PROLOGADO POR EL CRONISTA OFICIAL DE GUADALAJARA, ANTONIO HERRERA CASADO
Marcos Nieto ha presentado en el Centro Cultural El Torreón de Sigüenza, su libro ‘Santa Librada. Lo que se esconde detrás’. En un salón de actos repleto para la ocasión, el autor fue introducido por Sonsoles Arcones, concejala de Cultura del Ayuntamiento seguntino, y prologado por el cronista oficial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, quien además es el editor del libro.
Herrera Casado se encargó de glosar brevemente la biografía de Marcos Nieto, subrayando su pasión investigadora, que abarca toda su vida, en temas arqueológicos y documentales, y que ha cuajado ya en tres libros, incluido el recién presentado en Sigüenza.
Marcos Nieto nació en Madrid y frecuentó durante su infancia y adolescencia la ciudad de Sigüenza cómo veraneante. Biólogo, antiguo programador de sistemas, es, desde hace años, inspector del Cuerpo Técnico de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica. Sus tres libros son estudios históricos. El primero de ellos ‘Las sinagogas de Sigüenza” fue publicado en 1998 por la Editorial ADI de Madrid; el siguiente ‘Los Cuerpos Santos de Medinaceli’, vio la luz en 2012. Su ópera prima, fruto de una colaboración con su padre enfermo de cáncer, llegaba tras la muerte de éste; se trata de un trabajo donde se exponían las evidencias documentales que se tienen sobre la existencia y devenir histórico de dos sinagogas de la ciudad, levantadas una antes y otra después del decreto de apartamiento de los judíos de Juan II. En el segundo, repasó críticamente las crónicas de la excavación arqueológica llevada a cabo en Medinaceli el año de 1585 en búsqueda de las reliquias de los míticos santos propios de la ciudad, los Cuerpos Santos, combinándolas con el análisis arqueológico de los restos admirablemente conservados de lo entonces extraído, entre los cuales apareció, como especial novedad, el báculo eclesiástico europeo más antiguo conocido.
A continuación, el cronista resumió los datos que la obra aporta sobre Santa Librada, desde tres puntos de vista: arqueológico, histórico e iconográfico, y puso especial énfasis en uno de los temas claves del libro: el estudio del Arca de Plata que contiene los restos de Santa Librada, conservada en la Catedral de Sigüenza.
El propio autor habló sobre el libro aportando “una explicación gráfica y sencilla de lo que por escrito lleva una gran carga de argumentación y debate”. Nieto expuso todo lo que se sabe sobre Santa Librada, recalcando que, “de las múltiples santas conocidas con ese nombre, ninguna como la seguntina cuenta con tal cantidad de material histórico, arqueológico y artístico que avale su existencia física”. Según la tradición ortodoxa, Santa Librada (bajo el nombre de Polixena) pudo ser una de las primeras predicadoras del evangelio en la península ibérica, en el siglo II.
En este sentido, enfatizó la importancia que tiene el Arca de las Reliquias para el estudio de la Santa y de los entornos, físicos y culturales, en los que se desenvolvió inicialmente su culto. Nieto señaló que “el Arca es un objeto extremadamente difícil de admirar presencialmente. Incluso también lo es su réplica en escayola, ejecutada en 1946”.
El Arca es de los elementos patrimoniales más antiguos que dan testimonio de la existencia de la santa y de su culto. Fue construida para ser depositaria de los restos corporales del personaje. Según algunas teorías, se construyó en Sigüenza, o al menos en esta ciudad se ha mostrado siempre, sin que conste su llegada desde otro lugar. La fecha de su construcción, tal como hoy existe, es del siglo XIV. Aunque de acuerdo con estas mismas hipótesis, debió de reformarse sobre una pieza bastante anterior, tal como muestra el estilo de las figuras que la adornan. De madera, con un revestimiento de plata repujada, en el arca se muestran las cuatro paredes, dos de ellas largas, en su frente y espalda, y dos cortas en los extremos, más la tapa, que es a dos aguas, y por tanto muestra amplia iconografía, como el resto de los paneles.
Desde hace siglos, el arca se conserva en el interior de una urna sepulcral en piedra, a modo de coronación del altar de Santa Librada, en el brazo norte del crucero de la catedral de Sigüenza. En 1946 se decidió hacer un vaciado en escayola del exterior del arca, que es el que se ha estudiado para el presente trabajo.
“Desde 1954 hasta el año 2006 únicamente había sido publicada una imagen de baja calidad de una de las caras del arca. Y fue en este último año cuando, tras la petición por parte de Panamá de reliquias de la Santa, se realizó una apertura que se guardó en el máximo secreto, publicándose entonces en una corta edición, que no se puso a la venta, las primeras y únicas imágenes en color del Arca. El contenido del Arca, hoy diezmado, era igualmente sobresaliente. Consistía en un ajuar textil exclusivamente hispano fechado entre los siglos VIII y XIII. Su pieza estrella era un tiraz realizado en los reales telares cordobeses y entregado según el historiador ibn-Hayyan por el califa Abderramán III en el año 948 en Atienza como reconocimiento a sus partidarios, cuando presidió las obras de reconversión de Medinaceli en el bastión de la Marca Media. Aquí se hizo notar el silenciamiento tradicional que sobre la presencia árabe y mozárabe ha existido en nuestra historiografía, y más extrañamente, sobre la bizantina”, explica Nieto.
Es el análisis de la decoración del Arca de las Reliquias que hace el autor, auténtica primicia, el que ofrece pistas sobre a quién estaba dedicada la misma, arrojando así algo de luz sobre el misterio de Santa Librada. Según Nieto, está dedicada a Santa Polixena, quien, de acuerdo con la tradición bizantina y culto ortodoxo, fue artífice de la primera predicación del evangelio en nuestro suelo, pero asimismo en un amplio territorio que abarcó desde la Península del Peloponeso hasta la Península Ibérica. No en vano el nombre con el que la conocieron significaba la muy viajera o peregrina.
Marcos Nieto repasó igualmente los escasos pero sobresalientes restos iconográficos e históricos de dicha santa y su transformación progresiva en el mundo latino, tras el rápido colapso de la civilización bizantina, en una santa conocida como Liberata. “Tras ello, la sorprendente explosión del culto hacia su persona fue perseguida por oscuras razones y por ello sobrevivió camuflado en obras de arte que constituyen en sí mismas auténticos enigmas, para los cuales hemos podido encontrar alguna clave de interpretación”, aportó.
Marcos Nieto reservó una parte de su intervención para el compañero de viaje que tuvo Librada en el periodo medieval, Bernardo (o más propiamente, Bernaldo) de Agén, primer obispo de la ciudad tras su reconquista. Y mostró un rarísimo documento inédito donde figura el único retrato de tal personaje representado vivo y con las características de santo, en la versión tardía (s. XIII) de la carta fundacional de una orden militar en Medinaceli, reconvertida en Cofradía de Caballeros. “Su vida y circunstancias de su muerte le consiguieron la aclamación popular como santo, rechazada por las autoridades, por lo cual sus partidarios lo convirtieron en un santo de nombre ambiguo, Sacerdote, unido a Librada desde el s. XIII por bulas papales”, explicó.
Por último, el autor indicó que “la persecución desatada exclusivamente en nuestro país por instigación vaticana contra la santa a partir de la década de 1950 ha tenido como efecto envolver en un muro de silencio todo lo concerniente a la que fuera patrona de la ciudad y su patrimonio, en buena parte disperso en colecciones públicas y particulares del mundo entero, con otro no pequeño alijo de materiales en paradero desconocido. Hoy incluso más que ayer, adentrarse en el misterio de Santa Librada exige un tesón y espíritu crítico notables para desafiar tanto impedimento con el que se pretende estorbar su conocimiento. Confío en que los seguntinos, como cabeza histórica de toda una bimilenaria región, renueven su afecto por quien es su más antiguo referente y resuciten el culto que con tanto empeño se quiere destruir”, afirmó Nieto.