POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)

Ahora que se está remodelando la plaza del Salvador –nuevo adoquinado, cambio de farola, tala de árboles que ocultaban la vistosidad de la torre y parte de los milenarios lienzos de la Iglesia de San Salvador–, quiero dejar constancia de algunos datos que sobre ella tanto ha escrito el que fuera mi buen amigo y gran historiador bañezano Padre Albano García Abad, sobre todo en su último libro “La Bañeza y su Historia”, en el que nos habla de aquellos primeros canteros e iniciadores maestros albañiles, como lo fue Pedro de la Serna haciendo contrato de acuerdo con su párroco don Pedro de Reinoso y el mayordomo don Martín Álvarez (2 de octubre de 1678), con arreglo al pliego de condiciones –protocolos de don Antonio Ferrero–, por un importe de 21.000 reales para levantar la torre.

Hasta aquí lo que nos dice el Padre Albano. Hace escasos días, revisando algunos documentos en el Archivo Diocesano de Astorga, me encuentro en una de las Cajas 2/3-Legajos 59-9 unos ajados documentos en los cuales, en su portada, se puede leer un texto, con descolorida tinta y florida escritura del escribano: “Redención de un censo de 1.000 ducados que se pidieron para hacer la torre más larga, Iglesia del Señor San Salvador”.

El deteriorado documento nos va narrando cómo, el 28 de mayo del año 1685, el párroco y uno de los abades de la Cofradía de Sacerdotes de la Piedad, don Tomás Suárez de la Carrera, solicita al obispado, que en aquellos años era ocupado y regido por el Ilustrísimo Señor Don Antonio de Brizuela y Salamanca, luego Obispo de Jaén, un censo de 1.000 ducados para hacer más larga la torre.

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Fuente: http://adelantobanezano.com/