POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES ARRIONDAS (ASTURIAS)
En el mes de junio de 1957, Víctor Martínez y Alfredo Collado Solís -en nombre y representación del “Grupo Bolístico”- solicitaron un recinto cubierto en la Plaza del Mercado, pagando ellos todos los gastos que originase la obra, y con la intención de que se lo arrendasen gratuitamente, con la finalidad de dar un nuevo impulso a la vida deportiva de la villa, comprometiéndose a desalojarlo cuando fuese oportuno, dejando el lugar como lo encontraron al inicio.
Admitían que les indicasen otro sitio si no les parecía oportuno el de la Plaza del Mercado.
Así fue, puesto que el Ayuntamiento les cedió otro lugar en “El Barco”, aún sin especificar.
En el mismo mes de junio, Emilio Pando Bustillo -en representación de los herederos de su padre Emilio Pando de la Fuente- solicitó autorización para construir una casa de seis viviendas en la Plaza del Ayuntamiento, según los informes, plano y proyectos del arquitecto Félix Cortina Prieto. Por unanimidad se le concedió la autorización.
Curiosamente -con el alcalde Ruiz Portilla- a la plaza se la llamó de “Audiciones Musicales”, y con su sucesor, Emilio Blanco, se la conocía como Plaza del Ayuntamiento.
También solicitó autorización para edificar una casa de tres plantas Arcadio Llorente, en la calle José Antonio de la villa, según planos y proyecto del arquitecto José María Mestre, encargo que llevó a cabo el constructor parragués José María Rozada Blanco.
Asimismo, Laureano Prado Villa solicitó construir en la prolongación de la calle Ramón del Valle, edificio con bajo y tres plantas, sin que se especifiquen más detalles.
Era limpiadora de las dependencias municipales Luisa Pérez, y a petición suya se le subió el sueldo a 150 pts. mensuales, una auténtica miseria, si tenemos en cuenta -por ejemplo- que solo una comida para un detenido en el calabozo municipal costaba 25 pts., cantidad que se abonaba a los bares más cercanos.
Más o menos se puede decir que todos los restaurantes de Arriondas eran utilizados de forma aleatoria para compromisos municipales, como aparece en este caso Serafín Feliz, en su Bar Económicos, al que no se había mencionado hasta ahora.
Lo mismo decidían comprar bandera española en Arriondas, en Oviedo, o en “La Moda” (Cangas de Onís), en este último caso 65 metros, que supusieron 1.170 pts.
Del fallecimiento de quien había sido durante décadas funcionario interino municipal -Cipriano Rodríguez- quedó constancia por las 575 pts. que se abonaron por su esquela en el diario “La Nueva España”, junto con las facturas de dos de sus recientes viajes a Oviedo y de “unos artículos” encargados a la funeraria de Lino Cofiño, sin que aparezca ninguna otra nota de condolencia en las actas, a pesar de haber hecho las funciones de Secretario accidental en varias ocasiones, incluso pocos días antes de su muerte.
Entre otras dedicaciones, Cipriano había acompañado a Oviedo durante décadas a todos los jóvenes del concejo de Parres que eran llamados para alistarse como soldados en el Ejército Nacional, función que pasó a desempeñar desde ese momento Leopoldo Somoano Berdasco, otro veterano funcionario municipal con amplia y muy vocacional entrega a sus tareas en el Ayuntamiento de Parres.
El gasto final invertido en el Mercado Cubierto de Ganados, en El Barco, fue de 100.961 pts.
El día 29 de julio -un día después de la Fiesta del Bollu- se presentó una moción de cinco concejales (frente a otros tres y el alcalde Javier González Díaz) en el sentido de que -aunque nada tenían contra el alcalde González Díaz- deseaban acudir en comisión representativa a entrevistarse con el Gobernador Civil, con la intención de reponer al ex alcalde y Diputado Provincial del Partido Judicial, José Manuel Ruiz Portilla, el cual había sido cesado dos años antes por Francisco Labadíe que -precisamente- había dejado de ser Gobernador de Civil pocas semanas antes de esta fecha.
La moción es muy explícita y detallada. El secretario desempolva reglamentos, artículos y normativas, haciendo hincapié en que no tenían atribuciones para aprobar esa comisión por no ser de su competencia. El alcalde pide explicaciones, creyendo que él lo había hecho todo bien, mientras los concejales le dicen que su gestión ha sido de las mejores que ha habido y no tienen nada contra él.
Votan a favor de la comisión representativa cinco concejales, y lo hacen en contra otros tres, más el alcalde.
Pidió la mayoría que fuese el propio alcalde el que encabezase la comisión que se entrevistase con el Gobernador, pero éste se negó y, además, suspendió la ejecución de la misma.
El Ayuntamiento aportó 10.000 pts. para la conocida como Cruz de los Caídos que se levantó en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Arriondas, obra que se le encargó al contratista de Cangas de Onís, Álvaro Fernández del Valle, a quien -poco después- se le encomendaron los trabajos de construcción del nuevo templo parroquial de Santa María de la Asunción, en dicha ciudad (1959-1963), un proyecto del arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo, obra llevada a cabo gracias al patrocinio del benefactor cangués José González Soto.
Se consultó al técnico ebanista José María Rozada para que diese el visto bueno a la recepción de las mesas y sillas para las escuelas graduadas de Arriondas, las cuales habían sido hechas por Ramón Alonso. De esta forma se aceptó este mobiliario por un valor de 19.821 pts.
Antonio Argüelles Díaz, de Infiesto, le compró un solar a José Aquilino Pando en el lugar conocido como “El Sucón” con la finalidad de edificar una nave dedicada a cine, con ese motivo firmó un concierto con el Ayuntamiento por un plazo de cinco años, a razón de 7.500 pts. anuales.
La intención era que este cine iniciase sus funciones en mayo de 1958, pues esa era la condición municipal. Hasta ese año había sido el cine “Peñasanta” (antes “España”) -situado en la calle Ramón del Valle- el protagonista de tantos eventos cinematográficos, homenajes, asambleas, y otros actos sociales y políticos.
Por ejemplo, en la festividad de San José de Calasanz -patrono del Magisterio Español (en aquellos años, cada 27 de noviembre) después de la correspondiente misa en la iglesia con la asistencia de todos los niños de las escuelas, con sus respectivos maestros y maestras, se celebraba en el citado local de Ramón del Valle una solemne entrega de diplomas a los alumnos más aventajados.
Laureano Prado cedía terrenos en “Las Llamargas” para prolongar esta calle Ramón del Valle y solicitaba permiso para construir un edificio destinado a su negocio de muebles.
El nuevo párroco -don Manuel Riera Prida- solicitó a la Diputación Provincial 50.000 pts. para el arreglo del cementerio parroquial de Arriondas. La carta la remitieron al Ayuntamiento y en el mismo se decidió estudiar la cuestión de cara al presupuesto del año siguiente, 1958, aunque también debían dedicar una suma importante para reparar el tejado de la Casa Consistorial, que se encontraba en malas condiciones.
Cada cinco años había elecciones y se ´elegían´ nueve concejales que representaban a tres grupos, el de las familias, al sindical y al que llamaban “entidades”.