MEMORIAS DEL CONCEJO DE PARRES 1835-1985 (CAPÍTULO CXXVII)
Jul 27 2020

POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES ARRIONDAS (ASTURIAS)

Primer emplazamiento del cañón en el año 1968.

Con motivo del atentado en el que -el día 20 de noviembre de 1973- perdió la vida el Presidente del Gobierno de España -almirante Luis Carrero Blanco- considerado el mayor ataque contra el régimen franquista desde el final de la Guerra Civil, desde el Ayuntamiento de Parres se enviaron las correspondientes condolencias a Madrid, junto con una corona de flores que se le encargó a Funeraria Miranda, de Cangas de Onís.

Asimismo, la Corporación decidió abrir un expediente para poner el nombre de Luis Carrero Blanco a una de las principales calles de la villa de Arriondas (intención que después no se haría realidad).

En los últimos meses de 1973 fallecía Fernando Rosete Llano, funcionario municipal con largos años de servicio en el Ayuntamiento, a cuya esposa -María Luisa Suárez Espina- se le concedió una ayuda de 10.000 pts. para los gastos de medicamentos durante la enfermedad y hospitalización de Fernando en el Hospital del Generalísimo, en Madrid.

Los pueblos seguían reclamando ayudas para traídas de agua, caminos, electrificación, teléfono, reparaciones continuas de escuelas, etc.

Así, un solo kilómetro de camino (con 3,50 m. de ancho) entre Vallobil y el barrio de Baries tenía un presupuesto de 300.000 pesetas, a cuyos vecinos se les concedió una subvención de 50.000 pts.

El cañón en su segundo y definitivo emplazamiento.

Esta petición de ayuda la había cursado Ángel Meré Pandiella y otros tres vecinos.

También era de 300.000 pts. el presupuesto para construir un camino desde la calzada en la carretera de Fuentes -pasando junto al cementerio de Cayarga- hasta llegar a Mesariegos, con un total de 3 km. y un ancho de 3 metros.

La subvención fue la misma que en el caso anterior, 50.000 pts., siendo el terreno de propiedad particular, cedido por sus propietarios (que no se citan expresamente).

Aún en este año muchas de las escuelas del concejo carecían de electricidad, como en el caso de las de Collía, además de tener necesidad de retejarlas y pintarlas.

En marzo del año 1974 fue incoado expediente de jubilación por invalidez a dos funcionarios municipales: Luis Longo Casanueva (vigilante de arbitrios) y a José Manuel Pendás Vega (barrendero).

En ambos casos de acuerdo con el informe médico que había redactado Venancio Prado González, el cual -además de haber sido alcalde- era el Jefe Local de Sanidad; informes en los que ambos funcionarios fueron declarados inútiles para todo trabajo.

El vecino de Ribadesella Juan Luis Hevia Berbes abrió un estudio fotográfico en el que era conocido como “Callejón de Tereñes”, en un local que era propiedad de Juanita González Díaz.

Grabación dedicatoria en el tubo del cañón.

Después solicitaría permiso para instalar el rótulo correspondiente y una estantería publicitaria en su interior.

Vimos en estas “memorias” que la relación entre diferentes corporaciones municipales y la canguesa Camila Beceña González (1884-1981) fueron muy amistosas, con donaciones de la señora Beceña de terrenos para escuelas en nuestro concejo, permisos para la instalación de tuberías para el suministro de agua a algunos pueblos, etc.

Solo en una ocasión en la que se disputaron unos terrenos el conflicto acabó en “tablas” y se lo repartieron a medias.

Ahora, con ocasión de imponerle a esta señora la Medalla de Alfonso X El Sabio que le había sido concedida por su gran labor benéfica, no sólo en Cangas de Onís, sino en toda la zona, la Corporación respondió a la solicitud que previamente le había cursado el alcalde de Cangas de Onís y -desde Arriondas- le enviaron 5.000 pts. para contribuir al homenaje.

Fue en la temporada de verano de 1974 cuando se aprobaron las bases de ocupación de aceras con mesas y sillas por parte de la hostelería común.

Las normas eran que se debían dejar al menos 60 cm. del ancho exterior de la acera para el paso de peatones (ahora se deben respetar 1,80 metros libres de ancho como mínimo, contados desde la pared del local hostelero hasta las mesas y sillas).

El tubo del cañón en el suelo, tras haber reventado el 18 de julio de 1974.

Ya en 1974 se notificó que se señalaría en la acera la zona que podía ser ocupada.

La tasa o canon sería de 80 pts. mensuales por cada metro cuadrado de acera ocupada.

Así, solicitaron ocupar espacios públicos los siguientes hosteleros:

-José Luis Pérez -de la Cafetería Campoamor- solicitó 15 metros cuadrados desde el 15 de mayo al 15 de septiembre.

-Silvino Fondón -del Café Español- 12 metros cuadrados desde el día 1.º de mayo al 30 de septiembre.

-Dionisio González -Cafetería Yucatán- 7 m2, desde el 1.º de julio al 1.º de septiembre.

-Belisario Suárez -Cafetería Mirador- solicitó ocupar una superficie de 17 m2 para instalar mesas y sillas entre el 1.º de julio y el 1.º de octubre.

-Maruja Fernández -Cafetería Rívoli- 11 m2 desde el 1.º de julio al 30 de septiembre.

-José Antonio Sánchez -El Rincón del Castañu- ocuparía 7,3 metros cuadrados de acera desde el día 15 de mayo al 30 de septiembre.

Boquete abierto -tras la explosión del cañón- en la fachada del domicilio de Manuel Pelayo, en la Plaza Venancio Pando.

Tras sendos litigios judiciales fueron incorporados al patrimonio municipal tanto el antiguo edificio del tranvía Arriondas- Covadonga (zona Norte), como la cantera de El Pilanegro.

Arriondas concedía permisos para la explotación de canteras a cielo abierto para la extracción de arcilla, como fueron los casos de Ángel Babio Lobeto y Francisco Fernández Morís -ambos vecinos de Gijón- los cuales presentaron los permisos de investigación números 29.258 “Carlota”, 29.298 “Marisa” y 29.299 “Wulfrido”, cuyos planos y demarcaciones adjuntaron y se les asignaron de acuerdo a las condiciones que se habían pactado (que no se especifican en las actas).

Francisco de la Roz Pedraces -en nombre de los vecinos de Sobrepiedra- solicitó ayuda para llevar el agua al pueblo de la que carecían en 1974.

El presupuesto para ello era de 337.400 pts., prometiéndoles el Ayuntamiento una subvención de 100.000 pts. que correrían ya a cargo del presupuesto de 1975.

Se acordó que la recogida de agua sería desde el manantial “Belorto”, en las inmediaciones del pueblo de San José de Romillín, con la condición de que si hubiese problemas de distribución de aguas, el Ayuntamiento se vería obligado a regularlas equitativamente entre los vecinos de Las Cruces y Sobrepiedra.

«Cicatriz» en el tubo tras haber quedado inutilizado.

En aquel verano hubo que hacer frente a los gastos ocasionados por la explosión del cañón de las Piraguas.

Sólo seis veces antes se había utilizado el cañón junto al puente de Arriondas, y sería el jueves, día 18 de julio de 1974, a las 12 de la noche, cuando fue disparado para anunciar el inicio de las fiestas de El Carmen en la villa. No resistió la onda expansiva y reventó en numerosos pedazos que quedaron esparcidos por la plaza Venancio Pando, en la que está situado; uno de los cascotes produjo un orificio en la fachada de una de las casas de la plaza, penetrando hasta su interior.

Dos de los coches que estaban en la plaza fueron seriamente dañados por la metralla. Un susto considerable sin daños personales, pero con la pérdida -a efectos prácticos- del que ya estaba considerado como un símbolo de la Fiesta de Las Piraguas de Asturias.

Por las actas municipales conocemos detalles de los daños ocasionados y de los dueños de los coches.

El coche del maestro Emilio Sola Baragaña -un SEAT 850- sufrió desperfectos de chapa que fueron reparados en talleres José Luis San Martín y que supusieron 4.718 pts.

El cañón en su lugar habitual del centro de la Plaza Venancio Pando, en la actualidad.

A José Pedro Celaya González tuvo que repararle el mismo chapista su coche Citroen Diane 6 (BI-1670) por 7.343 pts.

Y a Talleres SOYFER se le tuvieron que abonar 27.554 pts. por la reparación de las averías mecánicas del mismo coche antes citado de José Pedro Celaya.

Hubo que reparar también la fachada del domicilio de Manuel Pelayo, en la que la metralla provocó un boquete y otros daños.

La reparación costó 400 pts. que se le pagaron a Ángel Peruyero Álvarez.

Aún en 1974 se celebró una misa en Arriondas el día 20 de noviembre en memoria de José Antonio Primo de Rivera y Caídos por España, pagada por la Corporación Municipal.

Después colocaron una corona de laurel al pie de la Cruz de los Caídos, ofrenda encargada a Funeraria Miranda, de Cangas de Onís.

Exactamente un año después fallecería Francisco Franco, y España entraría en una nueva etapa asentada en la democracia y la libertad que había perdido casi 40 años antes.

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