POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Hace ya más de un siglo –a principios del siglo XX– que llegó el cine a Navalmoral” de la mano de un empresario de Plasencia, quien en septiembre de 1903 pide permiso para instalar «columpios» y cinematógrafo en la Feria de San Andrés. Como es lógico, se trataba de cine “mudo”.
Tres años más tarde le imita otro del Puente del Arzobispo (Toledo), que montó una barraca con el nombre del “Teatro Mágico Luminoso” donde se proyectaba a modo de Cine de Verano”. Corría el año 1906 y era un caso similar al anterior.
Esas sesiones debieron impresionar al gran empresario moralo que fue Agustín Marcos Nieto (“Amarnie”) quien, el 24 de Junio de 1908, festividad de San Juan, inicia en el Frontón (entre las calles Castelar y Gabriel y Galán) una serie de sesiones de cinematógrafo, acompañadas con música de piano y gramófono (en esos momentos estaba edificando su popular e histórico cine, que inaugura al año siguiente). Le debió ir bien, porque el 9 de agosto de ese mismo verano proyecta 6 «cortos» mudos, con música de piano y gramófono, al precio de 0’25 (Preferencia de Silla) y 0’20 ptas. (General).
A partir de entonces serán incontables las proyecciones emitidas en el Cine “Amarnie”, o “Ideal Amarnie” (como rotulaba en la entrada), o “Complejo Amarnie” (que era la denominación oficial del mismo) donde los moralos de la época, además de asistir a las atractivas funciones de cine y teatro, podían disponer de un gran espacio en el que podían jugar al frontón, disfrutar del baile y el café o comprar en diversas tiendas. Decora ese cine-teatro con esmero y brillantez, tanto en el escenario (que fue una auténtica “joya”, desgraciadamente perdido para siempre) como en el resto del local.
Por cierto, en mayo de 1921 se publica una orden del Ministerio de la Gobernación prohibiendo a hombres y mujeres sentarse juntos en el cine (salvo en los palcos…).
Otra curiosidad que tenemos anotada en nuestra base de datos es que, en marzo de 1924, empieza la censura a actuar en las películas de cine (cosa normal en una dictadura, como era la que imperaba entonces, la de Primo de Rivera).
A partir de entonces comienza a emitir sesiones el segundo cine de Navalmoral: el «Díaz» (propiedad de Sofía Díaz, “la millonaria”, pero que dirigía Félix Santano), tras restaurar el antiguo Teatro Salvador (junto al Jardincillo actual). Aunque, la verdad sea dicha, no podía competir con Agustín en temas cinematográficos y se centraba más en las obras teatrales, como llevaba años haciendo.
Mientras «Amarnie» seguía con su frenética actividad (a pesar de su ya avanzada edad, pues fallece en 1935) y, el día 4 de diciembre de 1932, inaugura el cine sonoro con el film (totalmente en castellano) «La Ley del Harén» (Fox). Fue un exitazo y tuvo que repetirla al día siguiente. Poseemos un gran número de sus “propagandas” de las películas que iba a emitir, que son una delicia de contemplar.
Tras una parada “forzosa” debido a la guerra, con posterioridad vuelve e emitir. Hasta que cierra definitivamente en 1969 (convirtiéndose en un almacén de maderas), sin que las diferentes autoridades locales se interesaran en convertirlo en “Teatro Municipal”.
Al “Díaz” le ocurrió algo similar, explotado en esa época posbélica por el señor Bruguera. Para pasar a finales de los años 50 a manos de Pedro García, que lo convierte en la sala de fiestas “Capri”, que funcionaría hasta finales de los años 70.
Los moralos han tenido desde siempre gran afición por el séptimo arte. Por lo que el cine no murió con el cierre de los citados: pues surgió en esa etapa de cambio la figura del empresario Santiago Fernández, que puso en marcha el cine “Cruz Blanca”, en la calle Mercado, con cine de verano. Dirigido por él u otros, sus proyecciones finalizaron en 2008. Al desaparecer, dejó sin actividad cinematográfica comercial a Navalmoral.
Lo que también hizo el comerciante Andrés Pavón, que abre el cine “Pavón” en la avenida de las Angustias a mediados de siglo; explotado por él y su yerno Juan Dorado. Pasando más adelante al citado Santiago Fernández, que lo convierte en cine “Xanti”; hasta que terminó cerrando y se queda sólo con el Cruz Blanca.
Antes, y durante una temporada muy corta, funcionó el cine “Emperador”, situado entre el complejo Acapulco y el Cruz Blanca.
Hemos de recordar también el “Cineforum Passolini” en los años de la transición, con Chema González, Leandro Fernández, Ángel o Luis del Monte –entre otros–, que proyectaban películas para luego analizarlas (en lo que hoy son los Juzgado).
Al margen de los anteriores, la aventura del cine continuaba en Navalmoral ya en los años 80 con “los minicines Olimpo” que funcionaron durante una década.
A pesar de los cierres antes mencionados, no desapareció en Navalmoral el cine, con las proyecciones en el la Casa de la Cultura y el Cine de Verano en el Parque.
Hasta que el viernes 2-XII-2016 vuelve el cine comercial a Navalmoral, con la apertura de tres salas para ese fin en la carretera de Jarandilla, a cargo del empresario Juan Manuel Recio. Ya no hay que viajar para disfrutar de esa afición tan morala.