POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
En 1967 el Instituto Nacional de Estadística remitió un informe sobre la población del concejo de Parres durante los últimos 25 años.
Así, en 1940 había 9.375 habitantes; en el año 1945 eran 9.172; en 1950 habían descendido hasta 8.219; en el año 1955 había 7.483 habitantes; ya en 1960 fueron 7.769 y -por último- en el año 1965 eran 7.052.
(Cuando se redactan estas líneas -en el verano del año 2020- el número de habitantes es de 5.315).
Los curas párrocos de San Martín (tanto desde la varias veces centenaria iglesia anterior -próxima al cementerio- como desde la inaugurada en 1905 en la villa) solían invitar al alcalde, concejales y demás autoridades, a la más solemne de las fiestas religiosas de la parroquia, que era la Fiesta Sacramental, la cual siempre se celebró el día 18 de julio, según consta en numerosos documentos de archivo. De modo que esa solemnidad coincidió después con la fecha del inicio de la Guerra Civil Española, pero en Cuadroveña-Arriondas llevaba varios siglos ya siendo cada 18 de julio, dos días después de El Carmen.
Específicamente, el Corpus Christi o Fiesta Sacramental era el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. Fiesta instituida en el año 1264, pero será el papa Nicolás V -ya en 1447- el que dé el espaldarazo a la solemnidad al salir en procesión por las calles de Roma con la Hostia consagrada.
En España dejó de ser festivo este jueves en 1989, y se trasladó la solemnidad litúrgica al domingo infraoctavo siguiente.
Casi desconocido para los parragueses es el hecho de que hay un camino en la parte baja de Villar de la Peña denominado “el camino de la Sacramental”, pues por él discurría la solemne procesión de cada 18 de julio, tras la correspondiente misa en la cercana iglesia parroquial de San Martín.
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Desde el 15 de mayo al 30 de septiembre de 1967 se le autorizó a instalar un puesto para la venta de helados en la Plaza Venancio Pando a José Luis Fernández Díaz, vecino de Oviedo y Gerente de Comercial de Alimentación de Asturias S. A.
Y a Alfredo Sánchez Fernández se le permitió abrir un establecimiento de bebidas.
Ángel Macías Fernández conseguía autorización para construir un edificio en Castañera de cuatro alturas y ocho viviendas.
También Paz Solares García abría una tienda para confeccionar prendas de punto en la calle José Antonio n.º 6.
Acisclo Miyares del Valle -residente en Argentina y natural de Bode- cedió gratuitamente el terreno para ubicar en él el depósito de aguas para la nueva conducción Ribode-Arriondas.
Se interesaba Jaime Martínez Álvarez por si las ordenanzas municipales le permitían construir un edificio de “diez plantas” en terrenos de su propiedad, en la esquina de las calles José Antonio y Ramón del Valle. Se le respondió que el Ayuntamiento no tenía establecida ordenanza alguna sobre el particular, de forma que para conseguir la licencia correspondiente necesitaría presentar proyecto, presupuesto y autorización expedida por la Comisión Provincial de Urbanismo.
Es evidente que -de haberse autorizado- sería un despropósito absoluto, pues ya cuenta la villa con un edificio de ocho plantas al que por -estética urbanística y el lugar en el que se encuentra- aún hoy le ´sobran´ dos o tres plantas en altura, y de él hablaremos en el capítulo CXXI, pues se promovió su construcción en 1968.
En el mes de noviembre de 1967 el cura párroco de Cayarga -Ángel Vigil Corripio- solicitó autorización para construir la que sería iglesia parroquial de su parroquia.
La Mutualidad Nacional de Previsión de Funcionarios de Administración Local fue requerida por la Corporación de Parres para que -de acuerdo con la legislación vigente- se hiciese cargo de los gastos del sepelio del que durante tantos años había sido barrendero municipal, Domingo Fresnedo Gómez, recién fallecido.
A Jesús González Álvarez se le traspasó la licencia de taxi que había solicitado y que -hasta ese momento- disfrutaba Manuel Martínez Cofiño, según un acuerdo previo entre ambos.
Se dejó constancia escrita de que se hacía dicho traspaso sin que sirviese de precedente y en consideración de los muchos años que Jesús llevaba prestando el servicio de taxista en Arriondas.
Al dueño de la Confitería Campoamor le remitió la Corporación un acuerdo que había tomado por unanimidad para que prohibiese aparcar a los autobuses a lo largo del frente del establecimiento de su propiedad, pues debería cuidar de que sólo podrían aparcar a una distancia mínima de tres metros, no interrumpiendo el tráfico por la acera colindante con su negocio de confitería-cafetería.
La riqueza ganadera del concejo estaba evaluada en 4.500 cabezas de vacuno con un valor superior a los cien millones de pesetas.
Solicitó el Ayuntamiento de Cangas de Onís que el manantial de “Gueyu Prietu” (de la Roza de Parres) se pudiese incorporar a la traída de aguas de su ciudad, y desde Arriondas se hizo constar que no tenía noticias de este asunto hasta haberse enterado de que ya había un proyecto redactado por un organismo oficial, incluso de que ya habían salido a subasta las obras.
El Ayuntamiento de Parres pensó que decir no en tales circunstancias sería un signo de “egoísta localismo” -lejos de su intención y línea de conducta-, de modo que tras estudiar el caudal de dicho manantial, la Corporación accedió a las pretensiones municipales canguesas, con las siguientes condiciones:
1.º Reservar en el mismo manantial un litro de agua por segundo para abastecer a Vallobil.
2.º La misma condición para abastecer a La Roza de Parres, y hacer una fuente, lavadero y abrevadero en la Roza por cuenta del Ayuntamiento de Cangas.
3.º Otro litro por segundo se reservaría para el pueblo de San Juan de Parres, y el Ayuntamiento cangués debería dejar las obras hechas para abastecer a los tres barrios de San Juan con un depósito de 30 metros cúbicos de capacidad.
4.º Cangas de Onís no podría cobrar canon alguno por este servicio a los pueblos antes citados.
(Con estas premisas, un paisano diría aquello de “tan amigos…pero la “vaquina” por lo que vale”).
Entretanto, el Ayuntamiento solicitó a Patrimonio General del Estado la cesión de los bienes de la antigua Compañía de Tranvías a Covadonga, para instalar en ese mismo lugar un Centro Asistencial de Urgencias, dado que el indiano Ángel Abarca Portilla le había prometido al alcalde hacerse cargo de su construcción y puesta en marcha.
En diciembre de 1967 se volvió a repetir la intención de poner en marcha la idea que -en otras dos veces anteriores- les rondaba a algunos por la cabeza.
Hacía ya bastantes años que el concejo se denominaba Parres-Arriondas, con la intención de que fuese mejor identificado que sólo con el nombre de Parres, y la Corporación presidida por Venancio Prado acordó por unanimidad que se iniciasen los trámites para que se llamase solo concejo de Arriondas, y la decisión se sometería a un plebiscito público.
En los primeros días del año 1968 se distribuyeron las veinte licencias de taxi en tres paradas, a saber:
Parada de la plazoleta del Café España: ocho taxis (constan sus dueños y las matrículas de sus coches).
Parada de la calle Ramón del Valle: siete taxis.
Parada de la plaza Venancio Pando: cinco taxis.
En ese momento se solicitó a la Compañía Telefónica la instalación de tres teléfonos públicos, que serían colocados uno en cada una de las tres paradas.
Por otra parte, se autorizó el restablecimiento de la venta de carne congelada a la que se habían opuesto ganaderos y carniceros, pero se alegó que ésta era una buena forma de que las familias y personas en general de clase modesta pudieran acceder a su consumo, al ser más barata que la carne fresca.
No sólo los vecinos de muchos pueblos no tenían agua corriente aún en sus domicilios, como era el caso de Santianes del Terrón, que solicitaba poder conectarse a la traída de aguas de San José de Romillín, sino que el pueblo de Castañera aún no estaba conectado a la traída general de Arriondas, cuestión que solicitaron al Ayuntamiento.