BAEZA Y MACHADO.- MACHADO Y PERSONAS RELACIONADAS CON NUESTRA LOCALIDAD.
El cronista oficial Manuel López Fernández actuó como presentador del acto que la Asociación Cultural “Cristo Vive”, preparó para conmemorar la muerte de Antonio Machado.
López, agradeció a esta Asociación la propuesta para que participara en el acto. Alabó la actividad de “Cristo Vive”, desde su fundación en 1987, en principio para representar la Semana Santa Viviente. Logrando que numerosas personas se desplazaran desde lugares distantes para contemplar la gran puesta en escena de los textos y personajes bíblicos.
Lamentando que por distintos motivos este proyecto se quedase a mitad del camino, cuando ya estaba consolidado. Les felicitó por la adaptación de “La fuente encendida”, escrita por Miguel Hueta, con motivo del Cincuentenario de la Coronación de la Virgen de la Fuensanta; reconoció la valiosa aportación a la vida cultural de la localidad, con sus variadas y exitosas representaciones teatrales.
Quiso destacar la colaboración al empuje a la vida teatral de Alco-Teatro y la Asociación “Nieves López Pastor”. Indicó su entusiasmo por la obra de Antonio Machado, que utiliza en algunas de sus publicaciones, y actos.
De la vida del poeta se centró en dos aspectos principales: a) Baeza y Antonio Machado, y b) personajes de la localidad vinculados con la vida y obra de Machado.
Sobre Baeza y Machado, destacó su llegada a la ciudad el día de todos los Santos de 1912. El director del Instituto don Leopoldo de Urquía, sus clases de francés, la casa donde habitó, sus paseos a Úbeda, sus excursiones a las sierras, su canto al Guadalquivir y lugares cercanos; las tertulias en la reboticas de Don Adolfo Almazán, la estancia de su madre Ana y hermano Joaquín en la localidad; las obras que escribió en este periodo; su marcha en 1919 al Instituto de Segovia:
Campo de Baeza
soñaré contigo
cuando no te vea!
Por último, habló de los distintos reconocimientos y homenajes, alguno fallido, el de 1966- hasta que en 1983 pudieron colocar la obra realizada por Pablo Serrano.
Con respecto a personajes relacionados entre Villanueva y Machado, citó la matrícula de honor concedida en la asignatura de francés a Antonio Uceda Sánchez en el curso de 1916-17. La emoción que sintió el cronista cuando Francisco Uceda, hijo del magistrado, de la Audiencia de Jaén, D. Antonio Uceda, le mostró las notas de su padre, con la firma del poeta.
La amistad del poeta con un excelente alumno, Rafael Laínez Alcalá que fue su guía por los lugares de Peal de Becerro, Sierra de Cazorla, Santuario de la Virgen de Tíscar… Rafael Laínez Alcalá, apellido enraizado con la familia Alcalá de nuestra localidad, profesor de la Universidad de Salamanca, fue el pregonero de la Coronación de la Virgen de la Fuensanta en el año 1956.
Reposo de Urquía y García Junco. Narró el cronista oficial Manuel López, como en los años de 1964 a 1972 sus padres regentaron una modesta pensión en la localidad, llamada “Los Ángeles”. Entre los huéspedes estaban Nieves López Pastor, licenciada en Literatura, profesora del Colegio Libre Adoptado de Segunda Enseñanza y Reposo de Urquía, a la que describió, como mujer de edad, menuda, siempre vestida de negro y con dificultades en la audición.
Manuel se encargaba del servicio de la comida a los huéspedes, y estudiaba bien bachillerato y después magisterio, por libre en la localidad. En alguna sobremesa Doña Reposo le contó su amistad con Antonio Machado, cuando llegó a Baeza. Su padre, Leopoldo de Urquía era director del Instituto.
Narraba emocionada el encuentro en que se conocieron en Baeza Antonio Machado y
García Lorca en el año 1916. Cómo celebraron una velada poética-musical: Lorca recitó algunos poemas, e interpretó al piano algunas obras de Falla; Machado leyó “La tierra de Alvargonzález” y otros poemas. Doña Reposo, interpretó al piano” La romanza sin palabras” de Mendelssohn.
De aquí surgió una amistad con García Lorca, que años después le dedicó del libro “Impresiones y paisajes”, el capítulo “Ciudad perdida, Baeza”, – “A la señorita María del Reposo de Urquía”, indicando las dos cartas que Lorca le había escrito.
Como vagos recuerdos, el cronista, relató la comida que compartieron con el notario de Quesada, Antonio Navarrete y la larga sobremesa hablando de estos temas. Antonio Navarrete junto a Francisco Lapuerta publicaron en la colección “Siglo Ilustrado” un número “Baeza y Machado. Evocación de la Ciudad y el Poeta”; así como la llegada del escritor Ian Gibson, para hablar de García Lorca y bajar a un estudio fotográfico para reproducir las cartas de Lorca.
En los años 70, debido a distintos motivos, la pensión cerraría sus puertas y Doña Reposo y Doña Nieves marcharon a Baeza. Después presentó el acto, dividido en varios bloques, finalizando cada uno con la intervención de un poeta local y una actuación musical.
Pidió al público asistente si conocían un pequeño poema o texto sobre Antonio Machado, que contó con una excelente participación. Niños, jóvenes, hombres y mujeres fueron recitando algunos de los poemas más representativos del poeta. Tras algunas recitaciones intervino Pablo Martínez, escritor y poeta que recitó su poema “Andalucía y el corazón que la cruza”.
A continuación Antonio Fernández, acompañado a la guitarra por José Antonio Fernández y Pablo Martínez, cantó “Cantares”. Tras nuevas lecturas, intervino Daniel Fernández-Arroyo, al que presentó “nació siendo poeta y dominar el verso, la rima y los adjetivos, que nos hace envidiar su estilo”. Recitó un poema sobre Machado, compuesto para este acto.
De nuevo intervino Antonio Fernández, que interpretó “La saeta”. Tras una nueva serie de lecturas intervino Diego Jiménez: “hombre de teatro”, autor de numerosas obras teatrales, que como técnico de cultura está realizando una inmensa labor a favor de la literatura y la lectura, que acaba de entregarnos su libro de poemas: “El modo imperfecto de la belleza”, agotado en los primeros días de su publicación. Recitó su poema homenaje a Machado “Luz que no cesa”.
Se cerró el acto con la recitación del poema “Retrato” y una nueva interpretación de “Cantares”. Las personas que dejan la semilla en los surcos del bien, de la palabra, del recuerdo, no mueren, Antonio Machado, vive entre nosotros.