FUE CONRADO BLANCO —CRONISTA DE LA CIUDAD HASTA 2014— QUIEN RESCATÓ EL PENDÓN DEL OLVIDO DESPUÉS DE CUATRO SIGLOS
Orgullosos de ser bañezanos. Orgullosos de ser de la comarca. La fiesta que la ciudad acoge mañana rinde tributo a las tradiciones y hace territorio. Es el abrazo de La Bañeza y sus comarcas, una fiesta de altura con el enorme colorido de los pendones por bandera.
El evento, que cumple siete ediciones, los mismos años que hace que La Bañeza recuperó su pendón, volverá a reunir a centenares de personas, que completarán el recorrido y disfrutarán en la plaza Mayor. Los pendones lucirán bien arriba dando color a la villa del Viejo Reino de León. La Bañeza será capital de la hermandad y los pueblos cada año dejan su impronta arropando a la enseña de la ciudad, la anfitriona.
La destreza, la maña con la vara y el paño, los bailes y las costumbres serán el guión de una jornada, que comenzará a las diez de la mañana, con la concentración de pendones en el polígono la Sementera, en la N-VI a la altura de Hierros Muelas. El itinerario que recorrerán las enseñas de los pueblos se iniciará, como en anteriores ocasiones, en la Nacional VI y se continuará hasta la rotonda de Eroski para seguir por la entrada a General Benavides y la calle Astorga. El recorrido finalizará en la plaza Mayor, hacia las 13.30 horas.
Será entonces cuando el alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo, acompañado del resto de los alcaldes de los ayuntamientos que participan en la comitiva, reciba a los participantes en el desfile. Después, desde la plaza Mayor se recorrerá la calle del Reloj y la Vía de la Plata hacia el Jardinillo, donde seguirá la fiesta y donde, a partir de las tres de la tarde, se celebrará una comida de hermanamiento entre los pueblos.
Más protagonismo
La fiesta gira en torno al pendón de La Bañeza, el paño, que arropado por los estandartes más representativos de la comarca, lucirá todo su esplendor este domingo. Será el séptimo año, después de que en 2010 el Ayuntamiento decidiera instaurar esta cita. Fue Conrado Blanco —cronista de la ciudad hasta 2014— quien rescató el pendón del olvido después de cuatro siglos. Fue confeccionado en la más estricta intimidad y bajo la supervisión del historiador Alejandro Valderas. En sus paños y más de nueve metros de vara luce los tonos rojos y verdes de la ciudad.
Fuente: http://www.diariodeleon.es/ – A. V.