POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Pudiera pensarse que la prohibición de utilizar tendederos de ropa en balcones y ventanas de núcleos urbanos es cosa de hace pocos años, pero en Arriondas ya estaba prohibido en 1975 y así se le notificó a una vecina que no tendiese ropa que pudiese ser vista desde la vía pública, a pesar de que dicha vecina alegaba no tener otro lugar para el secado de la misma.
Desde el Ayuntamiento se le replicó que si se le autorizaba a ella se crearía un precedente, dando lugar a la proliferación de tendederos, en grave detrimento de la “ornamentación y decoro de la villa”.
A veces se producían algunos sobresaltos en las Consistoriales, como fue el caso de la Compañía Eléctrica de Langreo, la cual colocó postes de 16 metros de altura en las inmediaciones de Villar de la Peña, sin haber solicitado previamente la correspondiente licencia municipal para hacerlo en terrenos que eran propiedad del Ayuntamiento.
Electra de Langreo S. A. respondió solicitando la licencia que debía haber presentado antes, con una servidumbre de 400 m2 (línea Sotón-Ribadesella-Colunga).
La Corporación Municipal acordó de una sesión del Pleno las siguientes indemnizaciones:
90.000 pts. por los postes colocados, más 37.000 pts. por la servidumbre antes citada.
Electra de Coviella amenazó con el corte de suministro de luz al deberle el Ayuntamiento 324.559 pts. correspondientes al periodo que iba entre julio de 1973 a mayo de 1975, por suministros para el alumbrado público.
En 1976 la Compañía Telefónica Nacional instaló en Arriondas las dos primeras cabinas telefónicas.
Aún en mayo de 1976 (seis meses después de la muerte del General Franco) la Organización Sindical Española presentó un proyecto de obras para construir una Casa Sindical en Arriondas destinada para el que era conocido como “Sindicato Vertical”, único autorizado en España entre 1940 y 1977.
Fue una idea bien recibida por la Corporación Municipal a la que no se oponía -dijeron- la legislación vigente, pero en dicha solicitud no se especificaba cómo sería la fachada posterior del edificio, quedando a la espera del proyecto definitivo.
A esta monolítica central sindical le quedaban los meses contados, dado que su cese de operaciones legal fue en 1976, quedando definitivamente disuelta el día 6 de diciembre de 1977.
Como el Ayuntamiento precisaba de los servicios de un Agente Ejecutivo que hiciese efectivas las deudas tributarias pendientes, aceptó el ofrecimiento que le hizo José Sánchez Sebares, el cual desempeñaba las mismas funciones en el Ayuntamiento de Cangas de Onís.
Treinta y seis nuevos vecinos (con sus familias) fueron añadidos a las listas de la beneficencia municipal entre julio y diciembre de 1976. Cuatro eran de Arriondas, uno de Arenas, uno de Bada, otro de Bode, otro de Bodes, uno de Castañera, uno de Castiello, tres de Collía, otro de Cuadroveña, cinco de Lago, dos de Llames, uno de Pendás, tres de El Puente, uno de Ozanes, cuatro de Romillo, dos de La Roza, uno de San Juan, uno de Sobrepiedra, uno de Toraño y uno de La Vega de los Caseros.
El alcalde González Llenín decidió que para un mejor servicio de taxis era conveniente que todos se situasen en una única parada, resolviendo que así se hacía de acuerdo con las facultades que la ley y los reglamentos correspondientes otorgaban a la alcaldía.
Mediante un bando así se anunció al vecindario que todos los taxis se situarían en la calle “Magisterio”, pero los taxistas recurrieron el acuerdo de la alcaldía alegando que en el lugar asignado no había dónde cobijarse en días de lluvia, proponiendo como emplazamiento la calle Ramón del Valle, donde siguen la mayoría.
Por cierto, calle “Magisterio”, “Avenida de Europa”, “Calle de la Estación”, “Travesía de Oviedo”, “Paseo del Sella”, “Avenida de la Juventud”, “Parque de La Concordia”… son ese tipo de denominaciones que le gustan a este cronista, sin nombres propios, sino genéricos, como debiera ser habitual, salvo en casos muy, muy excepcionales.
Una licencia se le concedió a José María Orviz Roces para cubrir -con la colocación del techo- la que iba a ser la nueva iglesia de Sta. María Magdalena de Fuentes.
El primer equipo de megafonía instalada en el frontispicio de la Casa Consistorial corrió a cargo de la empresa ovetense “Tapiz Electrónica y Acústica», por el que se le abonaron 10.914 pts.
Era por aquellos días Consuelo Díaz González la Superiora de la Comunidad Religiosa que atendía el Asilo de Ancianos de Cangas de Onís, a la que, en respuesta a su petición de ayuda económica para la realización de obras en el mismo, se le concedió una subvención de 15.000 pts.
M. C. R. (licenciado en Derecho) era el Secretario del Ayuntamiento (compartido con Piloña) en cuyas actas municipales por él redactadas quedaron acumuladas faltas de ortografía que se cuentan por muchos centenares, más que las de todos sus colegas juntos de los ciento veinticinco años anteriores.
El material de relleno del que sería nuevo campo de deportes municipal -con su correspondiente escollera- se le encargó a Isidro Llamazares, mediante un contrato por 20.000 pts.
A la Dirección General de la Guardia Civil se le cedió un solar de 1.600 metros cuadrados que se segregarían de los terrenos municipales de El Barco. Se le concedía un plazo máximo de cinco años para su construcción y debería destinarse a cuartel durante -al menos- treinta años, de no ser así, el terreno cedido volvería a la propiedad del ayuntamiento.
No iba a tener la Guardia Civil destinada en Arriondas más suerte de la hasta ese momento “disfrutada” en este sentido, pues el cuartel nunca se construyó y la Guardia Civil siguió su nómada peregrinar por casas, pisos y bajos de alquiler como ya lo había hecho hasta en siete ocasiones anteriores, y así sigue…
De modo que poco faltó para que -en el mismo lugar donde después se construyó el edificio dedicado a la Educación Infantil- se edificase un cuartel.
Era Santa Rita una de las dos fiestas locales de Arriondas cada 22 de mayo (junto con la del día 18 de julio), pero como en 1977 Sta. Rita coincidía con un domingo, el concejal Fernando Cuenco solicitó que se trasladase esa festividad al día 8 de septiembre, memoria de Santa María de Covadonga, solicitando el traslado a la Delegación de Trabajo.
Se enmarcaba el cambio, además, en que el Ayuntamiento de Oviedo había solicitado a todos los demás ayuntamientos asturianos que se adhiriesen a su propuesta de que el día 8 de septiembre fuese festivo en toda Asturias a partir de ese año.