POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Asturias, abrazo de mar y piedra, es tierra de contrastes y de encierros.- Al sur, las montañas , en su altura, apuntan destino de cielos y cierran senderos a la proximidad de la meseta.- Al norte, el mar Cantábrico, incita a la aventura en lucha contra el oleaje y la galerna porque… «¡ay, fíu, más allá tan los herejes!».-
El asturiano, encerrado en su terruño de autoabastecimiento y de trabajo, siempre pobre, siempre en penuria, buscó destinos de fortuna en tierras que prometían un futuro de triunfo y de riqueza.- Era -es- la llamada de la EMIGRACIÓN.
Sabían -saben- que más allá de ese horizonte de mar, en lo desconocido, hay un «Finis terrae» que es morada de extraños seres, sean serpientes o dragones, que devoran a quienes atraviesan sus fronteras de dominio.
«El Finis Terrae -escribió Martínez de Lecea en «El Jardín de la Oca»- no es un lugar concreto; es una idea, un símbolo, la frontera entre lo conocido y lo desconocido; lo alcanzable y lo inalcanzable».
Ese Finis Terrae, nos explica el citado autor, situado más allá del monte del mismo nombre que fija los confines de la Tierra, está siempre poblado de figuras de piedra y oquedades que son morada de dragones.
DRAGONES para el TRIUNFO y para el FRACASO de quienes arriesgan su vida en búsqueda de destinos nuevos.
El emigrante triunfador -ese que logró fortuna y poder económico, político, social…- será personaje «de publicidad».
Lo festejarán en su pueblo, rotularán calles y plazas en su honor, será hijo predilecto de la región…
El emigrante perdedor será personaje «de silencios» porque a nadie le gusta pregonar su fracaso; un fracaso que el sufre y llora en la amargura de su soledad.
En Asturias, a los fracasados en su emigración a tierras hispanoamericanas, los llamaban AMERICANOS DEL POTE y también «INDIANOS DE LA MALETA AL AGUA» porque, en su ingenuidad de disculpa, decían que en el viaje, al subir al barco, les había caído al mar la maleta donde traían joyas y dineros.
Esas pocas joyas que habían vendido o embargado para pagar el viaje del retorno. Lo decía el cantar:
«Americanu del pote,
¿cuándo viniste, cuandu llegaste?
La cadena y el reló,
¿ya lo vendiste?; ¿ya lo empeñaste?»
Este testimonio de un emigrante en Cuba, triunfador en su aventura y fracasado en su destino (revolución política, enfermedad mental degenerativa…) es lo que nos narra PEDRO LUIS MENÉNDEZ, escritor y profesor de Lengua y Literatura, en su novela MÁS ALLÁ HAY DRAGONES, recientemente editada.
Novela que se presentará mañana sábado, 22 de octubre, en el Hotel llanisco, en Andrín, EL BALCÓN DE LA CUESTA, a las 19 horas (7 de la tarde).
Llanes es tierra de emigrantes; gentes que saben lo que es la añoranza de su terruño al que enriquecieron con sus capitales y al que muchos lloraron en su imposibilidad de retorno.
Asistan ustedes a este acto.
No les invito por compromiso de amistad o por «el soborno del regalo de un libro y la degustación de un tentempié».
Lo hago con el convencimiento de que Asturias debe conocer lo que fueron, lo que son, esas gentes que se arriesgaron a conquistar las tierras donde MÁS ALLÁ HAY DRAGONES.