POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Hoy, día 18 de de marzo de 2016, el Ayuntamiento de Ulea en pleno, con su Alcalde D. Víctor López Abenza a la cabeza, ha efectuado una rememoración histórica del emblemático edificio que en la fecha actual, es El CENTRO DE DÍA DE LAS PERSONAS MAYORES DE ULEA.
Dicho acto contó con la presencia del uleano D. Máximo Salinas López, quién, a sus 97 años y rodeado de todos sus familiares, recibió un merecido homenaje, al ser el último inquilino de dicho edificio desde el año 1931 al 1998, fecha en que fue adquirido por el Ayuntamiento de Ulea.
Máximo, sentado junto a su mujer de 88 años, escuchó atentamente el relato histórico de dicho edificio, desde su construcción hasta nuestros días. El Cronista Oficial de Ulea, lo desglosa así:
Dicho edificio se construyó en el año 1886, por orden del comerciante de Alsacia Henri Goetz quién, conocedor de la calidad suprema de las naranjas de Ulea, se asentó en el pueblo y, mandó construir en la calle Binondo un almacén con una vivienda aledaña.
En la nave construida para tal menester, almacenaba las naranjas recolectadas de la fértil huerta uleana y, sus trabajadores, la mayoría mujeres, efectuaban las labores de estrío y selección según la calidad de las mismas, así como empapelamiento con impresión del logotipo «Excelencia de Ulea». Una vez preparadas en cajas de tres tamaños distintos, eran transportadas en carruajes hasta la estación de ferrocarril de Archena, desde donde eran facturadas a su lugar de destino en las plazas más importantes de Francia, Alemania, Bélgica, Inglaterra y Rusia (estas dos últimas tenían que ser embarcadas en Cartagena en los barcos de vapor Fiore y Rillen).
Los carruajes, tirados por animales de herradura, salían del almacén y, por el Camino del Barco Viejo, llegaban a su punto de destino: la estación de ferrocarril de Archena.
La simbiosis entre las gentes de Ulea y Henri Goetz y su familia era admirable; hasta el punto de que se quedaron a vivir en el pueblo, con su única hija Margueritte, la cual compartió con los jóvenes uleanos, más con las jóvenes, su infancia, adolescencia y parte de su juventud; hasta que se casó con un industrial del ramo y se marchó a vivir a Alsacia en el año 1902. No le fue fácil tomar esa decisión; ya que ella quería quedarse a vivir en Ulea con las personas con las que había conocido durante 16 años, pero por razones familiares, regresó a la ciudad en donde nació.
Tal ilusión tenía de casarse en la Parroquia de Ulea, que al no ser posible, durante el viaje de novios hicieron escala en Ulea y celebraron por todo lo alto, tan fausto acontecimiento; siendo invitada toda la población uleana, quienes ataviados con sus mejores vestidos disfrutaron en dicha nave comercial preparada con esmero, de una celebración de ensueño. Dicho fasto lo relató el Diario de Murcia del día 30 de julio de 1902 que de forma textual, dice así:
El pasado día 26 de julio de 1902, se celebró en Saverne (Alsacia), la boda de la señorita Margarita Goetz, con el propietario Eduardo North, hijo de una familia muy estimada en Estrasburgo.
La circunstancia de ser hija de tan conocido exportador de frutas Mr. Henri Goetz, afincado en Ulea desde el año 1886, que viene exportando las naranjas uleanas a todos los países de Europa, ha motivado que a la par que en Saverne (Alsacia), se celebre con igual solemnidad y suntuosidad en Ulea, centro en donde tiene establecido Mr. Goetz la sede de sus negocios en España, además de poseer una vivienda aledaña al almacén que utilizan durante nueve meses al año y, donde la señorita Margarita, que pasa más tiempo que en Alsacia, es muy querida y tiene muchas y grandes amigas.
La boda la celebraron cuatro días después en Ulea, donde han hecho escala en su viaje de novios, más de un centenar de personas entre trabajadores y dependientes, que ven en su jefe a un verdadero amigo; por no decir un verdadero padre, además de todas las jóvenes del pueblo.
Muchos dependientes trabajan en su casa de Ulea desde que se instaló en el año 1886.
Los novios, que han visitado sus dependencias en Ulea, han sido obsequiados por todos los trabajadores uleanos y simpatizantes; con ricos presentes. ¡Enhorabuena!
Tras unos días de fiestas regresaron a Alsacia; lugar donde habían fijado su residencia.
El Sr. Goetz, junto a todos sus operarios, siguió trabajando en su almacén efectuando todos los procesos de elaboración para continuar exportando naranjas con el logotipo de Excelencia de Ulea, hasta que en el año 1904 vendió dicha nave comercial al empresario uleano D. Julián Valiente. Como consecuencia, dicho edificio emblemático de Ulea, comenzó una nueva andadura empresarial.
Con la remodelación adecuada, según las perspectivas del nuevo inquilino, la que durante 18 años fue un flamante almacén de naranjas se convirtió en una sala de conciertos y de cine mudo. Sí, tras el embellecimiento adecuado, dicha sala se convirtió en un espectacular salón de ceremonias y ensayos para los aficionados uleanos a la música, También, a la vez que proyectaban cine mudo, el círculo central de la nave era utilizado para efectuar bailes de salón y celebraciones de bodas.
Conforme iban cogiendo tablas, los abnegados músicos uleanos, a las órdenes del maestro Sr. Zinzas, se llegó al año 1910, fecha en la que se dio el pistoletazo de salida con la inauguración a bombo y platillo, nunca mejor dicho, de la célebre Banda de Música de Ulea, bajo la dirección de dicho maestro.
En este nuevo periplo, se le dio un giro distinto al que tenía con anterioridad ya que Julián Valiente apostó fuerte por la cultura a través del espectáculo. Durante 17 años fue sala de conciertos de la banda de música, siendo un lujo para Ulea que todos los domingos y días festivos, la banda de música deleitaba a los ciudadanos con unos maravillosos y escogidos conciertos musicales. Todos los amantes de la música, que eran muchos y muy entendidos, ataviados con las ropas de gala de los días festivos, eran fieles seguidores a dichos conciertos. Sabedores de las cualidades de los músicos uleanos acudían muchos melómanos de los pueblos de la comarca. Era un espectáculo impresionante y, cada partitura era aplaudida de forma unánime por el público asistente. Las entradas costaban 10 céntimos las mujeres y 20 los hombres. Como la escuela de aprendizaje seguía adelante, se dejaba entrar gratis a los aficionados menudos.
El ayuntamiento, ayudó de forma generosa al mantenimiento de la banda y compra de instrumentos; así como los uniformes. Pero, como muchos de los músicos perdían bastantes horas con los ensayos y los conciertos, el empresario Julián Valiente les gratificaba con el 50% de los ingresos en taquilla.
La aureola de dicha banda musical llegó a estar compuesta por 62 miembros, expandió su radio de acción allende las fronteras uleanas y era contratada para las fiestas patronales y conciertos particulares en bastantes municipios.
A partir del año 1915, proliferaron los grupos teatrales de aficionados uleanos alentados por el Cura Párroco D. Juan de Dios Zagalé Fernández y los maestros D. Juan Pedro Ripoll y D. José María Garro Valiente, a los cuales se les unió D. Isaías Garro Valiente, a la vez que se comenzaron a contratar compañías profesionales. Por tal motivo, a dicho local se le bautizó con el nombre de «Teatro Reina Victoria Eugenia». Además, de forma puntual, acogía a conferenciantes; así como manifestaciones cívicas y religiosas.
El empresario Sr. Valiente adecuó el interior del edificio, el exterior ya lo había acicalado con anterioridad, para que todos: protagonistas y espectadores se sintieran cómodos. Así las cosas, en el año 1922, con motivo de la implantación del retiro obrero, siendo alcalde de Ulea D. Ernesto Ríos Torrecillas, hicieron uso de la palabra en tan coqueto escenario, el insigne político murciano D. Isidoro de la Cierva. Aunque el nombre de «Teatro Reina Victoria» se le puso en el año 1920, ya en año 1915, funcionaba como tal.
El día 5 de marzo del año 1924, el diario La Verdad de Murcia destaca en sus columnas que en el Teatro Reina Victoria de Ulea, se representó el día 2 de marzo pasado, una obra de teatro auspiciada por el alcalde D. Gumersindo Cascales Carrillo y el Cura Párroco D. Juan de Dios Zagalé Fernández. La finalidad de dicha representación teatral, de la obra «La Gruta de Lourdes» era la de recaudar fondos para la adquisición de una imagen de La Purísima y construir en la Iglesia, una Capilla para su alojamiento; aunque en un principio, se ubicaría en el Altar Mayor junto a San Bartolomé.
La obra teatral, dirigida magistralmente por el Maestro Nacional de Ulea, D. José María Garro Valiente y, ayudado por el aventajado estudiante de Medicina Joaquín Moreno Sánchez hizo las delicias de los asistentes que llenaron totalmente el recinto.
El escogido elenco artístico fue el siguiente: Angelita Moreno; Matilde, Consuelo y Bernardina Cascales Pérez; Conversión, Josefina y María Molina; María Yepes; Elisa y Enriqueta Herrera; Carmen Garro; Isidora Palazón y Adela e Isabel Valiente.
La representación teatral fue todo un éxito y, el lleno absoluto, teniendo que hacer una segunda programación para el día 19 de marzo, día de San José. La recaudación de esta primera representación ascendió a 400 pesetas: todo un éxito sin precedentes. A la terminación, en el marco incomparable del «Teatro Reina Victoria», el grupo musical uleano dirigido por el Maestro D. José María Garro interpretó «La salida del Teatro», interviniendo en tan memorable actuación: Angelina Moreno; Carmen Cascales; María Yepes; las niñas Ascensión y Julia Abellán; Consuelo Cascales y Rosita Herrera. La dirección de todo el evento corrió a cargo de Enrique y Julián Herrera y la decoración fue obra de Julián Valiente.
La laureada banda musical de Ulea amenizó el espectáculo y, las mujeres uleanas adornaron el bello recinto teatral con flores naturales.
El diario «La Verdad de de Murcia» se hizo eco del coraje de los uleanos, exaltando la brillantez con la que representaron la obra teatral; así como la magnificencia de todo el local en su conjunto y, por supuesto, el desvelo de los organizadores.
Desde el año 1920, en el marco del prestigioso Teatro Reina Victoria, de Ulea se vienen representando obras a nivel profesional. Allí se puso en escena la obra dramática «Juan José» y el diálogo en tres actos de «El Chiquillo», cuya representación corrió a cargo de la Compañía Teatral «Giménez Pineda».
Con posterioridad se programó a bombo y platillo la compañía de variedades en la que actuaba la escultural Finita Rufete que, al poco tiempo de actuar en Ulea, se hizo famosa en los escenarios españoles.
Los actores y actrices, así como su séquito, se hospedaban dada su proximidad, en el café-posada de Domingo Pérez ya que reunía las adecuadas condiciones y, como estaba ubicado en las cercanías del Teatro Reina Victoria, muchos actores y actrices lo utilizaban como camerino.
En toda la comarca, cundía el asombro; al contemplar cómo un pueblo tan pequeño, tenía solamente 1250 habitantes, era capaz de mantener un suntuoso teatro con obras muy competitivas y, por tanto, con un coste elevado.
Tanto El Diario de Murcia como La Verdad elogiaron sin reticencias la magnificencia del teatro y el arrojo de su empresario D. Julián Valiente, al contratar compañías con un elenco artístico de gran prestigio en toda España. Dichos periódicos relataban asombrados cómo el Teatro Reina Victoria de Ulea podía atraer a tantos espectadores; no solamente de Ulea, sino de todos los pueblos limítrofes e incluso de Murcia Capital.
La realidad superaba la ficción ya que además del fastuoso Teatro Reina Victoria y la calidad de sus artistas, Ulea contaba con una infraestructura de servicios encomiable: el café posada de Domingo Pérez, en donde tanto su mujer Sofía Poveda como sus hijos, se esmeraban en la atención a sus clientes. Dicho café-bar, fue inaugurado por Domingo Pérez, el abuelo, en el año 1853. Además, en Ulea existían dos posadas más que daban servicio a personas de inferior nivel económico, en donde podían pernoctar, comer, dar un pienso a sus caballerías y aparcar sus carruajes.
Con frecuencia, el cómico cordobés Aparicio, a principios del siglo XX, actuaba en teatros ambulantes, tanto en la plaza como en La Replaceta de la Condesa. Sin embargo, cuando abrió sus puertas el flamante Teatro Reina Victoria, Aparicio tuvo un hueco entre el elenco de artistas que contrató el empresario D. Julián Valiente; cuando apenas tenía 20 años. Con tanto vigor se desenvolvía en el escenario que nada más que le contrataban, llenaba el aforo del Teatro, con una gran mayoría de mujeres jóvenes. Tal es así que una moza uleana de 18 años, le echó el ojo y, al poco tiempo se convirtieron en marido y mujer. De dicho matrimonio nació la célebre actriz Rafaela Aparicio. Sí, allí, en el Teatro Reina Victoria, surgió el amor entre el actor cómico y la joven uleana. Rafaela Aparicio, cuando actuaba en el Teatro Romea de Murcia y la entrevistaban, se ufanaba diciendo que su madre era de Ulea.
También destacó, en arte dramático el actor Jaime Olmos y su hija Carmina. La oferta era muy variada y, por consiguiente, no podía faltar la comedia. Entre ellos, nos encontramos con los cómicos «Germigildo y Garci»; «Ramper» y varios grupos de malabaristas; así como los payasos «El Gran Pepino» (Gabriel Aragón), «Thedi» (Teodoro Aragón) y «Zampabollos» (Emilio Aragón), hijo de Teodoro. Todos ellos, precursores de los payasos televisivos Gabi, Fofó, Miliki y Fofito. Todos ellos, sin excepción, se alojaron en el café-posada de Domingo Pérez.
Ulea, alentada por las Maestros Nacionales D. Juan José Ripoll, D. Víctor Martínez del Castillo, Dª. Carmen Molina y D. Domingo Susarte; unidos a los sacerdotes D. Juan de Dios Zagalé Fernández, D. Jesús García y García y D. Pedro Martínez Gil, consiguieron que aumentara la afición al teatro, hasta el punto que en Ulea se decía: en cada casa hay un o una artista o ayudante. En todos los mentideros de la comarca se decía que los uleanos llevaban el arte y la música en la sangre.
Sin lugar a dudas, contaron con la inestimable ayuda institucional de los alcaldes D. José Ruiz Rodríguez, D. Ernesto Ríos Torrecillas, D. Gumersindo Cascales Carrillo, D. José Ríos Torrecillas y D. Domingo Salinas Carrillo. Todos ellos pusieron su granito de arena para qué, los grupos de artistas aficionados de Ulea, representaran sus obras en el incomparable Teatro Reina Victoria; alternándolos con actuaciones semanales de compañías con actores profesionales, contratados por el empresario D. Julián Valiente.
Sí, a pesar de que eran tiempos revueltos, todos remaron en la misma dirección. Además, les unía las mismas ilusiones en el mundo de la farándula; lo cual les hacía limar las asperezas ideológicas; que siempre las hubo. Los habitantes uleanos de aquella época vivían el mundillo del teatro por lo que en los pueblos de la comarca llamaban a los uleanos los folclóricos, ya que siempre estaban alegres y distendidos.
En las postrimerías del año 1930 llegó a Ulea Juan Gómez Martínez, el Baldao llamado así por encontrarse inválido de ambas extremidades inferiores. En nuestro pueblo se afincó y aquí murió, y los jóvenes uleanos bajo el auspicio de las personas anteriormente citadas, ensayaron y representaron la obra teatral «Gigantes y Cabezudos» bajo la dirección de Isaías Garro Valiente y música de su hermano José María.
El elenco de jóvenes artistas uleanos estaba compuesto por: Pepito Miñano; Antonio Cascales; Felipe Carrillo; Luz Tomás; Consuelo Cascales; Pepita Miñano; Mari Cruz Cascales y Rosa Herrera, Tras finalizar la representación de la obra teatral, el grupo de Coros y Danzas de Ulea interpretó varias jotas y; entre ellas la célebre Jota Uleana. El público asistente que abarrotó el aforo del Teatro Reina Victoria, prorrumpió en una atronadora ovación.
La representación de la obra «Gigantes y Cabezudos» fue benéfica. Sus ingresos estaban destinados a sufragar el importe de un triciclo con pedales de mano, con el fin de que Juan Gómez Martínez el Baldao, no fuera arrastrándose por los suelos. Para ello se le puso precio a las entradas: 20 céntimos para los niños y 40 para los adultos.
La entrega de dicho artilugio a cargo de las autoridades uleanas, fue todo un acontecimiento humanitario y social. Dicho acto tuvo lugar en el mismo escenario del Teatro Reina Victoria.
El Teatro reina Victoria cerró sus puertas en el año 1931; siendo adquirido por D. Domingo Salinas Carrillo quien remodeló el edificio y lo acondicionó como almacén y fábrica de miel, con vivienda adyacente pero eso sí: conservando la estructura de la nave tal y como fue edificada en el año 1886.
Máximo Salinas, en estos momentos, sentado junto a su mujer y rodeado de toda su familia y amigos, me miró fijamente y al confluir nuestras miradas, se resquebrajó su serenidad y, esbozando una leve sonrisa, se le escaparon unas lágrimas furtivas que surcaron sus mejillas. Sí, a sus 97 años, había escuchado la historia de aquél edificio emblemático que desde el año 1931 hasta el 1998, fue su casa y su taller de trabajo.
Una vez vencido el trance de la nostalgia, Máximo me coge de la mano y, esbozando una sonrisa me dice: A partir del año 1931 conozco toda su historia, ya que tenía 12 años cuando la compró mi padre y vivimos aquí. Sí, la conozco bien porque la he vivido en primera persona pero te agradezco Joaquín, que me hayas descrito la historia anterior que desconocía casi, en su totalidad.
De forma sucinta, hago un resumen de las vicisitudes del edificio emblemático de la calle Binondo, y lo traslado hasta el año 1998, en el que Máximo Salinas López, dueño por heredad, lo vendió al Ayuntamiento de Ulea siendo el Alcalde del mismo D. Ernesto Carrillo Yepes.
En estos momentos, cedo la palabra al Alcalde actual D. Víctor Manuel López Abenza, quién de forma pormenorizada describe los distintos usos que se le ha seguido dando a dicho edificio desde el año 1998 hasta nuestros días.
La descripción del Alcalde es prolija y comienza por el acondicionamiento del local que llevaba una temporada cerrado. Una vez realizados los retoques necesarios, prosigue diciendo, el Ayuntamiento lo ha utilizado para realizar actos festivos en los que hemos participado todos los uleanos. Con posterioridad, ha sido foro de conferencias y reuniones múltiples. Allí se dio y se sigue dando, todo el servicio de actividades sociales, con la asistencia del personal profesional de la mancomunidad del Valle de Ricote: Psicólogas, trabajadoras sociales y todo el personal de apoyo necesario. Desde allí, se han atendido todos los problemas derivados de la dependencia de los uleanos y uleanas que lo van necesitando. También se han efectuado varios tipos de talleres que han tenido buena acogida y aceptación, por parte de las personas mayores de Ulea. Han habido monitores expertos en informática que han adiestrado a cuantas personas lo han solicitado.
En este majestuoso local han tenido lugar, y lo siguen teniendo, los ensayos de la Coral de nuestro pueblo «Ulea Canta.» Dicha Coral, dirigida magistralmente por la Profesora de música uleana, Mari Cruz López y López. Desde hace bastante tiempo se realizan ejercicios de yoga, gimnasia y rehabilitación, por personal especializado.
En la sala central hay un espacio dedicado a comedor de las personas mayores que lo precisen y lo soliciten. Actualmente hay más de 20 comensales diarios. Para ello, se dispone de una cocina amplia y bien equipada, así como personal adecuado para atender dicho servicio. Como es lógico dispone de uno aseos amplios y bien cuidados, teniendo en cuenta que los mayores usuarios son personas de edad avanzada.
Todos los años se hacen varias exposiciones de pintura y fotografía, de gran categoría. Además, en el mes de diciembre por Navidad, se arma un Belén que es visitado por todos los uleanos y en el que el día de su inauguración, tras la bendición del sacerdote, el grupo músico vocal «Ulea Canta» nos deleita con escogidos villancicos seleccionados para la ocasión. ¡Ah! Todos los miembros del conjunto desde la directora, músicos de cuerda y cantores son de Ulea.
He dejado para el final, decía el Alcalde, una utilización sin precedentes: durante más de 4 años, tiempo que estuvo la Iglesia de San Bartolomé en obras, este recinto fue utilizado como Iglesia Parroquial. Aquí se decía misa, se rezaban rosarios, se bautizaban los niños del pueblo, hacían la primera comunión los niños y las niñas de Ulea y, como colofón, se le daba el último adiós a nuestros seres queridos fallecidos.
Esta es la historia, Máximo, de este recinto multiusos, del que tú fuiste inquilino desde el año 1931 hasta el 1998.
A continuación, el Alcalde D. Víctor Manuel López Abenza, le indicó a Máximo que se acercara a la parte preferente del Centro de Estancia de las Personas Mayores de Ulea. Ayudado por su familia se acercó al lugar indicado por el Alcalde y todos, les seguimos en comitiva.
Al principio, el Regidor de Ulea, le insinuó que le tenía preparada una agradable sorpresa y, llegados al lugar indicado, le invitó a que descorriera una cortinilla, tras la cual apareció incrustada en la pared una placa dedicada como homenaje al último inquilino público de este fenomenal y acogedor Edificio Multiusos MÁXIMO SALINAS LÓPEZ.
Nada más terminar todos los actos protocolarios, que fueron muy ilustrativos y amenos, departimos de forma distendida, autoridades, familiares del homenajeado y amigos, disfrutando de un sencillo y entrañable refrigerio, durante el cual se comentaban hechos históricos y anécdotas, desconocidos para la mayoría de los asistentes