PARA DISFRUTAR CON EL SABOR DE TAN EXQUISITO MANJAR, NADA MEJOR QUE EL CRONISTA OFICIAL DE NOREÑA Y MANTENEDOR DE LAS JORNADAS DE LA MATANZA, MIGUEL ÁNGEL FUENTE CALLEJA

Manuel Alperi Cuesta, ‘Manolín’, y José María Ruiz Benito, ‘el mesonero’, podrán acompañar a partir de ahora sus datos de filiación junto al honorable título de porcófilos; un nombramiento para el que solo un grupo de selectas personalidades pueden acceder con el beneplácito de los organizadores del evento que, anualmente, reúne en torno a la mesa de la Tená de Alfredo a los amantes del gochu, marrano, cerdo o cochinillo en todas sus variedades culinarias.

Para disfrutar con el sabor de tan exquisito manjar, nada mejor que el cronista oficial de Noreña y mantenedor de las jornadas de la matanza, Miguel Ángel Fuente Calleja, que, con la ironía y el buen humor que le caracterizan, hizo de perfecto anfitrión junto al regidor de la taberna La Cuadra de Alfredo y de la casa de comidas de La Tená, Manuel Alfredo Bobes y Álvarez de Argüelles, más conocido como ‘Kuki’ entre su amplia clientela.

Al cerdo «se le ama»

Su establecimiento está situado a escasos metros del monumento al animal totémico de Noreña, esculpido por el maestro José Luis Iglesias Luelmo que, en palabras del cronista oficial, fue captado «con la mirada perdida en el cielo solicitando clemencia ante los impuros que perturban su descanso, en ese púlpito donde asienta sus valiosas posaderas, llamadas también jamones». El mismo animal que se cura, después de muerto y al que los científicos consideran «con eruditos razonamientos como el mejor amigo del hombre, el que salvó más vidas que la penicilina, según el sabio doctor Marañón, y al que algunos han copiado hasta los andares, que decía don Álvaro Cunqueiro», desgranó poco a poco Miguel Ángel Fuente.

En este homenaje popular al gochu o en la versión segoviana al cochinillo, los dos protagonistas de la jornada recibieron como atributo del título que les fue concedido una figura del ‘gochu ganador’, una obra del escultor ovetense José Luis Fernández, que no pudo acudir personalmente a la Tená, aunque estaba en espíritu, por estar inmerso en la preparación de las esculturas de los Goya.

La réplica a Miguel Fuente corrió a cargo de José Manuel Vilabella y Guardiola, que actuó como pregonero. Si el cronista ensalzó el papel del gorrino, no quedó atrás el pregonero. En su encendida defensa del animal, admitió que al cerdo «se le valora, se le honra, se enaltece y se ama». Hay de todos los colores -blanco, negro, colorados-, asilvestrados y con muy mala leche.

Aseguró que si en un principio descendemos de los monos, otros muchos lo hacen del cerdo. «Todos llevamos un cerdo dentro y otros lo exhiben fuera», dijo mientras desplegaba una impresionante relación de sinónimos para denominar al animal. Y si hay quien se atreve a utilizar el término en plan despectivo, en Noreña hay auténticos seguidores del género porcino, del que todo se aprovecha, hasta su sangre.

Fuente retomó la palabra para hacer una semblaza de los porcófilos 2014. Del empresario local Manuel Alperi Cuesta, ‘Manolín’, resaltó sus paseos diarios por las instalaciones de su matadero, mientras recuerda con añoranza los tiempos pasados en los que se sacrificaban 2.000 cerdos diarios, aunque hoy en día, ha bajado la venta de carne de cerdo, la producción en las fábricas y, con ello, el sacrificio de cerdos. A José María Ruiz Benito, ‘el mesonero’ le visitan anualmente en Segovia y de paso rinden buena cuenta de sus excelentes cochinillos. Aunque su mesón cuenta con una amplia lista de espera, nada como decir que eres de Noreña «en voz baja» para apañar una mesa libre. Ruiz lanzó un «Viva el gorrino, el lechón y el marrano, que forma parte de nuestras vidas y nuestro quehacer diario» . Fue seguido por todos los comensales.

Fuente: http://www.elcomercio.es/