POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
(Sobre el grave desencuentro entre el Arzobispado de Oviedo y el Ayuntamiento de Parres por el abono de tasas e impuestos que el Arzobispado debía pagar al Ayuntamiento por la reforma del templo parroquial y la construcción de un bloque de viviendas, bajos y garajes, que los tribunales de justicia tuvieron que resolver).
————————————————————————-
Cuando en el mes de abril de 1984, el cura párroco Fidel Ibáñez Ibáñez presentó el proyecto de reforma y ampliación de la iglesia parroquial de Arriondas, el presupuesto era de 15.424.194 pts., acordando la Corporación Municipal -que presidía Manuel Alonso Nieda- aplicar una exención del 2% sobre la tarifa que estaba vigente en el concejo.
La parroquia trasladaría el culto mientras durasen las obras a un bajo comercial situado en el parque de La Llera, el cual sería dedicado después a supermercado de alimentación bajo diversas y sucesivas marcas comerciales.
Pocos meses después, el mismo párroco -en representación del Arzobispado de Oviedo- solicitó licencia municipal para construir un edificio de doce viviendas, locales comerciales y garajes, en el solar donde había estado ubicada la antigua estación del tranvía de Arriondas a Covadonga, entre los años 1908 y 1933.
Pero el desacuerdo entre el Arzobispado de Oviedo y el Ayuntamiento de Parres por cuestiones tributarias relacionadas con este edificio, tuvo un largo recorrido, como veremos a continuación.
El presupuesto del nuevo edificio a construir era de 47.975.067 pts.
El registro municipal sobre este asunto no tiene desperdicio, pues la liquidación de tasas -tanto del templo como del bloque de las doce viviendas, bajos y garajes, tuvo un largo cruce de reproches y desencuentros.
El Delegado Episcopal para la Economía Diocesana, el sacerdote José Gabriel García Fernández, con domicilio en el Palacio Arzobispal de Oviedo, presentó recursos de reposición contra los acuerdos de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Parres, adoptados el día 6 de junio de 1984, contra la liquidación de tasas municipales correspondientes a las licencias de obras.
En concepto de “donativo y subvención”, el Ayuntamiento de Parres había aprobado una exención del 2% en la obra de ampliación y reforma del templo parroquial de San Martín, pero José Gabriel García (conocido popularmente en toda la archidiócesis como “Pepito”) pretendía que no se cobrase ningún tipo de tasas ni impuestos por las obras de la iglesia y del grupo de viviendas.
La Secretaria Municipal -Laura María Montero Sánchez- contestó con un informe muy contundente y extenso que -resumido- apuntaba en el sentido de que la Iglesia estaba obligada, por un lado, a solicitar la oportuna licencia municipal y, por otro, a satisfacer las tasas que la expedición originase, todo ello en base a varias razones en las que se cita la vigencia del Concordato con la Santa Sede de 27 de agosto de 1953 (ratificado por España en octubre del mismo año).
En dicho Concordato era discutible el pago de licencias al otorgar a la Iglesia católica una gran amplitud de exenciones, pero -tal vez- perdura una deficiencia técnica cuando se citan conceptos de impuestos y contribuciones locales, dejando excluidas las tasas.
En nuestro concejo de Parres, esta cuestión concreta estaba regida por el acuerdo del 13 de enero de 1979 (artículo IV) que declaraba exentas a las parroquias, órdenes y congregaciones religiosas y otras, de la contribución territorial urbana por los inmuebles de su propiedad y la relación de los mismos con los impuestos reales o de producto sobre la renta y patrimonio de sucesiones, donaciones, trasmisiones patrimoniales, cuando se cumplían ciertos requisitos.
De modo que no se cita a la Iglesia católica como exenta de abonar las tasas que -por la prestación de servicios- se originasen y debían abonar a las Corporaciones Locales.
Además, las ordenanzas municipales vigentes en Parres desde 1984, no contemplaban exención alguna para la Iglesia católica.
La Comisión Municipal Permanente aprobó por unanimidad la decisión tomada, y la consideró ajustada a Derecho, desestimando los recursos de reposición interpuestos desde el Arzobispado de Oviedo por el Delegado para la Economía Diocesana.
En el mes de enero de 1985 José Gabriel solicitó la prórroga de licencia de obra para el templo parroquial y para las viviendas, pero la Comisión Municipal Permanente se negó unánime y rotundamente en lo referente a la de licencia de construcción de las viviendas y bajos parroquiales.
Además, se le hizo saber que -de acuerdo con la ley- si en el plazo de seis meses no hacía uso de la licencia que se le había otorgado para la citada construcción, aquella caducaría y debería presentar una nueva instancia de concesión, no generando la caducada ningún derecho para obtener la nueva, puesto que solo eran objeto de prórroga cuando las circunstancias así lo aconsejaban y no se perjudicasen derechos a terceros.
El Delegado Episcopal respondió -en el mes de marzo- interponiendo un nuevo recurso de reposición contra el acuerdo municipal parragués, alegando que la negativa a la prórroga de licencia de obras no estaba motivada y que las circunstancias aconsejaban prorrogarla porque, además, no perjudicaba a terceros.
La Corporación -presidida por el alcalde Manuel Alonso Nieda- estimó las alegaciones jurídicas del recurso interpuesto por José Gabriel, acordando dictar resolución estimatoria, dejando así sin efecto el objeto impugnado.
De esta forma se acabó accediendo a conceder la prórroga de licencia para construir en este solar, tantos años sumido en el abandono y que estuvo a punto de ser destinado para acoger un centro sanitario de primeras urgencias (e -incluso- un centro cultural) como vimos en su momento.
Pero la disparidad de criterios entre Arzobispado y Ayuntamiento no quedaría resuelta definitivamente hasta marzo del año siguiente (1986), cuando será el Tribunal Económico Administrativo Provincial de Oviedo el que desestime la reclamación que había interpuesto el Arzobispado de Oviedo impugnando la liquidación de tasas por las licencias de obras -tanto de la iglesia parroquial de Arriondas como del edificio próximo a ésta- por un importe de 308.583 pts. por la reforma del templo, y 1.919.102 pts. por el edificio de pisos, bajos y garajes.
Este edificio del que hablamos -en el que el Arzobispado sigue siendo el propietario de varios pisos, bajos y garajes- aún dio lugar a un nuevo quebradero de cabeza cuando -después de concluido- se observaron en él ciertas irregularidades urbanísticas, algunas del tipo de volumetrías impropias no contempladas en la licencia que había sido concedida para su construcción; razón ésta que llegó a provocar disputas dentro de las Consistoriales entre algunos políticos y funcionarios municipales.
Por esas mismas fechas, el párroco José Manuel Castaño y la Junta Parroquial de San Juan de Parres, pidieron un aplazamiento de sesenta días para pagar las tasas municipales correspondientes a la reforma llevada a cabo en dicha iglesia parroquial de San Juan, y así se les concedió.
Un caso diferente fue el de la iglesia de San Martín de Escoto, en Llames de Parres, exenta de abonar tasas al tratarse de un monumento histórico-artístico (el único del concejo) cuando la Consejería de Educación y Cultura solicitó permiso para su restauración en noviembre de 1984.
En septiembre se dio por concluido el proyecto de urbanización redactado en su día para el Polígono Residencial de Caxidi, a las ´puertas´ de Cangas de Onís, pero en el concejo de Parres.
Tras la instalación de la unidad depuradora, se procedió a la expedición de licencias de obras de viviendas unifamiliares que se habían solicitado y estaban pendientes, como eran los casos de los vecinos César Cifuentes Martínez (presupuesto de su vivienda 6.470.732 pts.) y Hermenegildo Cueto Fernández (vivienda presupuestada en 3.544.363 pts.).
La Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Principado de Asturias acordó nombrar como “Coordinador del Deporte Escolar” en la comarca, al maestro del Colegio de E.G.B. de Arriondas, José María Fernández Cuervo.
El día 8 de septiembre de 1984 se celebró en Arriondas el primer Día de Asturias, una decisión tomada por el Consejo de Gobierno del Principado de Asturias; la fiesta fue establecida apenas dos meses antes. En Arriondas tuvieron lugar varios actos institucionales y festivos, los cuales concluyeron con un interesante espectáculo de fuegos artificiales.
Presidía el Principado de Asturias, Pedro de Silva Cienfuegos-Jovellanos.