POR ÁNGEL DEL RÍO LÓPEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE Y MADRID (CAPITAL).
Tengo el privilegio de contar con la amistad de María Jesús González e Irene Villa, madre hija, de la misma carne, hechas a imagen y semejanza de lo bueno que aun en estos tiempos conserva el ser humano, tras muchos miles de degeneración personal.
Las recuerdo especialmente en estos días en los que se cumplen 30 años del salvaje zarpazo de los criminales de ETA que intentó arrebatarles la vida, pero sólo pudo llevarse una parte de sus cuerpos. El corazón y la mente de ambas quedaron intactos en el proyecto de vida que tuvieron que cambiar, pero nunca interrumpir, porque ellas supieron trazarse un camino de supervivencia, sin espacio para el odio, pero habitando una extensión infinita para el amor, para superarse y dar un ejemplo de vida a toda la sociedad y un estacazo moral a las conciencias de aquellos asesinos, que intentaron incluirlas en su siniestra nómina de inocentes asesinados en nombre del odio, la sed de sangre, la incomprensión y el sinsentido.
Cada uno de estos treinta años, María Jesús e Irene no sólo ha sido sinónimo de superación, de esfuerzo, de fe, sino también de ejemplaridad, de compromiso con una sociedad necesitada de gestos como el de ellas, haciendo que la pérdida de una parte de sus cuerpos no frenara el ánimo de seguir adelante, de romper barreras y quebrar fronteras sobre las que las manos de unos asesinos intentaron levantar muros insalvables, que ellas han superado con pundonor inquebrantable.
Gracias María Jesús, gracias Irene por tantas muestras de superación que nos habéis brindado, por vuestra fe y valor, por vuestro ejemplo continuo, frente a la barbarie de unos asesinos que intentaron mataros, como a tantos cientos de españoles, y que sin embargo han gozado de privilegios penitenciarios, de acercamiento a sus casas, que han sido moneda de cambio para negociaciones políticas espureas, dando la espalda al dolor de tantas víctimas inocentes, de tanta sangre derramada. Vosotras sois el ejemplo de la concordia, el ánimo, el no mirar hacia atrás, sino al proyecto que está en el futuro. Gracias a ambas por vuestra amistad. Fuente: El propio autor