POR JOSÉ LUIS DE TOMÁS, CRONISTA OFICIAL DE MANISES (VALENCIA)
Esta página hace muchos años que la ganó por méritos propios, trofeo a trofeo, el primer futbolista de élite que ha dado nuestra ciudad, D. Vicente Martínez Catalá. Desde su niñez, el fútbol fue su pasión, en cuyo deporte alcanzó los mayores éxitos. Hace ya más de 70 años que comenzó a jugar al fútbol como profesional en equipos como el Levante, Español, y Zaragoza.
Había nacido en Manises el 31 de diciembre de 1916. Su familia, conocida cariñosamente en Manises como “Els Rullos”, se dedicaba a dos negocios diferentes, como son la carnicería y el campo. Nuestro manisero ilustre era el menor de ocho hermanos. Ya en la niñez apuntaba maneras con el balón. Con los años, comenzó a jugar en equipos cuyos componentes eran siempre mayores que él. Su juventud continuó ligada al fútbol, formando parte del equipo manisero el “Saturno” y posteriormenter, en el “Manises”. Cuenta su hija Clara, que mientras estuvo en las filas del “Saturno”, era tal su afición que algunos días se levantaba a las 4 horas de la madrugada y acudía al campo de fútbol para regarlo, limpiarlo de pedruscos y dar dos balonazos. Después, volvía a casa a las 6 horas, evitando ser descubierto por sus padres.
En 1930 se matriculó en la Escuela Normal de Valencia, a fin de cursar estudios de Magisterio, carrera que culminó con éxito. Pero su presencia en la capital le sirvió para establecer contacto con el Levante C.F., donde comenzó a jugar como “amateur”. A causa del deporte, su familia recuerda que “se pelaba” muchas clases. Según contaba el interesado, en cierta ocasión, su compañero de clase, D. Juan Santaolaria, manisero ilustre que fue uno de los pioneros de la fotografía en la ciudad, hizo uno de los exámenes de clase por él.
Como jugador amateur del Levante, contaba que cuando ganaban un partido, la directiva invitaba a los jugadores a una gaseosa.
El 19 de julio de 1937, ya jugador del Levante, ganó la “Copa de España Libre del Presidente de la República.” Casualmente, el equipo adversario era el Valencia C.F.
Resumiendo su trayectoria profesional, podemos afirmar que triunfó en varios equipos. En julio de 1936 le fichó el Valencia C.F., pero la guerra civil dio al traste con el contrato, por lo que regresó al Levante. En 1938, en plena contienda, fue movilizado para llevar a cabo el Servicio Militar en el Cuerpo de Aviación, en Barcelona. Pero los dirigentes republicanos, sabedores de la valía de Martínez Catalá, “el Rullo”, lo colocaron en servicios relacionados con el deporte. Y es que, a fin de levantar la moral de las tropas republicanas, organizaban partidos de fútbol entre los diversos cuerpos del ejército. Gracias a su actitud deportiva se ganó el apelativo de “la figura levantina de la guerra”. (Véase “El fútbol durante la guerra civil y el franquismo”, de Carlos Fernández Sabater, 1990.)
A finales de 1939 lo fichó el Español, con el que jugó dos temporadas; posteriormente pasó al Zaragoza, reclamado por el entrenador Jacinto Quincoces, pero una lesión de menisco lo apartó temporalmente del fútbol y el Zaragoza descendió de categoría. Martínez Catalá regresó al Español. Con este equipo ganó la Copa del Generalísimo, que era la segunda, tras la guerra civil. De 1944 a 1948, recuperado por el Levante, regresó a Valencia. Antes de acabar su carrera profesional en Manises, jugó en el C.E. Alcoyano, el Elche C.F y U.D. Melilla.
Este delantero centro fue un jugador muy técnico y, según los críticos, su juego era muy avanzado para la época. Tenía una amplia visión de las jugadas y sabía resolver en el área.
En diciembre de 1948 contrajo matrimonio con Dª. Clara Riera Cerveró, mujer de una delicada belleza. Tuvieron cuatro hijos: Vicente, Salvador y Clara.
Este manisero ilustre falleció el 20 de mayo de 1965, a la edad de 49 años. Dejaba viuda de 44 años y tres hijos. Todo Manises guardó luto por él, siendo su funeral de los más sentidos y multitudinarios que se recuerdan.
En julio de 2010, el Ayuntamiento de Manises, en los Premios 9 de Octubre, le concedió el título de Hijo Predilecto a título póstumo. El día 3 de febrero de 2011, el Ayuntamiento puso su nombre al campo de fútbol de Manises, descubriendo un monolito con texto y retrato en ladrillos cerámicos.