POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Dionisio Alba Marcos es el ejemplo nato del que lleva en la sangre el tirón limpio e inmaculado del amor al mar. He pensado muchas veces que es una tradición familiar del origen del apellido Alba toresano cuya historia está incrustada en la etapa más brillante de la historia grande de Castilla y como tal de España.

Dionisio Alba, heredero de la noble tradición artesana de la joyería, siguiendo su llamada navegó en el Baleares y licenciado siguió la tradición familiar sin olvidar nunca su pasión marinera. Es hoy uno de los miembros más antiguos de la Real Liga Naval Española y esto sin olvidar en ningún momento de su vida y dedicación, que siempre que tuvo ocasión tuvo presente la Marina Española, como lo vimos en su época como miembro de la Junta Pro Semana Santa en la que la Marina preside la procesión del Santo Entierro, de la misma manera que intervino en la reivindicación de la plaza al historiador zamorano Fernández Duro y más tarde en las actividades con motivo de la Semana del Mar en septiembre de 1981, el concurso de redacción sobre el mar en las escuelas de la provincia y la sección de los cincuenta, con el premio de una visita de varios días a la base naval de Cartagena y en la capital la colocación y dedicación de una plaza a la Marina Española.

El acto, celebrado el pasado día 30 de mayo en el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, hoy Parador de Turismo para imponer a don Dionisio Alba Marcos la Medalla de Oro de la Real Liga Naval Española, máxima distinción estuvo cargado de emoción. El sencillo acto estuvo presidido por don Juan Díaz Cano acompañado por don Florentino Antón Reglero. Desde ese momento Dionisio Alba Marcos forma parte de la Orden de Caballeros y Damas del Ancla de Oro.

Autoridades militares: coronel Carracedo, teniente coronel Lucas, el alférez de Marina José Carlos San Gregorio y amigos junto a tres generaciones de los Alba constituyó esa segunda parte del cuerpo y alma del homenaje y reconocimiento a esa entrega al mar y a la Marina a lo largo de décadas de entusiasmo y una fe ciega en enlazar a su tierra, a través de sueños, con ese mar que nos rodea y ha llenado las páginas más gloriosas de siglos de nuestra historia, a la vez que constantemente nos está recordando que los errores de tierra adentro llegan muchas veces hasta la mar soñada.

Dionisio en su silla, ejemplo y lección para todos, está soñando todavía por enlazar y relacionar aun más a Zamora con la Marina y el mar y su fe y su constancia han dado siempre magníficos resultados con la noble gente que cuida, guarda y defiende las cosas del mar. Enhorabuena a este noble caballero de la Orden del Ancla de Oro.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/