POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
En el año de 1604 siendo Virrey de Sicilia don Gómez Suárez de Figueroa, II Duque de Feria (título del reino concedido por Felipe II a su padre el 28-9-1567), encargó al fraile agustino Fr. Juan Márquez (1565-1621) profesor en Salamanca, la redacción de un libro «acerca de las conformidades para los que andan ocupados en cosas públicas y peligrosas debido a las contradicciones de lo útil y lo honesto que tales conllevan».
Tal libro fue publicado en 1608 bajo el título de EL GOVERNADOR CHRISTIANO y de él entresacamos este consejo: «Atendiendo al bien común y no a las delgadezas MARAÑADAS con arte, se hace justicia a las partes».
¡Qué buena norma para la política y los políticos que padecemos!
La palabra MARAÑA, de la que deriva MARAÑUELA, aparece en la literatura española hacia 1520 con origen incierto. Según Corominas tiene su cuna en la francoprovenzal «baragne» (zarzal) o en la portuguesa » baraça» (cordón, lazo).
De esta palabra madre, «maraña» surgen otras como enmarañar, desenmarañar y, ya en asturiano,» maranu», «marañu».
¿Y qué son «nuestres marañueles», candasinas o luanquinas?
Pues, sencillamente, unas galletas elaboradas con harina, azúcar, huevos y mantequilla que, una vez amasadas y laminada la masa, se corta ésta en tiras que se entrelazan (enmarañan) en formas diversas, y hornean hasta dorar.
¿Y qué son LES MARAÑUELES DE AVILÉS?
Pues, miren ustedes, son otra dulcería totalmente distinta a las anteriores, cuya ·esencia, presencia y potencia (así lo cantaba un cuplé), se asemeja mucho a las alfiladas del occidente y que por Tineo llaman rosquilas.
Y que ¿cómo se hacen?
Pues, verán ustedes, el asunto es un poco complicadillo. Pero bueno, sigan estos pasos:
1.- PREPARACIÓN DEL FORMIENTU (Masa madre): Disuelvan unos 20-25 g de levadura de panadería en medio vaso de agua templada y con ello amasen sobre 100 g de harina. Cubran la masa con un paño blanco y déjenla reposar hasta que aumente su volumen el doble.
2.- PREPARACIÓN DE LA MASA: Mezclen en un cuenco uno o dos huevos (según tamaño), 2-3 yemas de huevo, unos 150 g de mantequilla muy fresca y sobre 150 g de azúcar.
Batan muy bien hasta lograr una textura de crema.
Añadan el fermentu (formientu, masa madre), 400 g de harina y un chorrito de anís u otro licor (si gusta).
Amasen muy bien y dejen reposar en lugar templado hasta que la masa aumente su volumen casi al triple.
Si la masa resultara muy compacta pueden aligerarla con un poco de leche
3.- MOLDEO: Formen con esta masa, en igual número, unas bolas grandes y otras más pequeñas. Sobre cada bola grande coloquen una pequeña y con la ayuda de un cuchillo den a ambas unos cortes en forma de cruz.
Nuevo reposo en lugar templado.
4.- HORNEADO: Pinten las marañuelas con huevo batido y horneen a temperatura de 170º C a 180º C hasta que superficialmente tomen un color dorado.
Estas marañuelas avilesinas fueron y son muy tradicionales en Cuaresma y en Semana Santa y también como «regalo de Pascua» con el que los padrinos obsequiaban a sus ahijados