POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
El mundo es un pañuelo, aunque cada vez más pequeño gracias a los proyectos que desarrolla la Federación Mundial de Puntos de Comercio (WTPF). Y su presidente, Bruno Masier, después de recorrer unas cuantas veces el planeta, ha encontrado un rincón en ese tablero comercial que es la tierra donde se siente en casa. Ese lugar es Murcia, adonde llegó por vez primera hace más de tres lustros. Desde entonces, cada año la visita en diversas ocasiones. La mitad son viajes de placer. O para recoger un premio, como el que le entregó la Cámara de Comercio hace unos días. La Federación es una organización internacional no gubernamental con sede en Suiza, cuyo objetivo es ayudar a las pequeñas y medianas empresas a participar en el comercio, reducir los costes y proveerles acceso a las últimas tecnologías y redes de información.
-¿Qué ha supuesto para usted este nuevo galardón?
-Es una gratificación personal. Todo lo que hago profesionalmente es mi trabajo y mi obligación. En el caso de Murcia, también me siento a gusto. En Murcia experimento un cariño no forzado y acogedor.
-¿Cuáles son los retos de la federación que preside?
-Estamos a punto de lanzar una nueva tecnología para colocar a nuestros centros de comercio como gestores en la promoción del comercio electrónico. Nuestro programa nació en 1992 por Naciones Unidas para impulsar ese tipo de comercio cuando ni siquiera existía internet. Siempre fuimos por delante de los cambios. Ahora viene una nueva revolución con el intercambio de valores en la red, no solo información.
-¿En qué beneficia eso a Murcia?
-En que la conecta con una red mundial de oficinas con las que interactuar en función del desarrollo local. Tenemos 120 centros en más de 90 países. En algunos, nuestra labor es fundamental pues de otra manera no podrían trabajar. Es un trabajo en equipo. Estar en una mesa global donde Murcia interactúa no solo para intercambiar productos sino también experiencias de desarrollo.
-¿Qué países interesan más?
-Trabajamos mucho con China. Hace tres años firmamos con Beijing estar 15 años en la capital. Eso nos dio la posibilidad de abrir un centro internacional de negocios para impulsar la llegada de empresas. Y Murcia, precisamente, es uno de los primeros Trade Point que se han acercado.
-¿Qué empresas o sectores buscan más esos mercados extranjeros?
-En estos momentos buscamos canales eficientes para los sectores de frutas. También para los vinos. Sobre todo, el sector alimentación.
-¿En qué considera que afecta el terrorismo a los mercados?
-No lo hace directamente. Tenemos oficinas en países donde antes íbamos y ahora no queremos o no podemos ir, como es el caso de Siria. Pero seguimos conectados con aquellos lugares peligrosos a través de la tecnología.
-¿Seguirá la globalización o se revertirá el proceso?
-Las modas se acomodan a la realidad económica. El proteccionismo es una fórmula que fracasó. No queda otra que adaptarse a la globalización que, aunque funciona mal en algunas cosas, en la mayoría no. El libre comercio es el futuro. El proteccionismo ha ralentizado la capacidad social en muchos países. El mundo no volverá a él. En los negocios y la economía, la realidad se acomoda al discurso.
-¿Y el ‘Brexit’?
-Sentí mucha decepción, pero creo que es una buena noticia para la Unión Europea. Los ingleses nunca quisieron estar. A pesar de que aportaban cosas buenas, como su forma de negociar y de pensar, venían con la carga negativa de no integrarse. Cada vez que queríamos avanzar, ellos nos frenaban. Europa se arregla con más Europa, nunca con menos.
-¿Qué contaría usted de Murcia?
-Vine hace 16 años y suelo regresar tres o cuatro veces por año. Más de la mitad no es por trabajo. Le diría a la gente que viniera porque es un pueblo maravilloso y hay cantidad de posibilidad de negocios. A veces, en grandes ciudades es difícil. Aquí, quizá por el trato humano, enseguida te puedes relacionar. Le diría a un exportador: Vaya a Murcia. No hay barreras ideológicas ni culturales para hacer negocios. Eso es lo primero.
Fuente: http://www.laverdad.es/