POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Comenzó julio con tiempo inestable y poco veraniego, y con la presentación, el martes 2, a las 12 de la mañana, en el Museo de la Sidra, del Programa de los actos correspondientes a la edición XLII del Festival de la Sidra. Intervinieron; Juan Cañal, alcalde de Nava; Ana Rodríguez, Concejal de Festejos; Acacio Díaz, representante de RENFE; Juan Roza, industrial lagarero; Luis Fernández, que representó a la Empresa ALSA; Manuel Marcilla, del gremio hostelero local, y Ricardo del Río, hostelero y miembro de la Cofradía de los Siceratores.
Luego, el jueves 4, nos dejaba en Oviedo Margarita García Villa. Vecina de Llames (Nava), Margarita, que contaba 98 años, era viuda de Armando Vega Diego, con el que tuvo tres hijos; María Teresa, Armandino y Luis Francisco. Y el domingo 7 tuvimos que lamentar la falta de dos vecinos; Luis Gonzaga y Juan Luis. El primero, Luis Gonzaga Álvarez Fernández, más conocido por los navetos como “Lito”, o “Lito el del garaje”, nos dejaba en Nava, a los 85 años. Nacido en El Remediu, Lito, cuya figura glosó Fernando Canellada en estas páginas, estaba casado con Anita Lada González, de La Cueva Baxu (Ceceda), con la que tuvo dos hijos; Luis Gonzaga y José Roberto. Fue Lito, desde bien joven, un hombre emprendedor y decidido, al que no le asustaba el trabajo, y una prueba de ello es el anuncio que recoge el porfolio de las Fiestas del Carmen de Ceceda de 1955, que dice; Garaje “LITO” / Nava / Bicicletas, Accesorios / Motos, Guzzi, Hispania y Derbi.
Debió tener entonces el negocio en la calle Luis Armiñán, pues el local, después, y desde 1961, aproximadamente, hasta 2001, albergó la zapatería de Álvaro Canto. Con independencia de ese local, tuvo Lito abierto otro, durante muchos años, en el bajo del edificio de José María Ordoñez, en la calle de La Vega, esquina Plácido Martínez. Allí vendía la moto Vespa, y el ciclomotor Vespino, así como material agrícola variado, y hasta electrodomésticos. Y contó también con otro local, de bastante tamaño, ubicado en la calle de El Rulo, en la que vendía coches de la marca SEAT. Lito, muy vinculado siempre a la familia Rivaya, también llevó seguros, y fue juez de paz. Pescador conocido en San Vicente de la Barquera, amigo estimado y buen conocedor de la pequeña historia de Nava, sus recovecos y sus personajes, Lito, en los últimos tiempos, pudo poner en práctica su antigua afición al dibujo y a la pintura, disfrutando con ello como si hubiera vuelto a la niñez. Y sabemos, también, que disfrutó comprando una bicicleta, que estrenó con un paseo hasta Infiesto.
Mientras que el segundo fallecido, Juan Luis Rodríguez González, lo hacía en Oviedo, a los 51 años. Naveto, hijo de María Teresa González Vega “Cuca”, vecina de La Colegiata, y de José Ramón Rodríguez Suárez (+), que trabajó en la gasolinera del Hostal, Juan Luis tiene dos hijas; Sara y Elena, y dos hermanos; Ramón y Ángel.
La segunda semana del mes, que, por cierto, brindó algunos excelentes días de sol y playa, estuvo marcada por el Festival de la Sidra, y las actividades realizadas en su marco, dándose la circunstancia de que, este año, se cumplieron 50 desde la celebración del primero, que tuvo lugar el sábado 21 de junio de 1969, como es conocido, y se prolongó al domingo 22, por la mañana, con la celebración del concurso de escanciadores. El hecho de que, desde 1970, el Festival se hubiera celebrado cada dos años durante un cierto tiempo, explica la diferencia que hay entre la antigüedad, medio siglo, y el número de ediciones, siendo la de este año la XLII.
Ahora bien, quiso la meteorología tener protagonismo en la edición de este 2019, y no encontró mejor momento para hacerlo que comenzar a llover el sábado 13, sobre las 8 de la tarde, que era la hora fijada para iniciar el acto central del Festival, con la entrega de premios y la intervención de la pregonera, que lo fue, en esta ocasión, la joven naveta Susana Hevia Fernández. Nacida en Gamonéu, Nava, y profesional asentada en el mundo de la comunicación, Susana mostró en su intervención, emotiva y llena de recursos, incluso vocales y musicales, sus indudables condiciones para, superando la incómoda y persistente llovizna, saber llegar al corazón de la gente que la escuchaba en la plaza, siendo, por ello, muy aplaudida. Susana trabaja, en la actualidad, en Radio Televisión Ceuta.
Por cierto, Susana fue la quinta mujer que pregonó el Festival, después de Marta Portal, que lo hizo en 1991, Ana Cano, en 2004, Isabel Torrente, en 2009, y Carmen Ruíz-Tilve, que lo pregonó en 2010. Y, en este mismo contexto, cierro estos apuntes lamentando la falta, acaecida el viernes 12, de un artista integral, a la par que personaje humano de igual talla, como fue José Manuel Martínez Legazpi, el cual, por cierto, no solo es el autor de un par de obras de referencia en el mundo sidrero, como son “El llagar y la sidra” (1982), y “Sidra y manzana en Asturias” (1993), sino que fue, también, pregonero de nuestro Festival de la Sidra en 1989. Que descanse en paz.
(Publicado en La Nueva España, Jueves, 25 de julio 2019, página 10)