POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Aunque sólo sea porque este mes nace el Mesías y porque echamos fuera el año viejo, debería yo hacer un esfuerzo suplementario para dedicarle un homenaje a la esperanza, el último recurso de los pringados.
No hablo de comprar lotería, ¡jamás!, ni entregarse los domingos al Real Oviedo o esperar el Ave en el apeadero de Tuiza; el que vive de esperanza morirá ayuno; me refiero a que si aun después de trabajar mucho para conseguir algo, sin apelar a la casualidad, se nos retrasan las flores, hemos de invocar con optimismo a la Esperanza; no como náufrago en alta mar que levanta los brazos pidiendo socorro a un alcatraz, eso se llama desesperación; tampoco como el agonizante que pide el viático, eso se llama fe; se trata de confiar guapamente en que la Navidad, o el Corte Inglés, o el cambio climático, o una grúa de GAM o de Gonvarri, traiga a Asturias la primavera. Pero, ya digo, pa con Dios hay que tener po’l carro.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/margen-a-la-esperanza.html