POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
El día 31 de mayo de 1985 fue aprobado en un Pleno Municipal que se constituyese la Mancomunidad de Municipios del Oriente de Asturias, integrada por Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Colunga, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Ponga, Ribadedeva y Ribadesella.
El proyecto de abrir una calle en el Barrio de Lobeto fue abandonado por los gastos que suponía y por estar muy próxima a la calle Ramón Menéndez Pidal, algo parecido a lo que ya había ocurrido muchos años antes.
José Vallín Collado -en nombre de la empresa Horsella S.A.- solicitó abrir una instalación en la cantera de Monte Escobio, en suelo no urbanizable de propiedad municipal.
En otra acta figura Alfonso García Menéndez como el solicitante de apertura de una “industria extractora de tratamiento y clasificación de áridos y de ejecución de hormigones”.
Esta cuestión pasó a la Comisión Informativa de Urbanismo, la cual dio el visto bueno por unanimidad a la propuesta de arrendamiento, tras analizar el informe favorable del aparejador y asesor municipal, Luis Ángel Somoano Prieto.
Veamos las condiciones que se le impusieron a esta empresa para la explotación de la citada cantera.
Abonar 500.000 pts. en metálico en el año 1985 y poder extraer 2.000 toneladas métricas de áridos, cargadas en camiones.
Para el año siguiente deberían pagar 650.000 pts. y podrían extraer 2.500 toneladas.
Las mismas condiciones se les impusieron para 1987, añadiendo el incremento del correspondiente I.P.C. (índice de precios al consumo).
Otras condiciones que se añadieron al contrato fueron que la mano de obra fuese -a ser posible- de la zona, además de añadir una detallada minuta sobre licencias, autorizaciones y permisos en materia de Sanidad, Trabajo y Hacienda, con los correspondientes expedientes de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas.
El contrato se firmaría por cinco años, pudiendo ser prorrogable por otros cinco.
El domicilio social de esta empresa estaba en Herrera de Camargo (Cantabria) y ya -trece años antes- se había transformado en un Sociedad Anónima de considerable tamaño.
La creación en nuestro concejo de Parres de la sociedad Hormigones del Sella, S.A. (HORSELLA) supuso para la empresa un notable salto cualitativo en la fabricación y venta de hormigón preparado por dosificación y resistencia mediante amasadoras, además de fabricar áridos en sus diferentes granolumetrías.
Sobre el brutal impacto medioambiental provocado por los muchos años de extracción de áridos en esta cantera, nos remitimos a quienes conceden las autorizaciones y están obligados a seguir y vigilar de cerca que se cumplen las condiciones pactadas con la empresa.
Ruidos, molestias, caída de piedras, contaminación por vertidos de residuos al río Chico, etc. los encontraremos en alguna de las denuncias presentadas contra la empresa que explicitaremos en el capítulo 150 de estas “Memorias”.
En el mes de abril, los vecinos de los pueblos de El Picu, Virio, Fresnidiello, Carúa y Caramezana, formularon una petición en demanda de colaboración municipal para la puesta en marcha de un Hogar del Pensionista, que se instalaría en El Picu.
La Corporación aceptó la oferta de disposición del local que estaría destinado al mismo, local ofrecido por Benjamín García Hoyo.
Así se puso en marcha este Hogar del Pensionista en los bajos del bar de El Picu, regentado por Benjamín (conocido como “Milo”) y su esposa María Josefa.
Cubrir la bolera de Santianes del Terrón tuvo un presupuesto de 653.458 pts., con una subvención de 435.638 pts. que abonó el Gobierno del Principado de Asturias.
El cuadro con el escudo de Parres que la Casa Consistorial conserva en su Salón de Plenos, fue pintado en esos días por Gonzalo Amandi y se le abonó por el mismo la cantidad de 25.000 pts.
La Corporación Municipal acordó en este año 1985 solicitar para nuestro concejo que se instalase en el mismo la Estación del Oriente para la inspección técnica de vehículos, que el Gobierno asturiano tenía prevista para la zona oriental.
Para ello se ofrecerían terrenos -meses después- en el Polígono Industrial de Castañera, puntualizando que la ITV podía ser móvil o semifija.
En este año que nos ocupa, las fiestas de Sta. Rita tuvieron un superávit de 441.570 pts. sobre unos ingresos de 1.058.850 pts.
Las fiestas de Ntra. Sra. de El Carmen también concluyeron con un superávit de 319.577 pts. sobre unos ingresos de 1.260.130 pts.
Para el XLIX Descenso del Sella se reservó una subvención de 190.000 pts. y al Club “Los Rápidos” se le entregaron 100.000 pts.
El día 30 de agosto se autorizó una subasta cinegética para la caza de un jabalí y de un gamo en la Reserva Nacional del Sueve (exclusivamente para estas dos piezas).
La caza del gamo debería realizarse los días 2 y 3 de noviembre.
Superadas las pruebas de acceso necesarias para acceder al cargo, fue nombrado policía municipal Javier Cadaveda Arce.
Se firmó un convenio con el nuevo conserje del Colegio de E.G.B. en Arriondas, en el que se le especificaban las funciones a realizar, adjudicándosele la vivienda anexa a este colegio. El nuevo conserje fue el guardia municipal José Ramón Fabián Junco.
En sus funciones como conserje se le impusieron hasta once condiciones que debería cumplir en el ejercicio de las mismas, todas ellas encaminadas a cuidar y proteger el edificio escolar, gimnasio, patios y accesos a los mismos.
Este colegio aún no tenía identificación propia, y sería en el mes de diciembre del año siguiente (1986) cuando su Consejo Escolar (uno de cuyos componentes era este cronista que suscribe) solicitó se iniciasen los trámites para que pasase a llamarse Colegio Público “Río Sella”.
Y como en el año 1977 se habían cedido al Estado terrenos en El Barco de 1.600 metros cuadrados para la construcción de un cuartel para la Guardia Civil, y la obra no se había iniciado pasados ya esos ocho años, se procedió a tramitar la reversión automática de dicha parcela al patrimonio municipal.
Era un terreno que lindaba con el Paseo Dionisio de la Huerta, por supuesto zona inundable.
En este espacio se levantaría poco después el Colegio de Educación Infantil.
El día 27 de diciembre de 1985 se acordó por unanimidad la clausura de la zona del parque de La Llera donde se encontraban diversos animales (gallinas de corral, patos, palomas y otros) tras un informe-denuncia presentado por el Jefe de la Policía Municipal, y visto el pertinente informe emitido por el veterinario titular, considerando que el lugar -muy frecuentado por los parragueses, especialmente los niños- era un posible foco de infección para los visitantes.
Al propietario de estos animales -situados junto al hórreo del parque- se le comunicó que se hiciese cargo de los mismos en un plazo máximo de diez días.