POR JUAN FRANCISCO RIVERO, DOMÍNGUEZ, CRONSITA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
La excelente actriz Margarita Xirgú actuó en Brozas después de que inaugurara su obra “Medea” iniciando así, el 18 de junio de 1933, la primera edición del ciclo de teatro clásico greco – latino en el teatro romano de Mérida. Fue un domingo a las seis y media de la tarde, con la presencia del presidente de la República, Manuel Azaña, algunos ministros y hasta el embajador de Italia y 3.000 espectadores.
Hoy, 5 de julio de 1933, hace pues 90 años que estrenó en el “Teatro “Casimiro Ortas” de la villa de Las Brozas la obra de Calderón de la Barca “El alcalde de Zalamea” y al día siguiente “Tierra baja”, del dramaturgo tinerfeño Ángel Guimerá.
La imagen de este programa me lo ha cedido para escribir este artículo de la inmortal Teresa López, nieta del propietario del entonces teatro de Brozas, Julio López, quien además me ha apuntado algunas cosas tan interesantes como estas: Tu como cronista de Brozas lo sabrás, pero muchas personas no y eso me da como pena porque unos días después de venir de Mérida trabajó en Brozas. Mi abuelo Julio se fue a Cáceres para hablar con ella ya que no la dejaron actuar por ser republicana. Le dijo si quería actuar en un pueblecito y se la trajo a Brozas. Tengo la propaganda original. Te la mando.
Lo que sé es lo que me contó mi abuela. El ama de la compañía fue a la fonda y viendo que no tenían cuarto de baño dijo que su señora no se quedaba allí. Margarita dijo que no se movía de mi casa y durmió en las habitaciones mejores, cuyos balcones dan a la calle Sancho y se veía el campo y los humilladeros. Mi madre hizo de niña. No sé si en “Tierras bajas” y mi abuela conservaba las dos copas en las que bebió Margarita Xirgu y ahora yo en Navidad las pongo como decoración en el centro de la mesa”.
Sin duda alguna fue una gran obra la que estrenó Margarita Xirgú con la compañía de Enrique Borrás, quien interpretó el papel de Pedro crespo, el alcalde de Zalamea y Margarita Xirgú hizo de Isabel, la hija del alcalde, violada por el arrogante capitán don Álvaro de Ataide, quien tras hacer justicia con él y mandarlo matar le responde al rey Felipe II la famosa frase:
“Al rey la hacienda y la vida
Se ha de dar, pero el honor
Es patrimonio del alma
Y el alma solo es de Dios
La obra “El alcalde de Zalamea” se representa cada año en este pueblo de Badajoz, en el que participa, como actores buena parte de sus habitantes. He ido en un par de ocasiones y está muy bien representada ante un numeroso público. La segunda vez coincidí con el presidente en funciones de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien apoyaba este acto cultural con su presencia, según me dijo.
Margarita Xirgú nació en 1888 en Molins del Rey (Barcelona) y murió exiliada en Montevideo en 1969. En Mérida tiene una calle con su nombre. Enrique Borrás nació en Badalona en 1863. Sus grandes interpretaciones fueron Pedro Crespo, de “El alcalde de Zalamea”, Manelic, de “Tierras Bajas” y don Rodrigo, de “El abuelo”, de Benito Pérez Galdós. Murió en Barcelona en 1957 y dio su nombre al Teatro Borrás de la capital catalana y es hijo adoptivo de Mérida.
Voy a contar una anécdota personal que me ocurrió en el verano de 1971 en el teatro romano de Mérida, representando “Medea” la reconocida actriz catalana Nuria Espert, personaje que ha representado hasta en seis ocasiones distintas. Yo estaba con un pequeño grupo de broceños, cuando en plena representación, un “tonto” (no tengo otra manera de describirlo) se puso a gritar desde la parte derecha del público; otro tonto le respondió a gritos desde la parte izquierda. Estaban actuando solos Nuria Espert y Carlos Ballesteros, que tuvieron que parar la representación. Yo sentía vergüenza y les dije a mis acompañantes que comenzáramos a aplaudir muy fuerte. Todo el teatro nos siguió; se callaron los dos bobos y la representación continuó.
Años más tarde, ya trabajando como periodista en Palma de Mallorca, me encontré personalmente con Nuria Espert y Rafael Alberti que iban a dar un recital de poesía en el castillo de Bellver. Le recordé a Nuria este incidente y me agradeció públicamente aquellos aplausos que hicieron interrumpir su actuación delante de las autoridades, entre ellas el alcalde de Palma Ramón Aguiló, y mis colegas periodistas. La entrevista les debió gustar tanto que me enviaron al periódico un saluda firmado por él y por Nuria con el sucinto texto: “A Rivero, gracias” Está entre mis mejores recuerdos personales y profesionales. También puedo decir que estuve varias horas paseando por Palma de Mallorca con Alberti y compré un libro de poemas “Sobre los ángeles” y lo tengo dedicado con un dibujo suyo. Un día hablaré de éste libro y del excelente recital de poemas en el castillo de Bellver…