POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Como no había luz eléctrica, las películas cuya acción se desarrolla en la Edad Media las realizan tenebrosas, incluso en exteriores y por el día, con Sol crepuscular. En “María, reina de Escocia” hablamos del siglo XVI pero, fieles al tópico, las tinieblas y la luz de las candelas no desaparecerán hasta que Edison patente la bombilla, en 1880 (en Oviedo se encendió en 1917, con corriente de La Malva). Ahora bien, ¿por qué no son lúgubres las películas de romanos?, ¿o las de troyanos, donde brilló Brad Pitt? A lo que voy, antes de agotar el espacio: de este demasiado largo metraje de Josie Rourke suscribo la nominación al Oscar al mejor vestuario y maquillaje; no lo nominan a la iluminación y tampoco a las dos actrices protagonistas, poco iluminadas, que inhibieron mi emoción: me importó un pimiento que, al final, decapitaran a María Estuardo. Nada desvelo, se sabe desde el 8 de febrero de 1587.
Fuente: https://www.lne.es/