POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
El día 1 de enero de 1929 se reunió la Comisión Municipal Permanente para estudiar los asuntos que -después- se elevarían al Pleno, como era -y sigue siendo- habitual.
El primer acuerdo fue por un asunto un tanto penoso, pues decidieron pagarle 41 pts. al municipal José González Cueto por los gastos originados por M. F. (una vecina de La Matosa) que había intentado suicidarse en el depósito (cuartelillo) del ayuntamiento dos meses antes. No se especifica en qué consistieron esos gastos.
Exigían los vecinos de Llerandi una subvención para construir una fuente en “El Cueto” y les concedieron 200 pts. pero alegaron ser insuficientes y pedían 100 pts. más para hacer también un lavadero, corriendo de su cuenta el peonaje de la obra, arrastre de materiales, además de servir gratis la madera y las tejas. Al final les dieron 275 pts., mientras otros vecinos del mismo pueblo solicitaban otras 300 para un lavadero en “Fuente Friera” con las mismas condiciones, tema éste que debería aún ser sometido a la visita de una comisión.
Otro grupo vecinal de San Cosme de Llerandi pedía ayuda para el camino que -partiendo del lugar llamado “Vallina” (por debajo de “La Llosa Vieja”)- llegaba hasta la riega de “La Balunga”, un camino de gran utilidad que estaba intransitable, querían 125 pts. para explosivos y poder arrancar piedra y utilizarla después, construyendo dos muros de 18 metros uno, y 14 otro, para salvar desprendimientos que se habían producido. Les concedieron 100 pts.
Y es que Llerandi tuvo una destacada actividad vecinal, como lo indica las respuesta dada al oficio que el Ayuntamiento envió a todos los pueblos que deseasen colaborar en la construcción de escuelas, para que dijesen cuánto estaban dispuestos a aportar, dando la Corporación preferencia a los más generosos, resultando que los vecinos de San Cosme de Llerandi superaron a todos los demás del concejo al ofrecer 1.740 pts. así como los terrenos para solar y campo escolar que la comisión municipal eligiese.
A veces extrañan algunos datos, como que la Corporación comprase directamente las lámparas y bombillas a la fábrica PHILIPS, de Madrid, pagando en febrero de 1929 un total de 427 pts. por las trescientas lámparas con el rótulo impreso de “Ayuntamiento de Parres”.
Como sabemos, la luz era suministrada por la fábrica de electricidad de Amalia Faes y Bernaldo de Quirós, la cual propuso una prórroga de cuatro años más para el suministro del alumbrado público de la villa y de algunos pueblos, haciendo en esa solicitud un ofrecimiento para suministrar gratuitamente la luz de las escuelas e iglesias que tuviesen cerca la red de distribución o que la pusiesen.
Por algo se dijo durante tantos años aquello de “pasar más hambre que un maestro de escuela” (o maestra, claro). Sigamos a la maestra particular de Arobes -Cristina Cayarga- solicitando se le aumentase la subvención del Ayuntamiento por prestar la instrucción primaria en dicha localidad, pues con las 14,58 pts. que percibía mensualmente no le alcanzaban para vivir. Como los presupuestos de 1929 ya estaban aprobados, no le subieron la paga, pero le dieron 25 pts. para sumar a las 175 que le correspondían para todo el año. O sea, lo mismo que acababan de pagar por un capote y una gorra para el nuevo sereno del comercio.
De modo que la maestra particular antes citada dimitió de su trabajo.
Para sustituir a Cristina Cayarga se presentaron dos maestras particulares (Albina C. y María G.) y se le encargó al maestro de Romillo y concejal Mariano Blázquez que las examinase, para saber cual de las dos estaba mejor preparada. Mariano presentó su dictamen en agosto señalando que: “En lectura corriente las dos están regular; en conocimientos generales la María posee algunos más que la Albina; en escritura al dictado, ortografía y resolución de problemas les remito el examen para que la Corporación juzgue y -añadía- las dos tienen menos de 18 años”.
Blázquez hacía notar que no podían recibir subvención del Estado, provincia o municipio los maestros que no tuviesen título, según el artículo 12 del Real Decreto de 1902, del Ministerio de Instrucción Pública, así como que los niños de Arobes unos iban a Romillo, otros a Castiello y otros a Viabaño, de modo que lo mejor sería solicitar un maestro titulado pero, para ello, deberían ofrecerle antes casa y local para escuela.
Mientras los vecinos decidían si estaban dispuestos a ofrecer una casa para escuela, le pagarían a Albina hasta finales de año como maestra particular.
En octubre los vecinos de Arobes acordaron alquilar una casa para escuela y vivienda para maestro, así como notificar al Ayuntamiento que buscase un maestro para crear una escuela mixta, pues -afirmaron- en Arobes vivían 300 vecinos y casi 60 niños en edad escolar, obligados los más a andar 8 km. hasta Romillo.
El 4 de marzo de 1930 Albina sería ya la sustituta de Cristina Cayarga como maestra particular, comenzando a dar las clases en un salón de su propiedad con el visto bueno de los padres, pero desde comienzos de año era la joven María la que impartía las clases con la ayuda de una hermana, unas veces en el pórtico de la capilla de San Roque y -las más- en un pequeño local “oscuro y más propio de una pocilga”, se hace constar.
Reclamaba Albina ser ella la única maestra que pasó las pruebas de aptitud y la que presentaba mejor local, pero el Ayuntamiento concedió la subvención a María con intención de suprimir la escuela más adelante.
En abril aún los vecinos reclamaban subvención y se les respondió que se pusiesen de acuerdo en decir a cual de las dos escuelas se le concedería.
Total: un lío, con niños y niñas con dos chicas -menores de 18 años- que daban clases particulares en el mismo Arobes, y otros que caminaban a Romillo, Castiello o Viabaño.
La Parroquia de Viabaño era la más poblada del concejo, con 1.267 vecinos, cuando en 1930 en todo el concejo vivían 8.932 vecinos.
Y después nos lamentamos del pésimo nivel cultural que tuvo este país hasta no hace tantas décadas, dado que el número de analfabetos en España y Portugal fue durante muchos años el más elevado de toda Europa.
Por cierto que ya algunos jóvenes parragueses acudían a la Escuela Elemental de Trabajo, en Cangas de Onís, la cual se regía por un Patronato especial que tenía su correspondiente Carta Fundacional, todo ello cuando estaba ya cercana la proclamación de la Segunda República que revolucionaría la Educación en España, dándole la prioridad que nunca antes había tenido.
Fue nombrado un nuevo sereno para Arriondas con un sueldo de 1.900 pts. anuales, de las que el Ayuntamiento ponía 500 y el resto los comerciantes, pero llegaban quejas al Ayuntamiento sobre su dedicación y el alcalde José Aquilino Pando decidió comprobar él mismo si eran justificadas.
De forma que -la noche del día de San José de 1929- el alcalde salió de su casa a las cuatro de la madrugada y -durante una hora y cuarto- se paseó desde la estación del tranvía hasta el puente sobre el Sella sin haber encontrado a ninguno de los dos serenos. Aquella noche del martes, 19 de marzo, decidió aplicarles a los dos un correctivo de diez días sin sueldo.
Pero no quedó ahí la cosa, porque al año siguiente se decidió adquirir dos aparatos de relojería para “registrar el buen servicio y vigilancia de los agentes nocturnos y colocarlos en dos cajas cerradas”.
Pásmese el lector al comprobar que los serenos de Arriondas ya “fichaban” en 1930, casi noventa años antes de que se haya hecho obligatorio este tipo de control en España, tan solo desde el pasado mes de mayo de este año 2019.