jorge Luis Borges, quien estaba acompañado de su esposa María Kodama.
En plena montaña de Tramuntana, en el cercano pueblo de Deiá, que da al oeste, compró una casa en S’Estaca, el famoso actor norteamericano Michael Douglas, que levantara allí a finales del siglo XIX el archiduque Luis Salvador de Austria, como pionero del turismo mallorquín.
Y en esa misma zona, la más atractiva de la isla, se halla el Torrente de Pareis, lugar donde cada año se celebra, al aire libre un concierto al que acuden cientos y cientos de personas a disfrutar de la naturaleza y de la música, al fin y al cabo, el Musical Mallorca, que se celebraba en el Auditorium de la ciudad de Palma, estuvo considerado durante años como el mejor festival musical del mundo.
En los años 60, la isla de Mallorca era considerada el lugar ideal para pasar la luna de miel y ocurrió una curiosa anécdota que me contó personalmente el autor de la misma, Se esperaba al turista un millón, Era una guapa joven británica, recién casada, que iba a la isla a pasar su luna de miel con su marido y ser recibida con música por las autoridades de la isla. Una señora mayor dijo en inglés a mi amigo, que estaba encantado que la isla la recibiera así. Mi amigo, relaciones públicas del Fomento de Turismo de Mallorca, le dijo que no era para ella, sino para la joven pareja y la señora le contesto: ¡Qué pena, yo creí que Mallorca quería mucho más… a Agatha Christie! No se debió enfadar mucho la famosa escritora de novelas policíacas, porque escribió un libro titulado “Problema en Pollensa”, un precioso pueblo al norte de la isla.
Aquí también se rodó la película “Muerte bajo el sol” protagonizada por el actor Peter Ustinov en el papel del detective Hércules Poirot, con vistas de la preciosa isla cercana de La Dragonera.