POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Horas podría pasarse uno platicando, que así siempre se llamó, con Manuel Muñoz Zielinski. Experto fotógrafo de lo popular, erudito investigador en mil archivos olvidados y prolífico autor de historias que, una vez más, presenta en un entretenido libro, ‘Historia de los lugares. Huerta y campo de Murcia. 1700-1800’. A lo largo de 800 páginas, el autor desgrana un apasionante recorrido sobre las rutinas, inquietudes, sueños y pesadillas de las gentes que vivían en las antiguas diputaciones, hoy conocidas como pedanías. Es un título indispensable para conocer de dónde venimos y, muy probablemente, hacia dónde vamos.
-¿Por qué estudiar este periodo?
-He publicado numerosos trabajos sobre la cultura del ocio en Murcia, partiendo de la llegada del cine y analizando su inserción en una sociedad agrícola muy atada a sus costumbres. Los últimos años del siglo XIX marcaron las normas de conducta de la actual sociedad del ocio, pero antes de eso, las gentes que vivían en las pedanías tenían sus manifestaciones lúdicas, que habían heredado de tiempos pasados.
-¿Dónde consiguió la ingente información que nos ofrece?
-Primero estuve manejando documentos y actas capitulares en los Archivos Municipales y Regionales. Ahora las nuevas tecnologías permiten acceder a esa información de forma más inmediata. Especialmente grato fue poder investigar en el Archivo de la Catedral de Murcia.
-¿Qué peso tenían las diputaciones y pedanías en aquel tiempo?
-La configuración territorial moderna de las pedanías comienza a fraguarse a mediados del siglo XVII pero se consolida a lo largo del siglo XVIII con la inserción de los lugares del Campo de Murcia, territorio que llega hasta la Rambla del Albujón. La mitad del censo del municipio vivía en la huerta y en el campo, pero pagaban los mismos impuestos sin recibir compensaciones. Y eso que Lugares como Beniaján, Algezares o Pacheco tenían más habitantes que Librilla o Molina.
-¿Cómo era la vida cotidiana en los lugares?
-Todavía no se había implantado la distancia ente burgueses (urbanitas) y campesinos. La comida, el vestido, el calendario festivo, y el mismo interior de las casas eran iguales, incluso en el tamaño, ya que, salvo las residencias de algunas importantes familias de comerciantes, lo habitual era que ocupasen unos 70 metros cuadrados. En muchos lugares no había iglesias y los capellanes de las ermitas cercanas, y por encima de todo las cofradías locales se encargaban de los entierros y funerales, aparte de los oficios de Navidad y de Semana Santa.
-¿Qué episodios históricos repercutieron más en las pedanías murcianas?
-Para los lugares de Murcia fueron esenciales tres acontecimientos: la Guerra de Sucesión con la caída de Cataluña, la repercusión en las costas murcianas del episodio de la peste de Marsella entre 1720 y 1725 y, sobre todo, la constitución de la Provincia Marítima de Cartagena, que obligó a transformar el concepto de la vivienda al generarse una enorme escasez de madera.
-¿Dónde se puede adquirir el libro?
-MSComunicación, que es la empresa que ha corrido con la edición, ha propuesto la librería Galileo, en la calle Santa Teresa, y la tienda de fotografía Foto2, en la plaza de Romea, ambas de Murcia.
-¿Dónde serán las próximas charlas de presentación?
-La difusión del trabajo se está haciendo mediante charlas y tertulias en los ‘Lugares’. La más inmediata será en la biblioteca de Sangonera la Verde el día 24 de febrero. Luego seguirán Alcantarilla, San Pedro del Pinatar, Torre Pacheco, Santomera y Guadalupe. En el Casino de Murcia charlaremos, en compañía de profesores expertos, sobre el ‘Habla de Murcia en el Siglo XVIII’.
Fuente: http://www.laverdad.es/